Sueños

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//Narrador//

Osomatsu se encontraba completamente sólo, todo era oscuro y los latidos de su corazón eran absolutamente niños.
Algo andaba mal, no podía respirar con normalidad. De la nada se escuchan unas risas, era un niño.
—¿Quien está ahí?— dijo con pánico, si respiración aún se le hacía pesada.
No hubo respuesta y solo seguían riendo.
—Ven conmigo, chico— se escuchó detrás del él.
—Esa voz...— la palidez de su cuerpo era notoria.
—He venido por ti, Osomatsu...—
—¡No hire contigo a ningún lado, Tougou!—
—No puedes escapar de esto, vine para llevarte conmigo al infierno, "My rose"—
—No ire contigo, ¡Si me he de quemar en el infierno quiero que sean mis padres quienes me lleven!—
—A veces puedes ser tan estúpido, ¿No lo entiendes?—
—¡Ellos vendrán por mi!—
—Ellos no vendrían por él hijo que les partió el corazón a los demás—
—¡Te equivocas! ¡Ellos no son como tú los haces ver!—
—¿Estás seguro? ¿Hay alguien que pueda decir lo contrario a lo que yo digo?—
—¡Por supuesto que sí!—
—¿Quien? ¿Tu? No me hagas reír, es claro que su antes hijo mimado hablaría maravillas de ellos...—
—¿Ellos, no vendrán?—
—Así es, ellos no pueden recoger a quien hizo sufrir a su familia—
—Lo hice por su bien—
—Causaste sufrimiento a todos tus hermanos, has hecho que todos tengan colapsos emocionales y violaste al tercero de ustedes—
—Pero...ellos no vendrán...—
—Ellos nunca vendrían por alguien que sucio como tu—
—Ellos son mis padres...ellos...—
—Ellos no están aquí por ti, aquí solo estoy yo—
—Y por eso deber irte de aquí— se escuchó la voz de un niño.
—Pero si nos nadie más que tú mismo— dijo Tougou al ver al pequeño Osomatsu tomar la mano del Osomatsu actual.
—So-soy yo...—
—Así es, soy el tú qué tanto fue maltratado por este bastardo—
—Pero...—
—Reacciona, "yo grande"...aún tienes gente que te ama, mamá y papá prometieron venir por tí. No hagas caso a este bastardo—
—¡Espera! Todo esto va muy rápido—
—No importa eso ahora, por favor no pierdas la fe en mamá y papá— Osomatsu no entendía nada y su cabeza comenzaba a dar vueltas.
De la nada, unas manos comenzaban a rodear al mayor, dejándolo en shock.
—Vendras conmigo, My rose—
—¡Nooo!— grito el niño, sollozaba mientras corría a abrazar a Osomatsu.
—Ellos no vendrán y solo yo puedo quererte, porque se cómo eres tú. Yo no te juzgo y te amo como eres ahora, hijo...—
—¡No es verdad! ¡Mamá y papá vendrán por nosotros, solo espera un poco más! ¡Ellos creen que aún tienes cosas que hacer aquí! ¡Ellos dicen que aún te falta por vivir!—
—¿Ellos...dicen que viva más?—
—¡Sí! ¡Aun no es tiempo de irnos! ¡Debemos esperar un poco más por ellos! ¡No te dejes llevar por ese infeliz!—
Tougou dió un manotazo al niño haciéndolo caer, jalo a Osomatsu junto a él apunto de tocar sus labios.
—¡No! ¡No dejaré que me hagas eso otra vez!— dijo el niño tirando abajo a Osomatsu.
—Pequeño yo...—
—¡Despierta ya! ¡Abre los ojos! ¡Espera por mamá y papá! ¡Cuida de Choromatsu y nuestro hijo!—
—Choro...matsu...kota...—
—¡Despierta ya! ¡DESPIERTA!—
...
...
...
...
—¡Papá! ¡De-despierta!—
—¡Osomatsu!—
—¡Papá! ¡Papá!—
Osomatsu apenas y respiraba, sudaba a mares y tenía ataques de tos constantes.
—¡Papá! ¡De-de-despierta! ¡Papi, papá n-no despierta!—
—Tranquilo Kota, papá estará bien—
—Papi ha-has algo, ¡Papá!—
—¡Osomatsu, despierta! ¡Estás soñando!—
Osomatsu seguía sin responder h está vez tosia con más intensidad, parecía ahogarse.
—¡Papá! ¡Papá! ¡Pa-pa-papi, papá s-se ahoga!—
—¡Trae agua! ¡No te preocupes!—
El niño corrió a la cocina y con nervios llevo una jarra de agua.
—¡A-aquí está e' agua—
—Sirve en el vaso—
El niño obedeció y con las manos temblorosas sirvió el agua entregándola a Choromatsu.
Choromatsu lo dió de beber con cuidado a Osomatsu, logrando que su tos se calmase un poco. Osomatsu seguía sin despertar, la desesperación invadía a Choromatsu, el niño comenzaba a llorar cada vez más y su tartamudeo empeoraba.
—¡Osomatsu despierta! El niño no puede con esto, deja de preocuparlo y despierta de una vez—
—¡P-pa-pa-papá!¡N-no...n-no nos d-de-dejes!— decía el niño sacudiendo a Osomatsu.
Choromatsu al ver al niño así, llamo de inmediato a Ichimatsu.
..
..
—¡Ichimatsu ven aquí!—
—¿Choromatsu? ¿Que ocurre? ¿Estás bien?—
—El niño...Osomatsu...no puedo...—
—Tranquilizate, ¿Que está pasando?—
—¡Osomatsu no despierta!—
—¿Que? ¿Cómo está el niño?—
—¡Su tartamudeo no para y está temblando y llorando mucho, trato de calmarlo pero al instante Osomatsu comienza a ahogarse y no puedo calmarme yo tampoco! ¡Ayúdame!—
—Tranquilizate, voy para alla—
—¡Pa-pa-papi! ¡Pa-pa-papá, está tosiendo o-ot-otra vez—
—¿Ese es el niño? ¡Rápido trata de calmarlo, recuerda tu entrenamiento, pasaste mucho para lograr lo que tienes ahora! ¡No dejes que ambos logros te abandonen!—
—Pe-pero...—
—Yo creo en tí, has algo como Choromatsu no como "papi"—
—E-entendido—
...

Choromatsu colgó y calmo la tos de Osomatsu, colocó un radio para bebes y tomo al niño llendo a la sala.
—N-no po-podemos d-d-dejar...— Choromatsu le abrazo y palmeo su cabeza.
—Calma...— su voz sonaba suave y firme. —No debes de ponerte así, preocuparas a papá cuando despierte. Perdona por exaltarme antes pero no quiero perderte, anda respira— el niño obedeció y respiraba para controlarse.
Choromatsu continuaba abrazándolo y limpio su cara con una toalla. Miro al niño fijamente con una sonrisa y tomaba sus manos temblorosas, finalmente recargo su frente a la suya...
—Pa-papá, ¿Estará b-bi-bien?— el tartamudeo del niño se calmo.
—Papá estará bien, por eso debemos ser fuerte y ayudarlo para que deje de tener malos sueños, ¿Me ayudarías?—
—S-sere fuerte—
—Vamos con papá— el niño asintió con la cabeza y ambos prosiguieron a ayudar a Osomatsu.

Los hermanos Matsuno llegaron  agitados y miraro  como el niño llevaba agua a la pareja, Choromatsu se encargaba de controlar las acciones y ataques de Osomatsu, mientras el niño limpiaba su cuerpo y traía agua a Choromatsu.
—¡Choromatsu!— dijo Ichimatsu.
—Chicos, gracias al cielo ¿Por qué tardaron tanto?—
—No podíamos cruzar debido al tráfico mañanero, ¿Cómo está Osomatsuniisan?— dijo comenzando a revisar a Osomatsu.
—Ya está mejor, parece calmarse un poco y los ataques pasan menos frecuentes—
—¿Cuánto tiempo lleva así?—
—Cerca de dos horas—
—¿Cómo está el niño?—
—Esta mejor, es muy fuerte—
—Tu también lo eres—
—Gracias—
—Llevate al niño y trata de dejarle desahogarse unos momentos—
—Supongo que tienes razón...— se cortó aquella conversación cuando Osomatsu comenzó a toser nuevamente.
El niño corrió por agua y una toalla más, la entrego al de verde este le calmaba, Ichimatsu le inyectó las medicinas que se le proporcionaban diariamente.
Osomatsu se calmo y el niño al secar el sudor, Osomatsu abrió los ojos...

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