— Linda, sabes que no sería Yo si no te preguntase que sucede - me dice una vez que nos sentamos frente al mirador que se encuentra lejano y donde la ciudad se puede ver de forma minúscula, escuchó la voz de Trevor más no me giro — Pero ya lo hice de algún modo - dice recostando sus brazos hacia atrás y mirando de frente.No sabía que vendríamos aquí, solo deje que condujera y cerré mis ojos sabía que no me libraría de tener otra charla con mi madre pero estaba agotada con todo esto, necesitaba salir porque siento que me asfixio en esas cuatro paredes que ni siquiera son para mi y la soledad que me acompaña, pues debo compartirla con un extraño con él que también discutí.
Trevor manejo en silencio durante todo el camino, sabía que no estaba dormida pero supongo que no quería molestar, agradecía tener a alguien en este momento donde, de alguna manera me las había arreglado para perder a todos y tenerlo era un alivio.
— No voy a mentirte - le digo sabiendo que tampoco podría — Discutí con mi Madre, por eso las lagrimas - El me había visto con los ojos húmedos, no iba a negárselo — Pero no quiero hablar de todo esto ahora, solo quiero dejar de pensar en eso. - admití.
Sabía que Trevor no me presionaría pero también merecía una explicación, nos conocemos hace casi dos semanas y ahora no es como solía ser antes, las personas crean lazos fuertes en poco tiempo y hay personas que simplemente te dan la confianza de abrirte con ellas, y Trevor era una de esas personas, podía sentirlo sin embargo Yo era la que aún no estaba lista.
— Lo se, linda - me dice sin mirarme — Eres un verdadero misterio para mi y a mi me gusta descifrar los misterios - Una sonrisa aparece en su rostro y sus blanco dientes se pueden ver — Pero respeto el que aún no estés lista, podemos estar en silencio mirando aquí - propone y luego de unos segundos me mira.
Niego — No, por favor - pido — No quiero estar en silencio - me giro hacia el completamente— El silencio solo me hará pensar en lo que no quiero.
— Entonces, nada de silencio - me dice y sonrió — Pero entonces ¿De que hablamos?, no hay parejas de las que pueda comentar de forma irónica - me dice mirando a todos lados.
Pienso por unos segundos desviando mis ojos de los suyos y viendo el sol caer poco a poco, no quiero silencio pero tampoco quiero hablar de mí.
— Háblame de Ti, eres nuevo aquí en la escuela y solo llevamos dos semanas, en los que Yo te he sacado de tu casa para alejarme y no estar sola - admito algo avergonzada — No hemos tenido tiempo con todos mis dramas al alrededor. - agregó
— Tus dramas y tus inesperadas pero prontas llamadas me han hecho sentirme menos aburrido aquí, debo agradecerte - dice hacia a mi — Entonces, hablemos de mi - dice y lo miro.
— ¿Vives con tus padres o te mudaste aquí solo? - preguntó.
El sonríe, tal vez era lo más común que esperaba que le preguntase — Es una pregunta corta pero la respuesta es muy larga - me dice — Bien entonces hablaremos de mis padres - Hace una corta pausa para acomodar sus brazos y la posición de su cuerpo.
Da un largo suspiro y empieza a hablar - mi madre es una figura algo abstracta en mi vida, se que existe porque todos tienen una pero la mía desapareció cuando apenas era un bebé o un niño, no me acuerdo de mi edad pero era pequeño, se fue y no la volví a ver así que crecí con mi Padre, el era un ex militar y el carácter de esas personas en específico suele ser muy severa y poco tolerable, cuando su mujer se marchó se sintió lastimado porque a parte de ser muy recio era muy orgulloso y Ella de alguna manera lo había herido dejándole a un niño con Él, me cuido de forma despreocupada pero a la vez algo dura...
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Mi ángel guardián
Romance𝑀 𝑎 𝑔 © - 𝑄𝑢𝑒𝑟𝑖𝑎 𝑚𝑜𝑟𝑖𝑟, 𝐸𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑒𝑛𝑠𝑎𝑏𝑎? -- 𝐿𝑜𝑠 𝑚𝑜𝑟𝑡𝑎𝑙𝑒𝑠 𝑛𝑜 𝑝𝑖𝑒𝑛𝑠𝑎𝑛, 𝑒𝑠𝑒 𝑒𝑠 𝑒𝑙 𝑝𝑟𝑜𝑏𝑙𝑒𝑚𝑎 - 𝑁𝑜 𝑝𝑒𝑑í 𝑠𝑒𝑟 𝑠𝑎𝑙𝑣𝑎𝑑𝑎. - 𝑁𝑖 𝑦𝑜 𝑠𝑎𝑙𝑣𝑎𝑟𝑡𝑒. - 𝑒𝑠𝑡𝑖𝑟ó 𝑠𝑢 𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝�...