Cнαρтєr fιfтєєn | El número de Rachel Brown - ♡

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Disfruten el capítulo.

— Este vendría a ser el lugar que todos quieren ver de algún modo - habló después de un silencio mientras guió a Trevor — Ya sean desde las gradas o desde el mismo campo en si mismo - le dije mientras sus ojos se paseaban por el lugar — Algo patético si lo piensas - murmure por lo bajo.

Había tenido la oportunidad de llevar a Trevor a conocer la escuela, después de clases nos habíamos reunido y ahora llevaba más de media hora paseando por toda la escuela olvidando lo enorme que era, pero cuando le tocó el turno al campo de práctica fue demasiado desagradable de lo que podía tolerar pero ya le había fallado una vez a este chico, no lo haría otra vez sin importar cuánto odio estar aquí justo ahora.

— Debo decir que no me emociona tanto este lugar - escuchó su voz deshaciendo de mis pensamientos — Los deportistas me parecen tontos en trajes enormes con balones, porque no es deporte si no hay algo redondo a lo que golpear - dice vagamente y mientras escucho lo que pensaba saliendo de sus labios - ¿Sucede algo? - me pregunta al notar el silencio y mis ojos puestos en Él.

Niego rápidamente - No, es nada en realidad- admito, asiente pero no parece satisfecho con mi respuesta y por alguna razón quisiera explicárselo y escuchar su descargo.

— Bueno, ¿Que me mostrarás ahora? - me pregunta girándose hacia a mi y dirigiendo sus pasos hacia donde me encuentro.

Me rió y me observa confuso — Se supone que esta es la parte donde los nuevos estudiantes disfrutan estar y el recorrido termina - sonreí encogiendo los hombros.

El asiente — Entonces, es una decepción que se emocionen con pasto y altas gradas que de seguro no son cómodas - continua — Las personas son muy estúpidas ciertas veces - agrega .

Lo observo y su forma de hablar llega a hipnotizarme es como escucharme pensar y decirlo, pero su tono indiferente y directo es muy distinto al que usaría para expresarme.

— Puedo mostrarte los casilleros o salones abandonados - sugiero tontamente — Debo cumplir con los sesenta minutos de recorrido - me excusó.

Parece pensarlo pero algo me dice que la respuesta la tuvo antes que de que pudiera terminar hablar — Suena emocionante, pero estoy harto de tanta diversión - siento la ironía en su voz pero no contra mi — Volvamos hacia la biblioteca y tal vez podrías cubrir el tiempo que te queda, hablándome sobre Ti - me sonríe al terminar.

Toma mi brazo y lo enreda con el mío, luego de unos segundos de mi silencio vuelve a hablar — ¿Dije algo malo? - preguntó y negué en cierto modo él no conocía nada de mi pero podía sentir que con solo una de mis historias podría descifrarme al instante y eso me asustaba parecía una persona que juzga de una forma diferente pero que al final es una sentencia de su parte.

— No, en absoluto - respondí luego de pensar en mi silencio — Puedo hablarte sobre mi si es lo que deseas - dije y seguimos caminando.

— No si no lo deseas - me dice — Suelo ser muy imponente a veces, no me doy cuenta cuando lo soy y enserio lo lamento - se excusa.

Niego — Eres nuevo aquí - le dije — Conocerás a personas y escucharás rumores... - me detiene.

— No creo en los rumores - me dijo — Solo cuando los escuchó de la persona en si - termina — Continua.

— Podía hablarte de mi vida fácilmente hace unos meses atrás - le digo — Pero temo que ahora solo podré decirte lo esencial.

Asiente y continúa caminando mientras me quedo en el mismo lugar donde estaba — Te escucho - dice.

...



— ¿Vives aquí, entonces? - me dice cuando me detengo frente a mi casa. Asiento y me giro completa hacia él.

— Si, ahora mismo no es el lugar donde desearía estar - confirmó, Quito el seguro de su auto.

Observa mi casa por unos segundos, no espero que quiera entrar, aunque quisiera no podría dejar hacerlo, mi madre enloquecería si me viese acompañada de alguien. Siento que aun una parte de ella espera que Maximiliano y Yo nos reconciliásemos, no me lo ha dicho directamente y se que me lo negaría si se lo preguntase pero la conozco y se que lo piensa aun y además no quiero responder preguntas y explicaciones que no tienen importancia ahora.

— Una tal Rachel Brown - al escuchar el nombre de Rachel me paralizó y evitó girar pero continuo escuchando — Me dio un papel con su número en él- dice — ¿La conoces? - pregunta.

Era inevitable que no conociese a Rachel las clases son muy juntas y la terminaría conociendo por cualquier modo, ademas Trevor es de las personas que llaman la atención de Rachel por su forma de actuar y de ser, en si mismo.

— La conozco - respondo — Pero no somos cercanas, si puedo evitar cruzármela, lo hago - me giro y él me observa.

— ¿Es por un chico? Si no te ofendes - me dice — Las mujeres valen demasiado como para reñir por un hombre y menos cuando éste tiene el ego más alto que el mismo - dice — Pero no te espantes - me dice de manera rápida. — No preguntaré más.

Suspiro al escuchar su voz al final, por un momento pensé que sería inevitable seguir callando, se que se enterara de algún modo ahora que Rachel sabe de su existencia y le diga acerca de mi, pero mientras eso sucede no quiero que me vea como me siento ahora, prefiero que se entere de algún modo y que decida que hacer.

— ¿Y, que hiciste con el papel? - preguntó mirándolo.

Se ríe de pronto como si recordara algo que lo hizo reír — Cuando me lo dio - dice mirándome — Se lo di a un chico que no conocía y le dije que esta chica se moría por hablar con él pero que era tímida y que diera el primer paso - sigue sonriendo — ¿Cuánto crees que tardará en darse cuenta que no soy Yo? - me pregunta.

Me rió pensando en Rachel emocionada por que el chico nuevo le habló de manera tan desesperada, su mueca y sus ensayos de cómo manipularlo, cuando en realidad está hablando con un don nadie como Ella lo llamaría.

— Rachel es muy íntima - digo — Te enviará una foto y pedirá que hagas lo mismo — No creo que dure mucho.

El ríe luego de escucharme — Vaya esa chica parece mirarte o mirarme - en medio de las risas me giro para ver de quien habla y mi risa se detiene cuando veo de quien habla.

Caitlyn, mi Caitlyn, de pie junto a la entrada de su casa mirándome con una expresión sin nada pero que de algún modo me hace sentir mal.

— Es Caitlyn - respondo - sus ojos me juzgan y los míos suplican paciencia, por unos segundos puedo creer ignorarlo pero esto está tras de mi.

El continua viéndola y se que Caitlyn ni siquiera lo ha notado.

— ¿Es, Tu amiga? - me pregunta luego de un corto silencio, en mi voz solo escuchó el eco de su voz.

Pero logró entenderle — No lo sé - respondo viendo como luego de unos segundos Ella entra en su casa.

Puedo ignorar a Rachel, puedo ignorar a Maximiliano, pero a Caitlyn no puedo hacerlo, al menos no sin que me lastime a mi misma.

Mi ángel guardián Donde viven las historias. Descúbrelo ahora