27 "El transcurso del tiempo"

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Pasamos dos semanas en el tren antes de llegar a nuestra penúltima parada, la ciudad de Orsha todavía perteneciente a Bielorusia. El viaje con Giovanni y Lara era muy distinto de lo que era con Mikhail, las charlas eran sobre las boda y sobre la criatura que llevaba en el vientre.

La situación no era que me desagradara pero me sofocaba un poco. Eran jóvenes al igual que yo y era entendible, estaban enamorados, eran felices y yo aceptaba esto. Pero el asunto de no saber a donde iría a parar Mikhail me había preocupado, sabia que me había mentido y en su voz note temor.

Esperaba volver a verlo y rogaba porque así fuese, algo me decía que esto no seria así y mi impresión jamás falló. Mientras que en lo que se basaba al viaje, me la pasaba tocando el violín o leyendo historias interesantes sobre dragones y criaturas raras de otros mundos. Escribía a Sherlock o simplemente iba a tomar en el bar del tren, el joven mesero ya me conocía y sabia que buscaba distraerme de las conversaciones, por lo cual no daba charla.

Cada noche iba a tomaba uno o dos tragos en la tranquilidad de estar solo para poder pensar en lo que había pasado hasta este momento. Recordar al chico que hace cinco años atrás estaba triste por abandonar a su familia adoptiva en el puerto para ir a la guerra.

Y apreciar al joven de 23 años de ahora que había madurado, cambiado y se había aceptado. Pensaba en todo lo que pase y lo que hoy en día soy como poder ejercer de médico gracias a Sherlock, conocer mediante pinturas a mis padres, y tener un violín que tocó cada vez que puedo. Pero por sobre todo tenía a quien amar y ese era Sherlock, sobre todo había comprendido de que estar celoso no traía nada bueno y que del pasado no podía esperar a que no se hubiese relacionado con otras personas.

Pero él había logrado que mi vida fuese testigo de muchas aventuras y las que todavía nos quedaran vivir. Recuerdos iban y venían cada noche por mi cabeza, y el deseo del llegar a Alikel fue creciendo. Necesitaba verlo, abrazarlo y escuchar su voz por eso mismo lo recordaba cada noche.

Después de tomar un rato y pasar dos o tres horas en silencio en el bar, iba a mi habitación buscando la libreta de historias para poder escribir un nuevo fragmento y esta noche no seria la excepción:

_Cuando la muerte de un ser amado se hace presente, uno comprende que la separación es muy difícil. Pero que el recuerdo y el amor que uno sentía por este sigue intacto. A pesar de que este haya mentido su propia muerte por protegerme. Eso me ayudo a soportar la distancia que hoy existe, mientras voy a buscarlo a la imponente Rusia._

Todos los días buscaba relatar en unos pequeños fragmentos, todo lo que había pasado en cinco años, todo lo que había vivido y lo que había sentido.

_Aun así te perdoné porque el amor que hay entre nosotros me ganó. Porque te amo, y se que tu también lo haces. Veía como cada vez te acercabas mas con tus extravagantes y locas historias ¿Las recuerdas? Las de tu pasado, las de dragones y la de aquel pequeño niño que soñaba muy grande con ser un hombre completo y feliz. Pero no se si yo sea el amor de tu vida como los personajes de tus cuentos, pero espero poder ser el que te complete cada noche, el que abrace cuando lo necesites, el que te ame plenamente. Deseo ser el hombre que necesitas Sherlock._

Cada fragmento iba seguido de una pequeña carta para Sherlock, en cada una le contaba como me sentía o que pensaba. Cuanto lo extrañaba y cuando por sobre todo lo amaba.

Soldado En GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora