17 "Confusion"

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Pase largas horas dentro de la habitación, al llegar me había dormido. A pesar de haber dormido en el tren me sentía agotado y confundido.

La corta charla con el chico francés me confundió, a pesar de que era lindo y me llamo la atención, recordé a Sherlock. No sentía lo mismo, me quería convencer de aquello. Lo que sentía por el francés que ni el nombre conocía solo era una atracción momentánea, mientas que por Sherlock era amor, lo amaba y lo necesitaba como nunca.

Consumido en mis pensamientos no escuche como alguien tocaba la puerta, tocó un poco mas fuerte y eso hizo que sobre saltará.  Inmediatamente me levante, y fui hasta la puerta prolijamente tallada en madera.

Algo sorprendente del lugar es que era todo de madera, y estaba tan cuidado que podías quedarte horas observando una mesa o una silla. Abrí la puerta cuando el francés hizo un paso hacia adelante invitándose a pasar por su propia cuenta.

_Je m'appelle Adrien, quizá te lo estabas preguntando..._ 

Se que dijo su nombre, aun así me molestaba que dijese todo en francés sabiendo que era muy posible que yo no hablara ese idioma.

_yo no se francés, te agradecería que cuando te dirijas hacia mi me hables en ingles..._ estaba irritado, pero no con él. Sino conmigo, me irritaba no saber que me pasaba, mucho menos saber que sentía verdaderamente por Sherlock. Lo extrañaba pero no le perdonaba su mentira, mas sabiendo que intentaba "protegerme".

Mientras que Adrien me observaba, note como tenia una erección en su pantalón. Subí mi mirada al instante de apreciar esa imagen. Estaba demasiado confundido, y no sabia que hacer, él noto esto y se limito a decir:

_¿Queres tomar un té? se que a los ingleses les gustan mucho, pero me causa incomodidad, no se como ustedes pueden tomar un líquido tan amargo como es el té._ tenia una extraña diversión en su mirada. Al parecer jamas perdía su toque divertido a pesar de las desgracias del mundo.

Su comentario me hizo reír, pero tuve que acotar sin haber pensado en alguna de mis palabras.

_El té lo toman los ricos, gente como yo rara vez lo hacen, solo en ocasiones especiales. Pero si a eso se le aplican los buenos momentos del pasado, se tomaba muy seguido. Acepto tu invitación, pero nosotros usamos, lo que quizá vos no conozcas que es el azúcar._

No pensé en ninguna palabra, hasta terminar; dándome cuenta de que podría haberlo ofendido. Vi como se reía ante mi comentario e hizo el ademán para que yo saliera de la habitación, acción que él repetiría.

Ya en un hermoso salón vacío, decorado con paredes forradas en un delicado papel tapiz, con seis mesas y un gran mueble llenas de tazas y vinos de mediana calidad, lo cual me fue inusualmente tranquilo, me dirigí a sentarme en una mesa al final de toda la residencia. 

Vi como llamó a una linda joven y como era de esperar le dijo con su idioma y acento tan característico:

_Amélie apporte le meilleur thé de la maison.  Dépêchez-vous, c'est important, alors ne laissez personne t'arrêter_ le dijo con un tono serio, se notaba en sus facciones que le estaba dando una orden.

A pesar de que no comprendía el francés, y no pensaba en perder tiempo aprendiendo, ya que solo estaría unos días en este lugar. Su tranquilidad se adentraba en mi ser, pero era tal la calma que me inquietaba.

Al rato volvió por lo que había comprendido Amélie, la joven encargada de cuidar, mantener la limpieza y las comidas del lugar. Aprecie su rostro, tenia unos rasgos muy delicados por lo cual supuse que tenia unos veintiún años. El pelo morocho junto con sus ojos del mismo tono, traía una bandeja de plata con dos tazas, la tetera y el azúcar en cubitos. Vi como la dejo en la mesa y se retiro sin decir nada, yo amablemente le dije gracias, pero note que ella no comprendía.

_Ella es mi hermana es por lógica francesa, pero ella no conoce del ingles. Pero esta entusiasmada en aprender si que supongo que pronto estará hablando el idioma con fluidez._ Adrien la miraba con un cariño paternal, la quería mucho y se lograba reconocer a la distancia.

Paso alrededor de unas horas cuando decidí terminar, la charla y salir a dar una vuelta. Pero nuevamente me volví a sentir observado por alguien, que no dejaba verse.

Soldado En GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora