✫Nᴏ ǫᴜɪᴇʀᴏ ᴘᴇʀᴅᴇʀᴛᴇ✫ {𝑊𝑖𝑙𝑙 𝐵𝑦𝑒𝑟𝑠} ✔ |TERMINADA|

24 ~ Abrazo familiar

Hablé con mi madre y le dije que teniamos que ir a casa porque no me encontraba bien, ella aceptó y nos despedimos rápidamente de todos, dejandolos un poco extrañados ya que no dimos ninguna explicación.

-Ahora dime la verdad, ¿porqué querías venir a casa? -me preguntó nada más cerrar la puerta.

-¿De que hablas?

-Venga ya, se que no te encuentras mal, no puedes mentir a tu madre.

-Pues... La verdad, no se muy bien como explicarlo. Cuando estaba... -fui interrumpida por el sonido del teléfono- Yo voy.

-¿Casa Hargreaves?

-¿Quién lo pregunta?

-¿Paige? Soy Mike, estoy llamando desde el hospital.

-Ah hola Mike, ¿que pasa?

-Eso mismo quiero saber yo, ¿porqué te has ido sin avisar? Will casi se vuelve loco.

-Esque iba al baño pero...

-¿Pero?

-Paige Hargreaves suelta el teléfono ahora mismo -dijo mi madre gritando. Se llevo un dedo a los labios indicando que guardara silencio y me guiñó el ojo.

-¿Señora Hargreaves? -fue lo último que oí decir a Mike, ya que seguidamente me aparté para dejarle sitio a la mencionada.

-Hola Mike, cariño ¿como estás? ¿Cómo esta Will? -dejó tiempo para que contestara-. Me alegro... Ya, lo siento mucho cielo, pero una vecina había llamado y ha dicho que Milo y Akura estaban peleando, así que hemos tenido que venir corriendo... Oh esque de vuelta a casa Paige se ha portado mal y está castigada una sem... -le di un golpe a mi madre, no me podía castigar una semana como excusa- Dos días, está castigada dos días... Lo siento, hasta que no acabe el castigo no podrá hablar... Está bien, dale recuerdos a Will y a la señora Byers de mi parte, adiós.

-Muchas gracias -dije cuando al fin colgó.

-De nada, pero ahora debes contarmelo.

-Esque..., creo que me gusta Will.

-Pensba que era algo importante -respondió mi madre.

-¡Mamá! Es importante -me quejé-. ¡Muy importante!

-Ya lo se cielo, pero no es ninguna novedad. Joyce y yo ya sabemos que estais locos el uno por el otro.

-Eso no es cierto, él solo me ve como una amiga...

-Oh lo siento mucho Paigie, no te preocupes, el problema es que aún sois muy pequeños para esas cosas.

-Vale mamá, prefiero cambiar de tema... ¿Voy a seguir tomando mis pastillas?

-Eso es tu decisión, si te ves lo bastante fuerte para sobrellevar tus poderes sola, tienes todo mi apoyo. Y si alguna vez crees que las necesitas, solo pídemelo, ¿vale? -mi madre pasó su mano por mi mejilla y yo asentí.

-Muchas gracias mamá, ¿crees que podría practicar ahora?

-¿Cuál?

-No se, creo que el más complicado es intentar comunicarme con...

-Si, te entiendo... Puede que te cueste un poco, pero necesito que me digas como...

-¿Cómo qué?

-Lo que pasaba antes de que apareciera Gretta, supongo que habrían algunos patrones o algo así, no aparecería sin más, ¿verdad?

-La verdad, esque sí, aparecía sin más... Creo que ella sabia cuando la necesitaba y entonces se encontraba frente a mí.

-Vale, pues tendremos que averiguar como puedes hacer que aparezca aún sin necesitar su ayuda.

-Creo que pensaba en ella...

-¿Qué?

-Con ella no, pero cuando estaba en el instituto, empecé a pensar en Barbara, recordé cada rasgo de su cara y de repente, estaba frente a mí.

-Vale, pues intentalo con Gretta.

-Está bien...

Intenté poner mi mente completamente en blanco, y pensar en ella. La verdad es que era muy parecida a mi, tenía el pelo rubio y largo, sus ojos eran grandes pero de un azul brillante que transmitían calidez, y sus finos y rosados labios casi siempre mantenían una gran sonrisa.

Abrí los ojos y miré por toda la habitación... Nada, no había ni rastro de ella.

Me dirigí a mi madre para decirle que no había funcionado.

-Mama, yo... Lo siento mucho, no he podido -dije conteniendo mis lágrimas, no quería que mi madre me viera llorar por no saber controlar mis poderes.

Narrador omnisciente:

-No pasa nada Paige, creo que a las dos nos vendría bien descansar un poco -dijo Bonnie sintiendose mal por su hija.

-Tienes razón, pero soy inútil, tengo poderes y ni siquiera se cómo usarlos... -habló una triste Paige, decepcionada de sí misma.

-No es verdad, solo necesitas un poco ayuda para controlarlos y ya -replicó la mayor abrazando a su pequeña.

-Te quiero mucho mamá -correspondió la menor.

Y así se mantuvieron durante un largo tiempo, sin saber que alguien que ellas no podían ver también se había unido al abrazo familiar.