Soldado En Guerra

8 "En el hospital"

Nos toco partir ese mismo día, cada vez mas cerca del infierno tan indeseado, este que tanto mi amigo y yo esquivamos. Su mirada era seria, después de esa carta perdió un brillo tan peculiar en él, que en este preciso momento yo lamentaba.

Cargados con bolsos íbamos en el coche que nos aproximaría al lugar donde debíamos ejercer el rol de soldado.

Durante la noche sin darme cuenta me dormí, el cual fue mi peor error. Íbamos en el coche cuando quede dormido, sentí un golpe en la nuca y no recuerdo mas del accidente. Al despertar me encontraba en un camilla, un joven morocho y alto se acerco a mi, y pidió mi nombre

_William Bennett, ¿Donde estoy? ¿Y la guerra?_ dije un tanto desconcertado, recordé a aquellos ojos claros y lo que paso esa noche yendo a las trincheras _¿Donde esta Benedict? ¿Que paso?_

Al oír esto el medico intento relajarme y dijo que todo estaba bien. Pero en su mirada se apreciaba esa tristeza, algo me decía que esos ojos claros no los vería por mucho tiempo. El joven se presento en modo de cortesía

_Mi nombre es Giovanni, y como veras soy italiano. Soy el medico encargado en este hospital o por lo menos el de turno. Estas en Siena a las cercanías de Florencia, en Italia, esa noche los atacaron y tu amigo esta desaparecido mas posiblemente muerto... Pero debes descansar y relajarte ya que todavía no es seguro. En las cosas que encontramos, esta estas dos libretas y estos retratos que estaban en tu traje._

Acompañando sus palabras me paso las pinturas junto a las libretas, una era mía y la otra del hombre que ¿estaba muerto?. Esta situación era desesperante, deje las libretas de un costado, el italiano me miro y dijo:

_...debes descansar has estado en coma durante meses, ya mas tarde van a traerte comida. Y en alrededor de una hora yo vendré a hacerte un chequeo de que no tengas ningún parámetro anormal. Si que trata de dormir un rato, que mal no te hará..._ dijo con un acento italiano característico, a pesar de que dominaba el ingles perfectamente.

Cuando se retiró de la habitación, mi cabeza estallaba. _¿Muerto? Es imposible él no puede estar muerto_ repetía continuamente en mi mente. Me sentía agotado, pero tome su libreta y empecé a ojearle las hojas, en ellas solo habían garabatos y algunos relatos que quizá había inventado.

Luego mire las pinturas de mis supuestos padres y las guarde dentro de su libreta. Dejando las dos libretas juntas me voltee a un costado y caí en un pesado sueño.