Parte 1 2/5

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Después varios días cruzando colinas de campos de trigo y viñedos, apareció en frente de los soldados una más alta coronada con altas torres, pequeños edificios y una muralla que los rodeaba a todos. Gimina era la ciudad más grande del reino de Terha más al norte de las montañas. Era una ciudad rica por el trigo y vino que cultivaban en el lugar y el comercio que aquello generaba y la artesanía.

Estaba anocheciendo cuando alcanzaron las puertas de la ciudad donde una mujer castaña y una niña los esperaban acompañadas por una decena de soldados. Kara detuvo su caballo a unos metros de distancia, bajó y anduvo hasta colocarse en frente de la mujer. La pequeña niña de unos seis años tímida se escondía detrás de su madre.

- Princesa Kara, aguardábamos su visita. Nos honra tenerla en Gimina. Mi nombre es Sam, soy la gobernadora de Gimina por la gracia del rey y esta es mi hija, Ruby. - dijo haciendo una reverencia hacia Kara e indicó a la niña que la imitara. La pequeña salió de detrás de su madre e hizo la reverencia.

Aquella niña enterneció a Kara que se arrodilló delante de la niña y sacó una pequeña figura de un caballo de madera negra y se la dio.

- Es bonito, ¿verdad? Se llama Arión. ¿Lo cuidas por mí?

La niña asintió y sonrió a Kara y empezó a jugar con el objeto.

Todos los soldados bajaron de sus caballos y, liderados por Sam, entraron en la ciudad.

- La verdad es que esperábamos que su llegada fuera hace un par de días, mi señora.

- Hemos tenido algunas complicaciones por el camino. Nada grave. Pero tuve que dejar algunos hombres atrás.

Aquella ciudad amurallada en su interior estaba totalmente cubierta de piedra, desde las casas hasta el suelo de las calles.

Los edificios, estrechos y de dos o tres pisos, estaban pegados los unos a los otros creando a veces calles anchas, como por la que estaban pasando, y otras por las que apenas pasaba una persona. También había palacios de los cuales salían torres que, por lo que le estaba explicando Sam mientras avanzaban, indicaban el grado de riqueza de la familia. Kara había logrado contar por lo mínimo diez torres mientras se acercaban. Imaginaba que aquellos palacios pertenecían a los antiguos miembros del consejo de gremios que gobernaba la ciudad antes de la llegada de la monarquía de la Casa de El. Eliminar gobiernos como aquellos había sido una de las primeras cosas que su familia había hecho al llegar al poder pues eran un nido de corrupción.

La mayoría de calles tenían pendiente más o menos pronunciada y parecía que todas conducían hasta la plaza mayor de la ciudad que se encontraba casi en la cúspide la colina. Allí estaban el templo de Rao, el palacio de la gobernadora coronado, también, por una torre, seguramente la más alta de la ciudad, y un pozo en el centro. Sam les guio a la parte más alta de la colina hasta la muralla de nuevo donde una pequeña puerta conducía a un antiguo palacio con un pequeño torreón fuera de los muros.

- En mi palacio, no hay espacio para acoger a todos los soldados que pensábamos que os iban a acompañar así que preparamos esta casa. Desde lo alto del torreón podrá ver prácticamente toda la ciudad. Solo algunas torres lo superan en altura. Si usted desea estar más cómoda, le puedo preparar una habitación y otra para su capitán en mi palacio.

- Agradezco su hospitalidad, pero prefiero quedarme con mis hombres. Sin intención de ofender. - contestó Kara amablemente a la mujer.

- No se preocupe. Tienen a su disposición varios criados para lo que necesiten, así como la comida.

- Muchas gracias. Ahora nos gustaría descansar. Pero mañana por la mañana querría discutir con usted los asuntos que nos han traído hasta aquí.

Dioses y guerras [Supercorp AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora