16 "El viaje"

15 10 0
                                    

Al despertar del sueño, vi como en la mesita de luz había una carta. Como era de suponer Sherlock se las había ingeniado para comunicarse conmigo.

Sin ganas de leer lo que había escrito la guarde en mi maleta y fui hacia el vagón para cenar. Sabia que entre toda la gente había mas de una persona que estaba a cargo de Sherlock, entonces comprendía que debía ser cauteloso, y quería que él no tuviera noticias de lo que pensaba o si lo había perdonado.

Ignorando y alejándome de la gente, él solo tendría las escasas noticias, escuchando que solo estoy bien. Y por mas que se intentaran acercar a mi no iba a dejar que se aprovecharan de mi confianza.

Y llegando a Údine perteneciendo aún al territorio italiano, no me había comunicado con nadie y me mantuve la semana en el tren leyendo y disfrutando del paisaje. A medida que pasaba habían ciudades sin habitantes con unos paisajes increíbles. Hasta que una mañana a menos de tres días para bajarme y seguir mi viaje vi otra carta de Sherlock, había recibido tres en todo el viaje y no me había limitado a leer ninguna.

Sentía rabia hacia las mentiras que él había cometido, fingir su muerte por tanto tiempo no fue la solución indicada. Pero esa mañana decidí abrir esas cartas y leerlas.

Las mire pero tan solo leí fragmentos, al ver como insistía en que lo perdonara que no tenia otra opción las volví a guardar. Pero la ultima traía mas indicaciones hacia donde ir, comentaba de un hombre ruso que me llevaría e indicaría, en caso de necesitarlo me podría comunicar con él a través del ruso.

Al bajarme del tren sentí un escalofrío en mi espalda, mire hacia los lados buscando a quien que me observaba. Tenia tres días en esa ciudad para luego seguir mi viaje hasta aquella ciudad en la cual ¿Obtendría las respuestas a todas mis preguntas?.

Me dirigí a la posada donde estaría estos días volví a sentirme observado por alguien. Aún así no había nadie cerca que me estuviese mirando.

Al ingresar a esta me dirigí para el mostrador en busca de quien me diera una habitación. Así apareció un joven morocho de estatura media, aun así era un poco mas alto que yo, morocho de ojos avellana, con una voz gruesa me atendió, y  proporcionándome la llave de mi habitación. Sentí como me miro de arriba a abajo, observe como había algo de perversión en sus ojos. Y escuche que me pregunto:

_¿De donde eres?_ notaba un tono de curiosidad en esa voz. Tenia un acento particularmente francés y por un momento pensé que él podría echarme de la posada, y no había otra a quilómetros.

_Inglaterra_ dije en susurro esperando lo peor de su parte.

_Eres ingles que interesante_ dijo y reacciono de manera contraria a la que esperaba. Estaba alegre y de repente se dio cuenta de que pensé que me iba a echar _espera, ¿creiste que te a sacar de acá?. No, no estoy en contra de los ingleses. Puedes hospedarte acá el tiempo que desees._

Anonadado tome la llave que me paso mientras que me miraba fijamente con una sonrisa. Cuando dispuse a irme, él repentinamente dijo:

_sos un hombre muy lindo_ con una amplia sonrisa en su rostro.

Sonreí tímidamente y le dije:

_¿Que es lo que quieres?_ aun sabiendo la respuesta, quería oír un rato mas esa ronca voz.

_Mmm_ dijo con un tono extravagante y divertido _Je te veux en moi_ mirándome con algo de deseo expresó esas palabras.

Sin comprenderlas lo mire esperando a que me dijese que es lo que había dicho. Pero solo se limito a reír por lo bajo, negando con la cabeza.

_vete a tu habitación, je vais rêver avec toi_ estas ultimas palabras eran casi perceptibles, pero cada una de ellas me desconcertaba todavía mas.

Soldado En GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora