Capitulo 6

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"No puedes escapar de lo inevitable"

Alma

Después de haber tomado ese pequeño baño, saqué unas prendas que encontré sobre la que debiese llamar mi cama. Niffty debió de haberse encargado de traerme ropa nueva y de tirar lo que tenía puesto cuando llegue a este lugar junto a Alastor. Había dejado para mi un pantalón negro ajustado y una blusa blanca estrecha con botones en ella, además me dejó una pequeña manta doblada cómo sí estuviese invitándome a que tomara una pequeña siesta. Aunque me había decidido a escapar de este lugar, de nada serviría sí no recuperaba energías antes, pues solo volvería a la intemperie sin saber siquiera en dónde podría estar a salvo. 

Sequé mi cuerpo y cabello para vestirme con lo que Niffty había dejado para mi, luego de eso me recosté sobre la cama para cubrirme solo los pies con la manta. Comencé a jugar con mis manos que ahora tenían una extraña apariencia. No le había dado mayor importancia a mi cambio físico, pues después de haber visto a Alastor y a Niffty supuse que sería normal tener formas corporales distintas, pero mis uñas realmente me encantaban, eran largas y finas que terminaban en un fuerte color blanco que iba cada vez en degrades hasta llegar a la base de los dedos, realmente el color de mi piel era muy pálido, y volvía a tocar mi cabeza en búsqueda de orejas, pero ellas no se encontraban allí. 

Unas orejas de lobo hubiesen estado bien, pensé bromeando para mi. 

Agotada y derrotada ante el cansancio deje de jugar con mis dedos para cerrar mis ojos lentamente y dejarme envolver en un profundo sueño. 

Alastor 

Desde que llegue con esa muchacha no he logrado callar esos gritos de dolor de esa pequeña niña, odiaba esos pecados, yo que he sido un asesino y caníbal en mi vida y no-vida, nunca pensé ser capaz de hacer algo así. Realmente ese hombre me daba asco. 

- Quizás solo fue su imaginación y la uso para provocar esto, que sintiera lastima por ella y no le hiciera daño - susurré para mi sentándome en la orilla en la cama, ese gusto de duda volvía a inundar mi cabeza queriendo buscar encarecidamente una respuesta clara a aquello. 

Ignoré el hecho de que solo iba con mi pantalón y mi camisa desabotonada al momento en que salí de la habitación para buscarla en mi casa, llamé a Niffty y ella apareció deprisa sin demorar un segundo, le pregunté en dónde había dejado a la chica y me indicó la habitación que le había designado. 

Caminé rápidamente hacía allí dejando a Niffty confundida tras de mi, pues era obvio que se sorprendiera por mi brusca reacción y cambio de ánimo de un momento a otro, pero no dejaría que ella jugara conmigo y me dejara en ridículo de nuevo, sí descubría que solo me manipuló para conseguir algo a cambio me encargaré de hacerla sufrir hasta que la ultima partícula de su ser desaparezca del infierno. 

Abrí la puerta bruscamente y entré la habitación, estaba obsesionado con encontrar esa respuesta que tanto anhelaba, pero ella ni siquiera se movió, me acerqué a la cama y tenía los ojos tan cerrados dándome a entender que estaba en un profundo sueño. Estaba a su lado, con la peor de las sonrisas esperando a que despertara y así darle un susto, pero ella cada vez cerraba sus ojos con mayor fuerza, al poner más atención noté que algo murmuraba y su frente comenzaba a sudar de manera desenfrenada.

- Una pesadilla - susurré. 

Llevé mis manos hasta su rostro deteniendo sus quejidos queriendo despertarla, pero yo al estar tan cerca de ella no pude evitar su mirada cuando abrió sus ojos bruscamente clavandolos en los míos. 

Volví a aquella habitación a la que me había llevado antes, pero ahora ya no habían tantas muñecas y juguetes en el lugar. A falta de ellas, habían algunas fotos familiares y cuadernos. 

Sentí unos gritos venir desde el otro lado de la puerta de la habitación, con la mirada confundida caminé hasta la puerta y la abrí lentamente en búsqueda de los orígenes de esos gritos. Salí de la habitación cerrando la puerta tras de mi y me guié solo por mis oídos, los cuales no demoraron en encontrar la fuente de esos desgarradores gritos.  

Allí en el primer piso de la casa había una alfombra color rojo que decoraba la sala de estar, en el suelo estaban esparcidos zapatos de hombre y unos femeninos de lo que pude deducir serían de una niña de diez años aproximadamente. Seguí caminando hasta dar con lo que buscaba, ese hombre que ahora parecía tener más peso en su barriga estaba sobre la misma niña de la primera vez, él la golpeaba y abusaba de ella con brusquedad, como sí no hubiese un mañana. La pequeña de cabello rizado y ojos color miel trataba de zafarse de su agarre, pero no lograba escapar de ese asqueroso hombre. 

Retrocedí para volver a la habitación en la que había aparecido, ya había obtenido la respuesta que he estado buscando. 

- Déjame salir de aquí - murmuré mientras trataba de pensar en algo más que decir, ¿Por qué un alma que sufrió durante toda su vida terminaría en un lugar como este? No es que realmente me importe, pero creo haber encontrado uno de los tantos errores de Dios, me reí y mi sonrisa se expandió aún más al pensar en aquello.

Habrá sido mi risa lo que provocó el malestar de este lugar que la habitación comenzó a cambiar una y otra vez, cada vez parecía que avanzaba con mayor velocidad al igual que el tiempo. Apenas lograba divisar a la misma niña que se iba haciendo mayor y a ese horrible hombre que venía y abusaba de ella cada vez que quería. 

Hasta que finalmente la habitación se detuvo, ya no había nada que decorara el lugar, solo una cama en medio en dónde una muchacha de unos catorce años estaba tirada sobre ella llorando desconsoladamente, tenía algo en su mano que apretaba con brusquedad y la chica a ratos se golpeaba el vientre. Me acerqué a ella curioso de lo que sucedía y doblé un poco mi cuello confundido ante lo que ella sostenía, un extraño aparato similar a un bolígrafo de color blanco completo con dos lineas rosadas. 

- No puede ser...No puede ser.... - la escuché murmurar - No puedo tener un hijo de él - añadió entre un llanto silencioso quizás para no ser descubierta por ese hombre. 

Tras aquello la habitación se hizo luz y volví al presente en dónde seguía sosteniendo el rostro de la muchacha entre mis manos, sus ojos estaban rojos nuevamente por llorar. Ella golpeó mis manos para que soltara mi agarre, me sorprendí por su reacción, pero no me molesté. 

- ¿Qué hiciste con ese niño? - pregunté sin titubear, estaba realmente curioso del desarrollo de su historia. 

- Nunca nació - respondió a secas. 

Ahora estaba seguro de lo que ella me mostraba no era producto de su imaginación, siempre estuve divagando entre sus recuerdos más oscuros, aquellos de los que ha estado tratando huir toda su vida. 





Queridos lectores♡
Muchas gracias por los votos *-*
Han logrado que esta historia cada vez sea más conocida jiji, lo cual me tiene muy contenta.
Pido disculpas por la demora, pero es que he estado corta de tiempo y finalmente hoy pude actualizar todos mis fics♡

Espero les haya gustado el capi.

~My dear friend~ / Alastor x Tu (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora