Capítulo 27

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Como antes había mencionado Grace, ella pagó los gastos que un funeral llevaba.

La mujer ya había sido enterrada y las personas que estuvieron en la cena de año nuevo se encontraban en ese momento importante para Allen.

El azabache accedió a vivir con su novio, ahora que nada necesitaba un apoyo grandísimo.

Por otro lado Sam regresó a su casa y su madre no estaba, la cual agradecía.

Ahora mismo, Allen estaba acostado en la cama de su novio, abrazando a Copito. Lamentablemente evitaba comer, salir o escuchar música, haces cosas que gustaba pero los desánimos eran una mierda que no ayudaban.

Jack trataba de animarle pero no podía ya que no contribuía el de lentes, así que todos le dieron un espacio, el menor comprendía la pérdida de una mamá, era horrible.

En los sueños Allen era feliz estando abrazando y platicando como era de costumbre con Bella, pero desgraciadamente sólo era un sueño.

Pareciera como si fue ayer que Allen vio el rostro de la mujer que prácticamente era su mamá, aquella mujer estaba orgullosa de él.

El azabache sentía ese deber de abrazar a Bella entre sus brazos, alejar el dolor que tenía en ese mismo preciso momento.

Agradecía por todo lo que Bella hizo por él, era una mujer luchona y estaba orgulloso por ella. Perdonaba todos los errores que a lo mejor cometió en una que otra ocasión.

No hay nada que Allen podría hacer para poder escuchar la voz de su mamá otra vez, extrañaba las risas y regaños que este causaba.

Quería llamar a Bella pero sabía que nunca respondería.

Tan poco tenía oportunidad de ver aquellos ojos llenas de felicidad, no hay nada que pueda hacer para recuperarla.

Si sólo tuviese un chance más de tener un día en donde estuviese con Bella, la usaría y le diría que la amaba, la extrañaba y pasaría todo su tiempo a su lado.

Sin dudarlo intentaría regresaría el tiempo pero no se podía, odiaba saber que no podía, maldita melancolía azul.

Durmió y esta vez no soñó absolutamente nada pero aquellos sueños se interrumpieron al escuchar toques en la puerta.

—Allen... La comida está... Lista —habló Jack con una voz tranquilizante—. Me preocupa que no comas... Llevas días sin comer, por favor al menos lleva un bocado por mí —pidió el asmático.

Allen abrió sus ojos y se incorporó.

—De acuerdo, por ti, mi Jacks —sonrió.

—Ven, bajemos —le devolvió la sonrisa levantando su mano.

Allen entendió y entrelazó su mano con la de su novio bajando.

Al bajar Grace estaba en la mesa esperando.

—¡Allen! —llamó Grace levantándose y dándole un abrazo al mayor.

—Señora —mencionó correspondiendo el abrazo.

—Hora de comer —ordenó y empezaron a sentarse para comer.

Platicaron sin sacar el tema de la muerte anterior, por fin Allen había sonreído nuevamente y eso a Jack le alegraba el corazón.

Al acabar como de costumbre cada uno lavó su traste y se dirigieron en su cuarto.

Jack estaba acostado al lado del mayor.

—No olvides que siempre estaré para ti, me importas mucho —dijo Jack.

El azabache sonrió y volteó a mirarlo, realmente era hermoso y encantador.

Melancholy Blues ✤ || GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora