Chapitre 19.

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~ 18 décembre ~

2:21 am.

No tuve oportunidad de hacerlo alguna hora antes o darle llave al de seguridad para que lo metiera al departamento y escondiera en algún lugar, son muy ostentosas y se van a delatar muy rápido. Lo mejor fue fingir sueño tan pronto llegamos a casa y esperar a que estuviera bien dormida para venir por ellos.
No hacer nada de ruido al momento de caminar y bajar las escaleras fue una tarea difícil, en especial con Boss, del que si hago un movimiento brusco se despierta y podría correr el riesgo de que me persiga hasta que me vuelva a acostar.
Baje a recepción con el hombre de seguridad, quien apenas me vio y se levantó para traer mi pedido. Encargué dos arreglos florales especiales, rosas de color rosa y otro con flores variadas, tal como en la pintura de su habitación. Me ayudó a llevarlos hasta el elevador, me hubiera ofrecido ayuda de no ser porque esta noche esta solo él y él portero del estacionamiento.

-Deme un segundo...

Dijo el portero con algo de inquietud al ver a alguien acercarse a las escaleras de la entrada del edificio, pude ver cómo vómito una gran carga en la entrada, miré con asco hasta que el de seguridad le ayudó a ponerse bien de pie y ayudarla a entrar. Deje con cuidado las flores en el suelo para ir a ayudar.

-Ay, Annette, ¿qué te pasó? -mire con un asco discreto al ver que se había manchado con un poco de vómito.

-No le paguen... -tosió con intención de volver.

-¿Quieres que te llevemos al médico?

-No, Adri -tosió una vez más-, ya estoy mejor. No le paguen al taxi, ya está pagado. Mejor ayúdame. Me siento débil -chilló-. ¿Nadie más vio? ¿Qué haces aquí tan tarde?

-Vine por un encargo -señalé a las flores.

-¿Son para tú...? -de sorpresa nos tomó otra descarga en el suelo de mármol-. Ay, Adri, perdónenme, ¡perdóneme, señor...! -tosió una vez más con amenaza. El hombre sólo atinó a hacer una señal para que no se preocupara, tratando de ocultar su disgusto y asco por la escena, era difícil hacerlo, debo admitirlo-. Ay, Adri. No le digas a nadie esto.

-Prometo no mencionar nada. ¿Estas segura que no quieres ir al médico?

-Estoy bien, no quiero que me vea nadie más.

Preferí guardar silencio para no incomodar con más preguntas sobre su estado. Era evidente que estaba ebria. Señalé a mis flores al pie del elevador para decirle al de seguridad que regresaba en unos minutos.

-¿Te importaría ayudarme? -sin dejarme responder con una pregunta ella me arrastró a su departamento para que la siguiera ayudando-. Por favor, Adri, no pienses mal de mí. Tuve una mala noche, eso es todo.

Una vez más, se fue al baño a terminar lo que empezó en la entrada, pero más nada puso salir, solo se retorcía del dolor y encogía sujetando con fuerza la taza del inodoro, dejándose caer cuando ya no pudo más. Tuve ante mí a una Annette con el maquillaje corrido de las lágrimas que recientes tuvo, el labial hasta la mejilla por haberse limpiado con fuerza la boca y manchas de vómito sobre su ropa. Vaya noche tuvo mi vecina.

-¿Te sientes mejor? -senté con ella en el suelo de su baño, tomando algo de papel y limpiando un poco su cara-. ¿Tienes algo para quitar tu maquillaje?

-Solo quiero dormir -chilló-. Quiero dormir hasta que ya no me duela.

Preguntar ahora lo sucedido no es la mejor opción, ni si quiera hablar de algo que no pidió. La ayude a ponerse de pie y sentarla en su taza de baño. De Jany aprendí lo que es un desmaquillante y como quitarlo, así que tomé una toallita de algodón y humecté con algo del desmaquillante para limpiar la cara de mi amiga, quien pude ver que aún salían algunas lágrimas.

La Vie en Rose.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora