Cнαρтєr tнιrтєєn | Buscando respuestas -♡

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- He estudiado ciencias durante tres años y medio, he encontrado respuesta a cada duda que tenía y Tú...Tú simplemente eres una burla para toda esta ciencia y todo lo centrado en el universo - dije mirando a mi ángel , él le escuchaba o al menos eso parecía, sin embargo, no estaba del todo segura.

- Ustedes los humanos son extraños - dijo y una mueca de ¿discúlpame? Se colocó en mi cara - Algunos creen en Dios y son muy devotas , sin embargo otras pasan su vida demostrando la respuesta lógica de todo, tú Chenoa eres del grupo de las otros, porque simplemente no entiende qué hay cosas que no pueden explicarse.

- Porque si se pueden, todo tiene una respuesta cada parte de este mundo tiene secretos y cada parte tiene sus propias respuestas , yo buscaré la tuya.

- No la encontrarás - dijo mirándome - No la hay, a menos que estés abierta a un mundo distinto.

- Hablas de ángeles o magia y hechizos - pregunte - Eso es ridiculo, tú tienes una respuesta y la encontraré.

- Como sea, tráeme algo de comer - dijo mirándome.

- Tengo cosas que hacer como para ser tu sirvienta - dije.

- Bueno, es sábado por la noche y tú te peleaste con la única amiga que tienes, estás aquí entre libros y cuadernos - fingió pensar - Creo que no tienes mucho que hacer.

- Iré a traerte algo - murmure - Pero luego quiero que hagas algo por mi.

- Salve tu vida, que más puedo hacer - dijo.

- Es un trato - dije saliendo de mi habitación.

Mamá había estado limpiando toda la tarde y la casa relucía sin embargo aún sentía un poco de tensión cuando estábamos solas sabía que en algún momento ella desearía hablar de Maximiliano y Yo, pero mientras pudiera evitarlo estaría bien.

_ Mamá , tengo hambre pero aún estoy estudiando - dije observando que estaba en la sala - Subiré a mi cuarto.

Abrí el congelador y vi dos sándwiches en un pequeño plato.

- No comas el integral tiene salsa picante, a menos que te guste - dijo y una sonrisa se posó en mi rostro.

Cogí el Sándwich y lleve un vaso de agua , subí sin decir nada más.

Abrí mi puerta y mi ángel estaba como de costumbre mirando a la ventana - Hey! Traje comida.

Él tomó el sándwich y empezó a comerlo tan rápido que no me dio tiempo de tan siquiera detenerlo.

Tome el agua y empecé a beber, él parecía aún no sentir nada, sería decepcionante si no funcionara.

Pero de pronto sus ojos se abrieron como dos platos enormes y me miró fijamente y no pude evitar soltar una risa al ver su rostro.

- Creo que me equivoque de sándwich- dije tratando de no reírme mientras lo decía, igual no funcionó.

- Sabes que puedo enviarte a tu cama y hacer que no te muevas por una semana, verdad? - dijo con enojo en sus ojos.

- Y se supone que me cuidas, no quiero saber como tratas a tus enemigos- murmuro y me doy media vuelta.

- Si tanto quieres saber, podría practicar contigo - dijo mirándome desafiante.

Iba a responderle pero Justo mi madre toco mi puerta y el desapareció.

- Cariño, alguien quiere hablar contigo abajo - dijo mientras aún sostenía la perilla de la puerta.

Mi ángel guardián Donde viven las historias. Descúbrelo ahora