Piel con piel +18

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Advertencia

Como dice la descripción de mi historia y hasta en las etiquetas aparece e incluso lo dije en comentarios pasados a una lectora; la protagonista estará envuelta en un cuadrado amoroso y este será el primer capítulo con contenido +18, empezando con Estarossa x Caeli… y una cosa más, habrá un momento yaoi, ¿pueden imaginarse quienes serán los protagonistas de eso? más adelante lo sabrán. Sin más que decir, espero que lo disfruten y sea de su agrado.

Narra Estarossa

Luego de llevar a Caeli a su habitación, regresé a la mía y tomé un largo baño para relajar mi cuerpo. Estaba agotado por tanto haber recorrido el mundo humano y por enfrentarme a alguna que otra criatura poderosa.

Me tumbé en mi cama decidido a irme a dormir y puse mis brazos detrás de mi nuca para usarlas como almohada mientras miraba el techo y acomodaba mis piernas a modo de que una quedara encima de la otra. Después de un rato de pensar en las próximas misiones que tendría a futuro y en los problemas que nos causaría Stigma al intentar detener nuestro caos, de la nada llegó a mi cabeza la imagen de Caeli llorando. Detestaba la idea de solo imaginarme las cosas que aquel arcángel de mierda pudo haberle dicho y de la expresión que la pobre tenía cuando se lo decía.

Sentí un inmenso deseo de matarle, de clavar cada una de las espadas de Rebellion en su cuerpo hasta hacerlo trizas por tantos agujeros que mis armas le provocarían. Tenía que hacerlo, debía asesinarlo para que pagara por el mal que había ocasionado en mi pequeña. No era justo que tuviera el corazón roto siendo tan joven, pero una cosa era cierta, Mael era su primer amor, podía jurar que se había enamorado perdidamente de él desde el primer día en que lo vio, aquella noche en la que él estuvo a punto de matarla. ¿Cómo era posible amar a alguien que siempre ha intentado matarte? Era completamente absurdo.

Mientras pensaba en todo eso, se escuchó un leve golpeteo en mi puerta. De mala gana me levanté de la cama y me dirigí a la entrada, en cuanto abrí, me encontré a Caeli frente a mí. La expresión en su rostro era una que jamás había visto, sus ojos estaban clavados en mí, podía jurar que me estaba comiendo con la mirada, como un lobo hambriento a su presa.

—Hazme olvidar a ese bastardo —fue lo único que dijo antes de abalanzarse a mí y juntar sus labios con los míos tan desesperadamente, sus delgados brazos envolvieron mi cuello mientras que mis manos recorrieron su cintura instantáneamente. La piel de su abdomen que su ropa dejaba al descubierto era muy suave y tersa.

Ella siempre había sido tan impulsiva, tan jodidamente pícara y curiosa. Le encantaba ponerme los nervios de punta y varias veces me había hecho pensar cosas obscenas de solo ver su atuendo provocativo. Cuando caí en cuenta de la candente situación que se había creado, me percaté de que ella me estaba pidiendo de manera directa y sin tapujos que la hiciera mía, para ser honesto eso anhelaba hacer desde hacia mucho tiempo y ahora ella se me estaba entregando en bandeja de plata, pero eso estaba mal, ella era mi hija y… ¿Lo era? No. Nunca lo había sido, aunque yo la hubiese criado ella no llevaba mi sangre y no pertenecía ni a mi estirpe. Yo la consideraba como a mi hija, ¿en verdad lo hacía? No. Solo pretendía que así fuera, al menos durante su infancia porque sabía que probablemente algo como esto sucedería algún día ya que ella era demasiado coqueta.

 Toda mi mente era un caos en ese instante. Sabía muy bien que eso que estaba haciendo era incesto y me sentía raro de solo pensarlo, pero de alguna manera me las arreglé para dejar eso de lado, después de todo no éramos nada. A esas alturas yo ya no miraba con claridad lo que hacía y me daba lo mismo lo que pasara, solo sabía y estaba seguro que la quería para mí y así sería.

Cuando nuestros pulmones suplicaron por aire, nos vimos obligados a separarnos jadeantes ante lo intenso de aquel beso desenfrenado.

—No voy a dejar que nadie más te hiera —susurré a su oído y mis labios se clavaron en su cuello, comencé a llenarla de besos mientras su cuerpo se retorcía de placer y mis manos bajaban de su cintura hasta su trasero para apretarlo con fuerza. Caeli por su parte, enredó sus dedos en mi cabello, tirando de el con fuerza haciendo que mi cabeza bajara a su pecho, mi rostro quedó atrapado entre la suavidad de sus senos y ella lentamente abrió el cierre de su blusa hasta que esa zona quedó descubierta por completo. Pronto mi boca se apoderó de uno de sus pechos y de inmediato empezó a gemir ante eso. Me las arreglé para cargarla y llevarla a mi cama mientras seguía pegado a ella succionando uno de sus pezones que ya se encontraban muy erectos al igual que mi entrepierna. Con delicadeza la recosté y me posicioné encima de ella mientras la despojaba de sus diminutas prendas.

Save me MaelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora