Capítulo 3

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—¡SAM! ¡SAM! ¡SAM! —Jack llamó a gritos a la nombrada.

—Dime —sonrió inocente mientras "escribía".

—¿Me dirás el por qué no fuiste ayer con nosotros? —le miró el rostro sentado en su butaca correspondiente.

—Perdón estoy escribiendo cosas importantes —evitó la mirada del pequeño.

—¡Pero estás dibujando penes! —señaló los dibujos en su cuaderno.

—Bueno bueno, ya. ¿Qué pasa? —le miró.

—¿Por qué no fuiste al parque con nosotros pelirroja?

—Tuve... Una emergencia —se rascó la nuca.

—¿Qué clase de emergencia? —preguntó frunciendo el ceño.

—Película, refresco... Palomitas —dijo mordiéndose el labio inferior.

—¡Me dejaste solo con Allen! ¡Por una película! —sonrió sin previo aviso al recordar ese momento inolvidable.

—¡Pues cuenta! Le preguntaría a Allen pero no entró a clases —señaló el asiento vacío.

—Sólo... Fuimos al parque, charlamos, fuimos a su casa para después ir a otro lugar que no conocía —tomó un suspiro—. Trajo con él un estéreo con un disco para mí.

La chica da un pequeño grito triunfando en su plan. Era cierto, quería que ambos convivieran para conocerse mejor.

—¿Qué más? ¡Vamos cuenta ya! —aplaudió esperando con ansias la respuesta del asmático.

—Empezamos a bailar —no pudo acabar porque la pelirroja ya empezaba a dar gritos fuertes y el chico veía a su alrededor que miraban a la chica.

—Perdón —Sam se sonroja al fijarse que todos la veían, vuelve a ver al chico—. ¿¡Qué más!?

—Bailamos toda la tarde, escuchando la canción Hey Jude —finalizó Jack con su pequeña y linda experiencia con su nuevo amigo y la chica dio unos pequeños y silenciosos gritos de emoción.

—Bailamos toda la tarde, escuchando la canción Hey Jude —finalizó Jack con su pequeña y linda experiencia con su nuevo amigo y la chica dio unos pequeños y silenciosos gritos de emoción

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El par de amigos estaban sentados en una mesa que hay en la escuela para comer en su hora de receso, hablaban de pura estupidez y se reían.

—Buenas buenas —el de anteojos se sentó en frente de ellos.

—¿Por qué no entraste? —preguntó la pelirroja al arrojarle una cuchara de plástico.

—Qué flojera literatura —esquivó la cuchara—. ¿Y cómo está el bailarín? —ahora su mirada está enfocada al pequeño.

—Estoy bien gracias —miró sus ojos y se sonrojaba.

—Me alegra chico —empezó a comer su emparedado que traía en su mochila al igual que todos.

—¿Tan bien bailó este niño? —Sam agarró la mejilla del pequeño apretandolo.

Melancholy Blues ✤ || GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora