Chapitre 11.

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~ 18 novembre ~

El dulce aroma de su esencia ha quedado impregnado en el lugar, dándome la bienvenida a un nuevo día. La luz del alba traspasaba las cortinas de la habitación de Jeaninne. Quede un poco cegado por la misma luz, molesto, del que me olvide de inmediato al verla dormida muy cerca de mí, como si en toda la noche no nos hubiéramos separado. Los ligeros movimientos de Jany hicieron despertar a Boss, mientras que ella, acercó sus manos para encontrarse con las mías. Por la madrugada, tuve el atrevimiento de tomar sus delicadas manos, frías y suaves, pasando mi pulgar entre sus dedos y disfrutar de tomar su mano una vez más.

Bonjour, Adri —saludó en un murmullo.

Bonjour, Jany —respondí de la misma forma, sonriendo un poco al momento que se acercó a mi pecho—. ¿Cómo dormiste?

—Como un oso —rio en silencio—. ¿Estas incómodo? Siento algo de frío y tu estas calientito.

—Claro que no —acerque más a ella para abrazarla.

—Es un buen pretexto para no salir de cama, jaja.

—Entiendo... ¿Sabes algo, Jany? Quiero pedirte una disculpa, por lo sucedido de ayer, yo... me siento culpable.

—No tienes la culpa de nada, Adri —dijo sin apartarse de mi pecho—. No tienes por qué sentirte así.

—Prometo que mientras estés conmigo, haré todo lo posible para que no te suceda nada similar. ¿Entendido?

—¡Entendido! —pude ver que sonrió— Bum, bum, bum, tu corazón hace bum y bum, como una canción que me dice que no me aleje de ti, jaja. ¿Puedo decirte algo? —afirme.

Espero unos segundos, se movió ligeramente para llegar rápido a mi cara y dar un suave beso en mi mejilla y terminar abrazándome con algo de fuerza.

—¡Gracias por todo, Adri!

—Ya te dije que no tienes que agradecer nada, Jany —regrese el beso a su mejilla.

—¡Claro que sí! —ahogo sus palabras en mi cuello— ¡Auch! Tu barba es un peligro, jaja, tomaré eso como que ya me estoy pasando de la línea.

—¿Sabes qué? Me voy a rasurar por completo. Tenemos que apurarnos para irnos a hacer la prueba, Jany.

—¿Es muy necesario? —chilló en silencio— Tengo sueño, cansancio y poca motivación.

—¿No quedaste de ver a Nicolle para ir juntas?

—Hmmm... no... de hecho no... ¡¿Por qué no le dije?! ¡Y ni a Fleur le dije! —dramatizo— No lo puedo creer, tuve la oportunidad y no lo hice —chilló.

—¿Y por qué no les llamas?

—¿Crees que digan que sí?

—Deja de creer y actúa.

—¡Eso haré! —levanto energéticamente— Pero primero, dos horas más de sueño —bostezo muy fuerte—, ¿verdad, pequeño? —acaricio a Boss.

Levante aventando un poco las cobijas de la cama y estirándome un poco a cada paso que daba. Me sentía algo dirigido, con sueño, pero descansado.
Hace poco había rebajado una vez más la barba, me gusta que crezca un poco, pero a veces me resulta molesto por la comezón. ¿En serio planeo quitármela después de tanto tiempo? No es mala idea, ya la he rebajado bastante, ¿por qué no rasurarme por completo?

—Siento que te verías extraño sin barba —dijo al llegar—, pero tengo mucha curiosidad por saber cómo te verías sin ella.

—Estaba en un debate conmigo mismo, pero acabas de terminarlo —saque la maquina rasuradora.

La Vie en Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora