Cap. 2 - El Yin y el Yang.

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El sol estaba saliendo, la duquesa acababa de defecar nueve seres vivos en las manos de cada uno de nosotros. Cachorros de muchos colores, y aunque lastimosamente ninguno de raza pura, todos estaban en perfectas condiciones, o bien su vasta mayoría. Alan tenía un cachorro color negro y Ligia tenía uno color blanco. Los dos primeros en salir del vientre de la perra, y los dos primeros primos en la fila. Por ello terminaron llamando a los cachorros "Yin" y "Yang".

Los siguientes fueron los cachorros gemelos. Llamados así porque eran ambos de color café, uno era de mi primo y el otro de mi hermana, no recuerdo como los llamaron y seguramente es irrelevante. El resto recibió cada uno su propio animal. Abraham bautizo el suyo como "Oso", que era el único más peludo que los demás y Josué pues, no tuvo tiempo de nombrar el suyo, pues a las horas de estar vivo murió en sus brazos. Pero así es la vida, algunos lo logramos, otros no. Algunos llegamos más lejos que la mayoría, pero al final termina siendo el mismo resultado, ese fue el caso del que me toco a mí, "Thunder". Decidí ponerle así, porque joder, era un niño. Ni siquiera sabía que quería estudiar al llegar a la universidad, peor para nombrar algo. No era muy bueno con las decisiones, pero casi siempre elegía lo que veía menos común, así que elegí su nombre en inglés. Casi siempre hago eso, veo algo que pocas personas tienen y simplemente lo tomo como mío. Llámenlo como quieran, ser único y diferente. De cualquier manera, me gustaba la idea de sentir que no estaba en este mundo para ser igual que los demás. Si a todos los niños de mi escuela les gustaba el futbol, ¡Pues a mí no! Creo que es una de las razones por las que el rosado es uno de mis colores favoritos. ¿Qué hombre te dirá que su color favorito es el rosado? Ninguno, o al menos ninguno seguro de su sexualidad. Estaba tan desesperado por ser diferente que trataba de poner mi sello en las cosas más absurdas, por suerte no soy vegano. Todo lo que empezaba a tener mi aprobación o entraba entre mis gustos, preferiblemente decidía que fuera algo que casi nadie elegiría, quería causar ese efecto sorpresa. Que en algún momento llegara alguien y dijera "Wow, esto si no lo había visto en ningún lado". Por eso terminé mis días en el colegio sin una tan sola novia y todavía no se lo que quiero estudiar.

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