CAPÍTULO 15- "Normal"

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CAPÍTULO 15

“Normal”

 

Una semana después volví a clases. Algunos chicos me preguntaron por qué había faltado tanto, así que les conté lo que me sucedió. De verdad parecían preocupados, o tal vez sólo les interesaba el chisme. Estaba casi segura de que era lo segundo.

Me senté en el mismo lugar de siempre, a esperar que entrara el profesor Peters. Realmente no tenía ganas de soportar la clase de matemáticas, mucho menos después del “inconveniente” que tuve con el profesor, pero no me quedaba otra, no podía huir, si quería graduarme tendría que seguir asistiendo y sacando buenas notas, al menos, en su materia. Josh llegó cinco minutos antes de que sonara la campana para entrar a clases. Estaba agitado.

─Pareces como si hubieses estado escapando del apocalipsis zombie. ─Le saqué la lengua a modo de burla.

─Tener  hermanos es complicado, y tener una hermana pequeña mucho peor. ─Estaba disgustado. Y también… un poco cansado. Tenía ojeras en su rostro.

─¿Qué pasó? ─pregunté preocupada.

─Mi hermanita, y mi madre.  Ambas están enfermas, con gripe. Y yo tengo que cuidarlas. No me malentiendas, no me molesta. El problema es que tengo que hacer todo solo. Papá viajó por temas de negocios, y mis hermanos, bueno, mis hermanos ya no viven en casa, vienen para pasar las fiestas o en las vacaciones, pero eso es todo.

─Pensé que no tenías hermanos. Es decir, pensé que sólo eran Daisy y tú,

─Mmmm no. Somos cuatro hermanos. Nunca nombro a Jonathan y Connor porque ya me acostumbré a no tenerlos en casa. Pero todos los que nos conocen saben que somos cuatro.

Miré el reloj del salón. El profesor Peters estaba demorando en llegar, algo nada habitual en él.

─¿Son mucho que mayores que tú? ─pregunté, retomando el hilo de la conversación.

─Jonathan tiene veinte, y Connor tiene veintiuno.

Miré hacia la puerta esperando que llegue el profesor Peters, pero nada.

─Nunca me hablaste de tus hermanos.

─Nunca preguntaste─ respondió en tono burlón.

Lo miré pícaramente. Iba a responderle con una broma, pero decidí dejar el tema ahí.

─¿No te parece raro que el profesor Peters no haya llegado?

─De hecho, tienes razón. No es propio de Peters llegar tarde y ya lleva quince minutos de retraso. Quizás deberíamos preguntar en Secretaría qué sucede.

Así que eso hicimos. El pasillo estaba desierto, todos los alumnos ya estaban en clase. Caminos en silencio hasta llegar a la Secretaría.

─Creo que sería mejor si entras tú y yo te espero afuera.

─Pensé que entrarías conmigo.

─Es que no se necesitan dos personas para preguntar si el profesor Peters vendrá, ¿no crees? Mejor te espero aquí.

─No me digas que te da miedo la vieja Watkins. ─ Muy bien. Me había descubierto. Y tampoco es que me hubiese esforzado demasiado en disimularlo. Sí, me daba miedo la señorita Watkins. Desde el día en que la conocí he tratado por todos los medios de mantenerme alejada de ella, y lo había logrado, hasta ahora.

─Estoy segura que ya te diste cuenta solo, así que simplemente evitaré la pregunta. ─Josh contuvo la risa, y yo lo golpeé en el brazo.

─Auch, no tienes por qué ponerte agresiva ─sonrió como el niño inmaduro que era, lo cual me encantaba, y entró en la Secretaría.

Después de la vida © (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora