CAPÍTULO 4
"Encuentros"
La camioneta de Carl estacionó frente a una casona bastante descuidada en cuanto a su estructura. La pintura gris estaba deshaciéndose, las tejas del techo, que alguna vez fueron negras, se habían caído en su mayoría y la maleza comenzaba a tapar la entrada a la casa.
Johnny se bajó de la camioneta y me pidió que esperara ahí hasta que bajara las maletas para que no pasara frío. Carl también se bajó para ayudarlo y una vez que terminaron, caminaron hacia la vereda del frente.
Al principio pensé que quizás se dirigían a la casa que estaba al lado de la que estaba en malas condiciones, pero no fue así. Al parecer mi nuevo hogar iba a ser esa casa horrenda, porque Johnny abrió la pequeña reja de la entrada y siguió el camino cubierto de malezas para terminar en la enorme puerta negra que abrió con dificultad, como si estuviese atascada. Una vez adentró encendió las luces y dejó las valijas a un costado, para luego salir a buscarme.
Johnny abrió la puerta del auto, ayudándome a bajar con cuidado para que no me golpeara la pierna enyesada y me sostuvo mientras yo sacaba mis muletas. Del otro lado de la calle esperaba Carl, quien también me ayudó para que no fuera a caerme o tropezarme, ya que estaba bastante oscuro.
Cuando entramos a la casa, Johnny se despidió de Carl con un abrazo y un agradecimiento por la amabilidad que tuvo con nosotros. Yo lo despedí con la mano y luego se fue.
Mi primera impresión de la casa no fue la mejor. Las paredes estaban descoloridas, el piso manchado con una sustancia indescriptible, la escalera que conducía a la parte de arriba no parecía muy estable. Era como si mi peor pesadilla se hubiera convertido en realidad. Simplemente me quedé paralizada ante la tremenda sorpresa que me causó ver semejante desastre. Por supuesto que Johnny debió darse cuenta del shock que tuve, porque a continuación me preguntó qué me pasaba.
Al parecer me quedé hipnotizada con la situación, porque no oí nada de lo que Johnny me decía. Seguramente por eso se me acercó y me tomó del brazo para hacerme reaccionar, a lo que yo respondí con una pequeña exaltación del momento.
─¿Qué pasa?─ pregunté sin entender qué era lo que me quería decir.
─Es eso justamente lo que quiero saber. ¿Qué te pasa?
─No entiendo a qué viene tu pregunta. No me pasa nada. ─No estaba segura de que mi pequeña mentira hubiese sonado muy convincente, pero de todos modos tenía que intentarlo, no quería herir los sentimientos de Johnny diciéndole que su casa me parecía una verdadera pocilga.
─Lya... algo te sucede. Te quedaste mirando el lugar con una cara extraña. Quiero me digas qué te sucede. Debo saber si te sientes mal.
─Johnny no quiero que te preocupes. Nada malo me sucede. Es solo que me quedé pensando en que tienes una casa muy bonita y... ─Era obvio que estaba mintiendo, pero debía seguir en mi postura para que Johnny no sospechara. ─Solo me quedé admirada por ella, eso es todo.
─Clarooo, te quedaste admirada. ─Johnny no se había creído mi mentirilla y era obvio que no lo haría porque era muy mala en ese tipo de arte─. ¿Por qué no me dices lo que piensas de una vez por todas? Prometo que no me ofenderé.
─Bueno...─dudé en revelar mis verdaderos pensamientos, pero no podía evadir a Johnny, pues ya había descubierto mi plan─. La verdad es que la casa no está en las mejores condiciones, pero no me malentiendas, me gusta... de verdad. ─Solté una risita que traté que pareciera auténtica, aunque por la cara que hizo Johnny había fallado en mi intento.
─No necesitas mentirme pequeña. Sé que la casa es una porquería. Créeme, lo sé. Pero por el precio que pagué, pienso que hice un buen negocio.
─Bueno... pero... ¿cuánto podría haberte costado esta basura? ─una vez que solté la frase, me di cuenta de que estaba pensando en voz alta─. Lo siento Johnny, no quise insultar tu hogar. Por favor discúlpame.
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Después de la vida © (#1)
Paranormal¿Qué pasaría si un día pierdes a las personas más importantes de tu vida? Galya tiene quince años, su vida es como la de cualquier adolescente normal. Y lo seguiría siendo, si no hubiese sido por el accidente. Ese hecho crucial la deja huérfana. P...