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Protegerla prt.2

//Narrador//

—¡Entreguen a Osomatsu!—
—¡Maldito bastardo! ¡Déjala ir!— grito Jyushimatsu furioso.
—¡Creo que no saben nada! ¡Entreguen a Osomatsu y así su mafia será libre!—
—¡¿De que hablas maldito?!—
—¡Osomatsu es el heredero de la mafia vecina que Tougou manda! ¡Debe tomar su lugar el maldito cobarde!—
El hombre levanto la mano dando una señal.
—"¡El hombre apunta a la cabeza de Homura y el que la tiene le apunta a su estómago!"—
—¡Maldito déjala ir!—
—"¡Está por apretar el gatillo!"—
A lo lejos se escucha un sonido que deja a todos quietos repentinamente; sonidos de aplausos, la silueta que cada vez se hacía más clara por la oscuridad era Osomatsu aplaudiendo sarcásticamente con una sonrisa increíblemente grande casi parecía soltar algunas carcajadas.
—Te felicitó, me has tomado de sorpresa— dijo al atacante.
—Ya sabes a qué vine, ¿Que esperas?—
—No lo hare—
—¿No te importa lo que le pase a la chica?— Jyushimatsu volteo a ver al mayor serio.
—Ella solo es una chica—
—Eres un maldito narsista al igual que tu padre—
—Tougou no es mi padre—
—Y aún así eres igual a él—
—Gracias, me esforcé por lograrlo—
—Si es así— el chico aun tenía la mano arriba cuando la bajo rápidamente y se escucharon disparos en las direcciones de los otros dos cómplices. Jyushimatsu rápidamente volteo a dónde estaba Homura y logro verla parada aún ahora siendo sostenida por otro hombre.
—¡Ichimatsuniisan!— dijo feliz Jyushimatsu.
—¡Maldito Osomatsu!—
—¿No lo veías venir?— dijo comenzando a reír. —Eres igual que el resto, solo un niño mimado que espera ser recompensado por su papi después de hacer algo estúpido como unirse a Tougou—
—¡Eres un maldito! ¡¿Tu qué sabes de mi?!—
—Mucho más que tu mismo— el chico solo se quedó en silencio completamente enojado y ahora dolido por la herida causada por el menor de verde. —¿O acaso Tougou no dijo nada?—
—"Si logras sobrevivir"— susurro el chico.
—¿Ves? Si lo dijo, solo que tú eres un idiota—
—¡Cállate!—
—Que miedo, se enojo—
—¡Aquí mueres maldito!— apunto a Osomatsu quien le miraba tranquilo, eso extrañó al hombre y se dió cuenta de que todos los demás apuntaban a él Karamatsu fue quien disparo al hombro del hombre y Choromatsu disparo en ambas piernas dejándolo en el suelo desangrándose. Todos caminan lejos del casi cadáver, los hermanos miraban como Ichimatsu se acercaba a ellos para revisar si estarían bien y Homura corría alegre y entre lágrimas a dónde Jyushimatsu...se escucha a Ichimatsu gritar...
—¡HOMURA!— la chica quedó quieta y los hermanos quedaron en shock al verla. En su estómago una herida, le habían disparado a distancia.
—¡HOMURA!— grito está vez Jyushimatsu al ver a su esposa desplomarse en el suelo sangrando. Osomatsu volteo y miró al tipo desangrándose con el arma en la mano.
—Choromatsu— llamo Osomatsu. —Matalo, nos encargaremos de que no quede reconocible en cuanto terminemos con él—
—Entendido— Choromatsu se acercó al chico pero fue herido en el hombro por otra bala. —¿Que mierda? ¡¿Ichimatsu, no mataste a los otros?!—
—¡Sí, lo hice!— dijo mientras trataba de parar el sangrado de Homura.
—Entonces, ¿Por qué?—
—Porque esto ya es parte de Tougou— dijo Osomatsu con una leve sonrisa.
Autos llegaron y de el dispararon a Choromatsu.
—Así es mi querido Osomatsu, ya es hora de que la rosa deje ver todas sus espinas y hiera a todo al que lo toca— salió Tougou de un auto negro.
—No soy como tú—
—Eso lo veremos después— dijo llevándose al chico y retirándose al instante.
Todos corrieron a dónde Jyushimatsu y Homura que era atendida de emergencia por Ichimatsu.
—Debemos llevarla a casa o al hospital más cercano— dijo Todomatsu preocupado entre lágrimas.
—No podemos, ella aún no terminaba su último día de cuarentena y en estos momentos está muy delicada si la movemos temo que la herida empeore creando hemorragia interna—
—¿Que hacemos?— dijo Choromatsu.
—Por el momento esperar a que responda bien a los primeros auxilios o a este paso no sobrevivirá—
—Ayudala Nissan— dijo Jyushimatsu, lloraba y de la sonrisa que siempre tenía no había rastro alguno.
—Jy...Jyu...Shi...—
—Homura, no hables tienes que reponer fuerzas aún nos queda mucho que hacer con la bebé—
—Son...sonri...sonríe...—
—No hables, no mueras, no me dejes— decía llorando mientras tomaba su mano.
—Jyu..Jyushi...—
—Homura, no me abandones—
—Son...sonr...sonrie—
—¿Que dices? No puedo sonreír si estás así— dijo mordiendo su labio inferior.
—Sonri...e...para...mí...para...nuestro bebé...y...no dejes...que esto...te afecte...—
—No me abandones, eso suena a despedida—
—Nunca...te abandonaría...pero...por favor...sonrie— Jyushimatsu apretó un poco más la mano de la chica, respiro y la miró con una sonrisa llena de lágrimas la cual ella devolvió.
—El...nombre—
—¿Eh?—
—Dale...un nombre...—
—Es verdad aún no decidimos el nombre—
—¿Cómo querías...que se llamará?...tiene que ser...un nombre...bonito...y...alegre...—
—Tengo el nombre perfecto para ella—
—En ese caso...la dejo a ti...— el agarre de la chica era cada vez más débil.
—¿Que estás diciendo? Tienes que aguantar, no nos dejes solos— Ichimatsu comenzó a apretar más a la herida queriendo parar el sangrado pero este no paraba.
—Ugh...Siempre...estaré...con ustedes...son lo...más hermoso que me a pasado...— la chica miraba desde abajo a los hermanos que ahora le miraban preocupados. —Gracias... Osomatsu...por darme...otro hogar...—
—P-para eso somos familia—
—Gra...gracias Choro...matsu...por tu apoyo...—
—Lo que sea por mi cuñada— dijo con una leve sonrisa.
—Gracias...Karamatsu...por todo...por tus...consejos...—
—...— solo apretó los puños y se mordió hasta sangrar.
—Ichi...muchas...gracias...por siempre estar...apoyándome...y...por recibir a mi hija...—
—Gracias a ti por confiar en mi— la chica le sonrió débilmente.
—Y...—
—No, no te despidas...No me des las gracias, no me digas adiós— suplicaba Jyushimatsu.
—Te amo— la chica comenzó a llorar con una sonrisa.
—Y yo a ti—
—Me pregunto...como...la...llama...ras— dijo con una sonrisa y la voz más débil que se podría escuchar como un susurro.
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—Ella...está muerta...— dijo Ichimatsu al tomar su pulso.
—...Homura...— susurro el quinto Matsuno. —La niña, se llamará como tú—dijo con una sonrisa pequeña.
Los seis hermanos quedaron en silencio y miraron a Jyushimatsu con tristeza sin embargo el chico cargo a su difunta amada que falleció con una sonrisa, las manos llenas de su sangre y temblorosas, volteo y miró a Osomatsu con una sonrisa...
—¿Cuando atacamos?—  Osomatsu quedó pasmado unos segundos para después suspirar.
—En 15 días todo estará listo—