Capítulo 6

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—Me alegra que hayas querido venir, no tenía a nadie con quien salir —Sam mencionó mientras agarraba una piedra del suelo y la aventaba a lo lejos.

—Sí —habló Jack mientras estaba sentado detrás de la chica en una roca más grande—. Pelirroja, dime de qué querías hablar, has estado rara estos días.

Sam se detuvo, iba a lanzar otra roca pero el asmático la había interrumpido. Soltó la piedra y volteó a mirarle. Agarra la roca más grande que estuviese cerca del chico y la arrastra para quedar a lado de Jack.

—Allen sabe un poco del por qué soy así —dijo mientras se sentaba para conectar con los ojos del pequeño—. Mi madre, me maltrata.

Jack no decía nada, no querían interrumpir aunque con el comentario anterior se producía miles de preguntas en su mente una de ellas era... el ¿por qué lo hacía?

—Aquí estoy, tratando de decirte esto sin llorar, he tratado de llamar a personas pero al parecer no me escuchan —soltó un suspiro—. Necesito que aguantes toda la tristeza que mi cuerpo contiene, lloro a gritos, me estoy rompiendo, trato de ver esperanzas en mí —agregó casi con un tono de susurro.

El pequeño se sorprendió de las palabras que salían de su boca, se sentía tan mal.

—Puedo fingir una sonrisa, puedo forzar una risa —soltó mientras cerraba sus ojos—. Extrañaba las épocas de mi niñez, donde pensaba que el mundo era hermoso, llenas de felicidad, cuando aún veía mi vida con mucha alegría —empezó a llorar—. Quisiera ser el orgullo de mi madre, al igual que ella fuera mi heroína —el asmático quiso llorar junto a la chica, pero no quería empeorar las cosas, así solo le dedicó atención, lo requería.

—¿Puedes creer que mi propia madre me hace sentir miserable? —rió secamente—. Mi autoestima está de la mierda, me da miedo conocer a alguien y que me empiece a lastimar de la misma manera que lo hace mi madre —agachó su cabeza—. No puedo contarle nada sobre mí, ya que ni siquiera le importa, le doy igual — puso sus manos en su rostro—. Siempre estoy sola y ya me cansé de fingir que todo está bien cuando no, en serio ya no puedo continuar así. Me siento tan sola...

Jack no podría creer que ella se sintiera de esa manera, odiaba ver a su primer amistad que había hecho en toda su vida. Agarró las manos llenas de lágrimas de la pelirroja y las estrechó con las suyas. Sam apretaba sus ojos para tratar de que no salieran más lloriqueos, aunque le era fatal.

—No le creas a tu madre lo que tanto te dice —la chica abrió sus ojos, estaban muy rojizos—, sé que no es fácil creérselo, ya que esa mujer te ha llenado de tantas mentiras, tú eres una chica tan preciosa, hermosa, guapa y sobre todo amable —agregó y la chica sonrió—. Te confieso que la primera vez que te vi, me sorprendí de la belleza que tienes —finalizó mostrando su sonrisa para darle confianza a la chica, lo cual agradece Sam.

«No puedo desprender este sentimiento que tengo.»

—Te quiero Sam.

«Te quiero.»

—Y quiero que seas feliz —apretó sus manos con las de ella—. Te mereces ser feliz, te... adoro Sam —Jack sonrió nuevamente pero mostrando sus dientes no tan seguro de sus palabras—. Eres una chica muy pero muy linda y una chica linda no debe llorar, al contrario, debe estar alegre.

«¿Y notarás mis sentimientos por ti? ¿Y podrás ver lo mucho que significa para mí desde que le quise hablar?»

Sam separó sus manos con las de él para lanzarse hacia Jack dándole un abrazo, con lágrimas de felicidad en sus ojos ríe alegremente, por fin alguien quiso escucharla, estaba completamente feliz. Ha estado esperando que alguien la rescatara de su desconsuelo.

Melancholy Blues ✤ || GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora