Capítulo 38

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—Cuando dije que eran maricas nunca pensé que realmente lo fueran —rió Patrick con los brazos cruzados mientras que Nick y un pelinegro cuyo nombre era Harold se aparecían por detrás.

—A-Allen... —musitó el asmático con temor.

—Nunca permití que hablaras mariquita —bramó.

Sam estaba apunto de correr junto el menor y el azabache pero Patrick vio y ordenó que el rubio y el pelinegro agarraran a la ojiverde y al de lentes.

—¡Sueltame idiota! —exclamó la chica pataleando.

—Hijo de perra, ¡aléjate de Jack! —gritó Allen mientras trataba de zafarse del agarre de Harold.

En ese instante Patrick agarró al menor por su cuello, Jack empezó a tener mucho miedo, sudaba demasiado, jadeaba por temor, sus ojos estaba rojos en su totalidad y realmente hinchados como si nunca hubiera dormido, llenos de dolor. El más alto con su mano en el cuello frágil del menor lo estrujaba con mucha fuerza de modo que Jack no podía respirar con facilidad.

Allen se encontraba con los brazos atrapados por Harold, él lo veía y gritaba con una voz quebrante, lágrimas empezaron a parecerse, estaba con un dolor grande en el pecho.

—¡DÉJENLO POR FAVOR! —pidió el azabache con sus brazos llenas de marcas por las manos estrujantes del pelinegro.

—¡BASTA! —reclamó con gritos la pelirroja, ella tenía un cuchillo en el cuello y no podía moverse tanto.

—Cállate maldita zorra, tú y él —Patrick regresó su vista en el pequeño que ya estaba tornando a un color morado—. Me la deben.

De un momento a otro Allen pudo salir de las manos fuertes y empujó al pelinegro, con muchas fuerzas y rapidez se dirigió hacia Patricik empujandolo haciendo caer al pequeño.

El azabache se arrodilló para revisar a su novio, empezó acariciarle sus suaves mejillas, estaba realmente mal, estaba asustado de lo que podía pasar hasta que fue pateado por Patrick ordenando que Harold lo golpeara en la cara, puñetazos atacaron al cuerpo del mayor, su nariz brotaba sangre.

—¡AGARRENLO! —exclamó Patrick y el pelinegro volvió a sostener a Allen.

—Por... Favor... —pidió el de lentes con jadeos y lágrimas en sus ojos.

—¿Amas a este marica? —preguntó Patrick viendo como el menor trataba de sacar del pantalón su inhalador—. Míralo... Tan estúpido e idiota —replicó.

Empezó a patearlo una y otra, el pequeño lloraba y gemía de dolor, pánico recorría en todo su cuerpo, mientras que Allen y Sam pedían a gritos que lo dejaran en paz, dolía demasiado.

Jack sacó por fin su inhalador pero con una patada más profunda por parte de Patrick fue volando alejandolo de su dueño.

—¿Necesitas tu pendejada esa? Maldito marica de mierda —escupió y el asmático se retorcía tosiendo.

Harold reía mientras que el rubio veía la escena con una expresión triste.

—¡POR FAVOR DÉJENLO TIENE ASMA! —imploró Allen, al ver que no podía hacer nada por su novio, lo tenía desecho sentía toda su sangre arder.

—Maldito pendejo —dijo Patrick con una sonrisa macabra y sus ojos dilatados, nuevamente lo pateó sin importarle en qué parte de la anatomía del menor le diera.

En respuesta del asmático, empezaba a quedarse inerte, su cuerpo se debilitaba poco a poco.

Jack abrió sus ojos, estaba rojos y se conectó con los de Allen, aquellas miradas eran dolorosas.

Melancholy Blues ✤ || GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora