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Los días pasaron más lentos, las horas parecían infinitas, mis ojos estaban con grandes ojeras, no podía dormir, despertaba creyendo que mi madre podría estar aquí, ningún día era igual, salí de la habitación y preparé el desayuno, pero antes limp...

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Los días pasaron más lentos, las horas parecían infinitas, mis ojos estaban con grandes ojeras, no podía dormir, despertaba creyendo que mi madre podría estar aquí, ningún día era igual, salí de la habitación y preparé el desayuno, pero antes limpié la biblioteca, y los escalones, regrese a la cocina y le serví el desayuno a Henry, salí de ahí y subí, estaba su oficina abierta, me aseguré que la del Rey estuviera cerrada, entre a la de el y fijó su vista en mi.

- Al fin llegas, debes estar al pendiente -dijo enojado- Ahora si, dame las llaves de la oficina de mi hermano

- No las tengo

- No hay nadie que te defienda, dame ahora esas llaves o te juro que te vas a arrepentir

- No las tengo, se lo he dicho, ¿Por qué no le habla a su hermano?, yo no las tengo

- MENTIROSA -dijo pero Gisselle salió de ahí antes de que empeorarán las cosas-

Decidí alejarme y mandar a alguien más a dejar la comida, no quería que les hiciera daño a las demás pero necesitaba estar alejada de él, me dediqué a limpiar todo, imagine a mi madre aconsejando a algunas chicas, extrañaba tanto sus regaños, sus consejos, su risa, pero ya no estaba, me había dicho Richard que la habían enterrado en el único Panteón del pueblo, junto a mi padre.

Llego la noche y decidí ir a ver si todo estaba en su lugar, Henry acostumbraba a dormir temprano, cheque cada pasillo y llegué a la puerta de la habitación de Timothée, sonreí, iba a llegar pronto, no me iba a rendir, lo esperaría el tiempo que sea, le contaría lo de mi madre y el estaría ahí.

- ¿Por qué estás aquí? -volteo y vio a Christian-

- Estoy acomodando todo -dijo nerviosa- debo irme

- ¿Tan rápido? -la sujeto del brazo- Vamos, quiero algo cenar -dijo jalando su brazo-

- Pero ya le he traído la cena -dijo intentando zafarse antes de que llegaran a su habitación-

- Te quiero a ti -sonrio- vamos

- No, suelta mi brazo

- Intente no tocarte desde que llegue, por que todos saben que me he convertido en "buena persona" -la acerco a el- pero eres tan rebelde con mi padre, nadie te enseñó a respetar, yo te enseñaré

- Respeto al Rey, tu padre no es el Rey -Christian sonrió y la empujo-

- Te enseñaré a respetar a mi padre y haré que me respetes

Intente quitarlo, no debí salir sola, lo sabía, sabía que estaría ahí, sabía que era raro que no me molestara, pensar que lo hacía por tener piedad de la muerte de mi madre, pero estaba esperando el momento exacto para ir por mi, mis manos temblaron ante el, no lo quería, no quería que me hiciera nada, quería que Timothée apareciera, que me defendiera.

Me agarré de la puerta, quise irme, gritar pero no podía, cerró la puerta, estaba perdida, no pude evitar llorar, pensar en lo diferente que hubiera sido si mi mamá siguiera aquí.

- Por favor no lo hagas -dijo intentando que no la tocara- No lo hagas

- Lo hubieras pensado antes de faltar al respeto a mi padre -dijo acorralando su cuerpo a la pared- quiero ver que hay dentro de ese vestido -se acercó a ella- Maldita sea, quédate quieta -justo en ese momento le dio una cachetada-

- No lo hagas -dijo tocándose la mejilla-

- Haré lo que quiera, te voy a demostrar quien manda a partir de ahora -ella negó-

Por un momento me sabe de el, intenté llegar a la puerta, pero me empujó, caí justo en la esquina de la cama y me golpeé en la espalda, lastimando mi abdomen al caer en el suelo, el dolor era tan fuerte, mi cuerpo ya no reaccionaba por el impacto, intente levantarme pero recibí otro golpe de Christian, mi labio estaba sangrando, me costaba respirar.

No salía palabra alguna de mi boca, sentía que me estaba desmayando o tal vez estaba muriendo, no lo sabía, solo veía como Christian quitaba su ropa, me levanto sin tener piedad alguna y me aventó a la cama, mis manos temblaban al esfuerzo que hacía.

- Era tan sencillo que te quedaras callada -dijo viendo que estaba quedando inconsciente- siempre creí que eras tan hermosa -dijo mientras quitaba su ropa- no me equivoqué -agarro su pecho-

- Por favor, no -dijo Gisselle con dificultad mientras varias lagrimas salían de ella-

- Callate y deja disfrutar mi momento -sonrió- Timothée te ha tenido tanto tiempo, es imposible no pensar que el de seguro también tiene deseos de tocarte, lastima que no sea demasiado hombre para agarrarte.

Mi fuerza se estaba agotando, el dolor de mi espalda no se quitaba, la sangre de mi labio caía lentamente, mi respiración estaba cada vez más pesada, seguía llorando, había comenzado a tocarme, sentía como metía a su boca uno de mis pechos, me daba asco lo que estaba haciendo, traicionaría a Timothée, intente mover mi mano, se puso en su cara, intente empujarlo, pero no había fuerzas, el solo quitó mi mano con tanta facilidad que comenzó a reírse.

Sentí sus manos tocar cada parte de mi cuerpo con desesperación, sus labios me estaban dejando marcas, podía sentirlo, sabía que lo hacía cada vez que ponía sus labios en alguna parte y me dolía, sus ojos se toparon con los míos, el estaba disfrutando todo esto, mordió mi cuello, beso mis labios aunque intente desviarlo, pero era imposible y justo cuando pensé que había terminado acercó sus labios a mi oído.

- Espero que te quede claro quien manda.

Y en ese maldito momento entro en mi con tanta fuerza que agarre la sábana apretando demasiado duro, estaba haciéndolo, me había tomado de la peor manera, yo no emitía ningún sonido, solo sollozos, pero no le importaba, el estaba disfrutando cada momento, sus gemidos se oían, pero yo estaba cerrando los ojos, si estaba muriendo tal vez le daría miedo a Christian y me dejaría, ya no lo supe, decidí cerrarlos y mis manos poco a poco dejaron de apretar la sábana, Timothée me había dejado, lo había traicionado, alguien más me había tocado, no había peor cosa que morir en ese momento, quería amanecer muerta.

ᴋɪɴɢ ɪ | ᴛɪᴍᴏᴛʜÉᴇ ᴄʜᴀʟᴀᴍᴇᴛ - VERSIÓN NO CORREGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora