Marie Charlotte Amélie Augustine Victoire Clémentine Léopoldine de Saxe-Coburg et Orléans Bourbon-Deux-Siciles no era una princesa más,Carlota era la princesa. Hija, nieta, hermana y prima de reyes, príncipes, duques y emperadores, descendiente del mismo Rey Sol Luis XIV; desde el momento en que dio su primera bocanada de aire, su padre y abuelo ya habían planeado todo un futuro perfecto para ella. Veintiún cañonazos y una gigantesca fiesta popular anunciaron el nacimiento de la princesa.
Con el tiempo Carlota manifestó ser hermosa y de una inteligencia inigualable, aprendiendo a leer con tan sólo dos años. Elegante,inteligente, astuta, culta, buena conversadora y políglota -pero sobre todo obstinada-; reunía todas las características para convertirse en Reina o Emperatriz y, para lograr aquello, sólo bastaba unirla con el prospecto perfecto: un príncipe heredero de una excelente dinastía, corona pesada, un vasto territorio, enorme fortuna y con personalidad avasalladora. Y aquél prospecto existía,su nombre era Pedro I, Rey de Portugal. El Rey Leopoldo y el Rey Luis Felipe no pudieron estar más de acuerdo cuando Don Pedro – posible heredero de Victoria y Alberto - solicitó la mano de la princesa en cuanto ésta cumplió dieciséis años. Pero si bien uno puede moldear el cerebro de una niña para convertirla en una soberana perfecta, al parecer no era posible hacer lo mismo con su corazón. A Carlota no sólo no le interesaba Don Pedro, ella ya había puesto los ojos y el alma en alguien más. Desde el momento en que los ojos castaños de la joven se cruzaron con la mirada celeste del archiduque de Austria, Maximiliano de Habsburgo, ella decidió que no quería ser reina sino archiduquesa, que no quería como capital Lisboa sino Viena y que ningún apellido que no sea Habsburgo podría acompañar su nombre. Había que observar bien la situación: El hermano mayor de Maximiliano, el emperador Francisco José ya había tenido un hijo varón, lo cual de inmediato degradaba un escalón más a su hermano menor, alejándolo de la corona; la economía Habsburgo se veía en aprietos, al igual que su territorio pues una guerra parecía cada vez una posibilidad más real; el hijo favorito de la reina Sofía de Baviera era conocido por ser soñador, bohemio,aveturero pero de personalidad poco imponente, dependiente y rebelde,en fin, todo un niño consentido; además Austria y Hungría ya tenían a Sissi, no les hacía falta una mujer a quién admirar. El rey Leopoldo I de Béliga analizó con cuidado la situación y, por primera vez en su vida, le respondió a su hija la palabra que le había sido imposible pronunciar ante los deseos de su princesita:
-No.
Pesado,cortante y conciso. La negativa destruyó de arriba a abajo todas las ilusiones de Carlota quién ya se imaginaba acariciando los rubios rizos de su Max. Aquellas voces de origen desconocido y que de vez en cuando gustan de aparecer y susurrarle cosas al oído le dijeron que corriera, que huyera, que desobedeciera. La joven princesa corrió del salón de su padre hasta la terraza, huyendo de las voces y de la realidad. Maximiliano la esperaba ahí, bajo la luz de la luna, como si sus almas se hubieran puesto de acuerdo, confirmándole a Carlota que sus corazones se pertenecían, que sus vidas estaba destinadas a acompañarse, que se esperaban mutuamente desde antes de conocerse.Ojos de sus ojos, labios de sus labios, tacto de su tacto; se miraron, se besaron, se tomaron de la mano y corrieron. Si huían y compartían el mismo techo sin compañía, padre ya no podría decir que no. Y así fue.
-Quién sabe a que lejana provincia te llevará Max – le dijo Sissi cuando se conocieron.
Pero a Carlota no le importaba, sea cual sea el lugar, ella estaría ahí,para siempre, dispuesta a compartir su destino. Primero fue Italia, Lombardía y Venecia, sus reinos colmados de felicidad hasta que, en un injusto arrebato de soberbia y menosprecio, Francisco José le quitó el poder a Maximiliano. Pero no importó, con o sin poder ambos se tenían. Se mudaron a su castillo en Miramar, ese castillo blanco que Max mandó a construir para ella (aunque con dinero del rey Leopoldo) y ahí vivieron sólo de amor, lo demás ya llegaría. Y llegó.
YOU ARE READING
Íntimo Secreto
RomanceHistoria de un insólito romance durante el Segundo Imperio Mexicano.