Alma es una muchacha sin hogar ni familia que busca sobrevivir día tras día, pero los fantasmas del pasado vuelven a atormentarla una noche sin que ella lo sospechara.
De allí dedicara cada latir en buscar venganza, en el transcurso conoce a Alastor...
El demonio de saco rojo observó curioso a su amada mientras ella caminaba inquieta dentro de su habitación. Alastor, que se encontraba sentado sobre el borde de la cama seguía algo confundido por la idea de Alma.
— ¿Segura que vendrá?—murmuró el pelirrojo con cierta desconfianza, después de todo no le agradaba la idea de tener a aquel demonio cerca.
— Muy segura—respondió ella sin detenerse.
— Entonces, ¿por qué tan nerviosa darling?—la amplia sonrisa de Alastor calmó un poco a la muchacha.
— Porque el tiempo es valioso—respondió Alma haciéndole frente a la mirada intensa del pelirrojo—, y quiero dejar este lugar cuanto antes...tengo una mala sensación.
Alastor arqueó una ceja con suma atención por el rostro preocupado de la muchacha, él se levantó despacio y se acercó al cuerpo temeroso de Alma. Extendió sus brazos y la acomodó en su pecho para brindarle un cálido y sincero abrazo.
— Estaremos bien—susurró despacio mientras acariciaba en cabello de Alma—. No debes preocuparte por nada, tendremos juntos una no-vida llena de felicidad y aventuras. Puedo enseñarte a cazar, podemos bailar bajo la obscuridad en la comodidad de nuestro hogar...pero, confía en mí, ¿si?.
Ella asintió despacio dejando que los suaves mimos de Alastor lograran calmarla. En eso, la puerta de la habitación fue golpeada dos veces despacio y rápido.
Alma supo de inmediato que el momento finalmente había llegado, se soltó del abrazo de Alastor y se acercó a la puerta con pasos apresurados. Apenas la abrió, el tan esperado demonio entró de forma furtiva a la habitación.
— ¿Listos?—habló el recién llegado con la voz acelerada—, están todos dormidos, este es el momento para que ya se vayan.
— Estamos listos, Ángel—respondió Alma tomando la mano de Alastor—. Muchas gracias por lo que haces, es muy valioso para nosotros.
El albino vio a la chica con una sonrisa sincera, le agradaba verla tan plena y llena de esperanza.
— Ya, ya—dijo Ángel alejando la melancolía de su pecho—. Vamos, pueden despertar en cualquier momento.
La pareja asintió en silencio y siguieron los pasos de Ángel quien les guiaba por los pasillos, él iba primero para prevenir en caso de alguna presencia indeseada.
El albino hacía movimientos con sus manos dando aviso cada cierta distancia para que ellos pudiesen moverse.
Alastor trataba de ocultar y no caer en el deseo innecesario de solo destruirlo todo y salir de allí dejando solo ruinas detrás de ellos, pero él sabe bien que eso no es lo que Alma quiere, y que por eso están escapando de esa forma.
La puerta principal estaba a unos pocos metros, solo debían cruzar la sala y la libertad sería de ellos.
— Los veré desde aquí—susurró Ángel con la voz áspera—, sí la puerta hace algún sonido extraño y despierta a alguien, yo me encargare de hacer tiempo.
Alma lo vio con la mirada agradecida, sin poder soportarlo más le dio un gran abrazo al demonio de cabellos blancos.
— Gracias, Ángel—susurró mientras abrazaba al albino—. Tienes un gran corazón.
El nombrado dilató sus pupilas por las sinceras palabras de la chica, él le dio suaves golpecitos en la espalda de Alma para que se apresuraran y dejaran el hotel.
— Ya es hora de que seas feliz.—susurró Ángel con la voz quebrada.
Alma asintió despacio y le dedicó una última sonrisa a su amigo, se preguntó cuando sería la próxima vez en que podría verlo. El pelirrojo siguió los pasos de la chica y observó a Ángel con un suave gracias que apenas logró oír.
Ángel nunca necesitó grandes demostraciones ni razones de peso para poder traicionar a la princesa del infierno, pero al ver la mirada alegre llena de vida de Alma cada vez que se encontraba junto a Alastor, sintió esa pequeña desagradable sensación de envidia al ver algo que siempre ha querido poseer, pero que no ha logrado encontrar.
Con los días comprendió que vio el amor frente a él y por eso, supo que debía hacer algo para que los demonios tuviesen su final feliz, y que él jugaba un rol importante para que este pudiese ser alcanzado.
Alma y Alastor llegaron a la puerta sin problema alguno, esta nunca se cerraba con llave, pues estando en el infierno no era algo realmente importante, por lo que no fue inconveniente alguno salir de allí.
La joven demonio tomó la perilla de la gran puerta despacio pero con fuerza, la giró despacio y así logró abrirla. El silencio que reinaba en el hotel era tan pesado que hasta el más mínimo movimiento podía ser peligroso. Sin embargo, lograron salir del lugar sin ser descubiertos, ya una vez fuera una amplia y brillante sonrisa se dibujó en los labios de Alma, finalmente había tomado una decisión por ella que la haría feliz.
— Vamos cariño—dijo Alastor agarrando la mano de la chica para comenzar a correr—, aún no hemos terminado.
La demonio seguía sus pasos con total confianza, veía el cabello rojo de su amado danzar con el viento a medida que ambos corrían a gran velocidad por las obscuras y pobladas calles del infierno.
Recordó como fue aquel primer encuentro que ambos tuvieron, le resultó gracioso e irónico que ahora ambos huían de ser atrapados.
Alma se detuvo un poco a descansar, sentía sus piernas pesadas y el pecho agitado por la imparable carrera. El pelirrojo se acercó a ella para acariciar suavemente su rostro queriendo darle ánimo.
— Falta muy poco—murmuró Alastor—, un último esfuerzo más y estaremos a salvo. Tendré la mansión siempre resguardada con mis mejores habilidades, no dejare que nada ni nadie nos separe, Alma.
La nombrada sonrió con sus mejillas ruborizadas, el sueño de poder compartir con otra alma el anhelo de gozar juntos lo que tengan de tiempo le hacía sentir llena y en paz.
Alma rió nerviosa y abrió sus labios para decirle a Alastor que ya estaba lista y de que ya podría seguir con el camino restante.
Pero, una ráfaga de viento fresco los envolvió a ambos, una luz tan brillante y cegadora los cubrió desde las alturas. Levantaron la mirada a duras penas tratando de identificar lo que sucedía.
Ambos demonios se estremecieron al ver unas alas aparecer entre la densa niebla que los había rodeado, sonrisas radiantes, cabellos rubios, trajes celestiales; Ángeles. Y, no había necesidad de preguntarles qué es lo que buscaban.
— Me llevaran....
Murmuró Alma con la voz quebrada.
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Dioooooos...llevo horas intentando publicar este capi. Teodiowattpad.
Espero que haya valido la pena♡ gracias por esperar, con esto de las clases online debo ordenar un poco mi vida.
