~My dear friend~ / Alastor x Tu (TERMINADA)

Capitulo 24

Alma

No quiero alejarme de Alastor, no pienso partir con ellos.

— ¡¿Qué quieren?!—escupí, mi rostro estaba tan tenso que me dolían los músculos.

Alastor me sostuvo del brazo, le vi de reojo y no sonreía. Estaba inmóvil, en silencio. Como sí estuviese estudiando todos los posibles escenarios que se dibujaban frente a nosotros, seguramente él usaría su fuerza llamando aquellos tentaculos, pero había algo más en el aire, algo que yo no lograba percibir.

— Alastor, mi amigo—una voz masculina llamó nuestra atención.

Dirigimos la mirada hacia quien le llamaba, detrás de los angeles, una figura delgada comenzaba a hacer acto de presencia.

— Lucifer—gruñó Alastor, el nombrado sonrió ante el llamado del pelirrojo—. Tú, maldita rata.

— ¿Son aliados?—murmuré confundida—, ¿por qué?

Lucifer soltó una suave risa, parecía haber escuchado mis palabras.

— Nunca pensé en aliarme con el de arriba—hizo un gesto con la mirada, era claro que hablaba de dios—. Pero, sabía que tú no dejarías partir a Alma tan fácil. Así que, le cobre un pequeño favor que me debía.

— ¿Por qué tanto problema? ¿Por qué hacen todo esto para sacarme de aquí?—mi voz deseaba respuestas, sentía mi cuerpo temblar por la ansiedad.

— Calmate, querida—respondió el rubio, alzó una ceja estudiandome—. Tendras tus respuestas, pero una vez que dejes el infierno.

— No pienso moverme de aquí—gruñí.

Él volvió a reír, parecía estar disfrutando la situación.

— Eres extraña, admito eso—dijo entre risas—. En todos estos años, es primera vez que alguien desea pasar su eternidad en mis dominios, todos anhelan con su corazón ser perdonados y que él les permita un lugar en el cielo. Ahora, que tú ya estás lista para dejar este lugar, te niegas ante esa oportunidad. Estas siendo egoísta, ¿no lo crees?

— Estoy haciendo lo que realmente quiero, lo que mi corazón dice—respondí, cada vez que hablaba sentía mi voz quebrarse—. En mi vida solo conocí el dolor y la angustia, el sufrimiento y el pesar. Pero, aquí encontré el amor, uno que pensaba no sentir jamás.

— Tonterías—escupió Lucifer con facilidad, él simplemente ignoró mis razones—. ¿Qué me dices de Charlotte; mi hija? Ella, que creyó en ti desde la primera vez para que pudieses lograr el objetivo del hotel...o, ¿tú nunca las consideraste? ¿Solo las usaste? Eres cruel, más de lo que pensaba...quizás si merecías todo lo que sufriste en vida.

Sus palabras me dieron como una daga, mis manos temblaron por la ola de emociones que desvordaba mi interior.

— No hables de ella como sí realmente la conocieras—la voz seca de Alastor llenó el lugar—. Darling, él solo está tratando de manipularte, no lo escuches.

— ¿Qué? ¿No conocerla?—Lucifer hacia gestos como sí estuviese sorprendido por la acusación de Alastor—. Por favor, recuerdo los nombres de las mejores putas con asombro. Ella está en mi top 10.

Una sonrisa desafiante se dibujó en el rostro de Lucifer.

Esas palabras fueron las que gatillaron la ira de Alastor.

El rubio sonreía triunfante.

Al parecer, no era a mí a quién quería manipular.

El cuerpo de Alastor cambió de un segundo a otro, creció tanto que debía alzar la mirada para verle, sus extremidades y cuernos crecieron considerablemente, sus ojos ya fuera de sí tomaban la forma de dos agujas de radio, sus grandes y filosos dientes amenazaban a cualquiera que deseara enfrentarlo.