Parte 13

13 1 0
                                    

¿Cual fue el milagro que ocurrió? Bueno, antes de eso, debo narrar mi estado emocional en ese momento.

Bueno, primero que nada, a pesar de que la enorme batalla había sido contra animales de peluche y eso de alguna forma le quitaba un poco la pesada sensación de herir a alguien, honestamente no podía dejar de pensar que había algo terriblemente mal con eso.

Ni siquiera sabía porque luchaba, digo, Olivia y Ernesto eran agradables, pero una parte de mi, sabía que lo único que yo quería era volver a casa.

Rendirme y volver a casa, probablemente la magia era algo que jamás encontraría en casa y sería desperdiciar una enorme oportunidad pero bien se dice por ahí, no hay lugar como el hogar.

Quería alejarme de todo el dolor que mis brazos sentían, me sentía débil y patético, solo quería volver a casa, tal vez un ocho en matemáticas no era lo peor del mundo.

No sé, que tan decidido estaba de hacerlo, quizás muy decidido, honestamente una parte de mi solo quería recuperar control de mis manos para tomar la pequeña semilla en mi bolsillo que me llevaría a casa.

Oh sí, olvide decir que a nadie se le había ocurrido cambiarme de ropa, digo, lo haría yo mismo pero dos enormes problemas, mis manos eran casi inútiles en este momento y no tenía otra ropa, por suerte era ropa mágica y no podía ensuciarse ni oler feo.

En fin, estaba en aquel balcón, pensando en abandonarlo todo, creo que está no era mi batalla.

Fue justo en aquel momento cuando un milagro ocurrió.

Frente a mi, probablemente a unos cinco metros de distancia, tal vez menos, había una chica y podría dedicarle la próxima media hora de mi vida a intentar describirla pero las palabras no me alcanzan, ¿Es linda? Por supuesto que es linda, su cabello es tan bonito y su mirada es preciosa pero no fue eso lo que vi, una parte de mi, me gusta pensar que jamás fui una persona que veía únicamente el físico, no.

Te escribiré exactamente lo que pensé mientras la vi.

Primero que nada, era 14 de febrero, era martes y el reloj hubiese marcado casi las 9 de la mañana.

Yo estaba ahí, pensando en rendirme y ella estaba tan cerca de mi, no habló conmigo, no hable con ella, solo la vi, sonreía con un grupo de amigas, bueno, llamarla grupo sería exagerar, eran solo dos personas junto a ella y probablemente las otras dos sonreían pero no podía dejar de verla.

Y si, su sonrisa era muy hermosa pero tampoco fue eso lo que vi.

Me quedé pensando durante algunos tres minutos, ¿Como es posible que alguien se vea así de feliz? Realmente debía disfrutar la vida.

Pensé mucho sobre mi, sobre mi vida, había sido feliz, tenía recuerdos muy lindos pero no sé si alguna vez me había visto así de feliz.

Eso es lo que quería, necesitaba encontrar la forma de amar tanto el mundo, la vida, todo, para ser así de feliz.

Una pequeña parte de mi pensó que quizás estaba siendo muy raro, así que rápidamente, aleje mi vista de ahí, empecé a ver alguna casa o algún edificio cerca.

Pero no podía pasar más de cinco segundos sin voltear a verla.

Estaba cautivado, pensé en acercarme, pensé en pedirle un consejo sobre cómo ser así de feliz, no me atreví, la observe en silencio, desviando mi mirada cada unos pocos segundos, este sería mi secreto, me lo llevaría a la tumba.

Había visto la mas feliz sonrisa que había visto jamás en la vida.

Ese fue mi milagro, encontré una sonrisa que me hizo salir de mis ideas negativas.

La observe hasta que se fue de ahí, hasta que mi vista no pudo encontrarla más.

Una parte de mi, sabía que no iba a rendirme, la pequeña semilla en mi bolsa paso al fondo de mi mente.
Finalmente, cuando mi vista no pudo encontrarla de nuevo, volví a mi habitación, me acosté en mi cama, pensando en descansar, sanar pronto y volver al mundo, encontrar a Olivia, encontrar a Ernesto, salvar a Fiestalandia del extraño destino que le esperaba.

....

Malas noticias, Clara no considero que yo necesitará descansar, me hacía ir todos los dias a clase de anatomía, con niños de seis años, según ella, yo estaba a duras penas al mismo nivel que ellos.

Era un poco vergonzoso, pero actuaba como si yo fuera superior, como si la única razón por la que estaba ahí es porque los estaba ayudando a ser mejores.

La arrogancia es mi mayor cualidad al parecer.

Buenas noticias, aprendí mucho, según Clara, necesitaría todo ese conocimiento porque mi botella de salsa mágica solo podría mostrar su verdadero valor si yo era bueno en aquello.

Mejores noticias, no tendría que perder tiempo buscando a Ernesto y Olivia, ellos habían llegado a la pequeña aldea.

Peor noticia de la historia, ambos estaban gravemente heridos.

Huracán había llegado con ellos, junto a una pequeña tipa, llena de pecas.

Yo sé que tú sabes, que las pecas significan maldad, pura maldad.

Ernesto quien apenas podía hablar, tenía heridas por todos lados, mayormente moretones, según Clara y mi análisis superior, tenía hemorragias internas, no iba a morir pero necesitaría semanas antes de sanar.

Olivia por su parte tenía un enorme corte en su espalda, parecía profundo y digo enorme en comparación a su pequeño cuerpo de coneja, no olvidemos que Olivia es una coneja.

Tardarían meses en sanar.

Huracán por su parte estaba ilesa en su mayor parte, salvo un par de pequeñas cicatrices en su rostro, Huracán se sentía orgullosa de ellas, de hecho me abandonó, me dijo que iría por la ciudad presumiendole a todos los demás gatos lo superior que era por sus nuevas heridas de batalla.

Misty por su lado, bueno, casi como su nombre lo dice, era misteriosa, me contó muy poco sobre ella, solo que era muy amiga de Olivia y formaba parte del enorme grupo de cinco personas que Olivia y Ernesto también formaban.

Se rehusó a moverse de ahí hasta que Olivia estuviera sola.

Ernesto, quien estaba en mejor condición me contó cómo terminó toda aquella batalla.

Al parecer el Nubesaurio, sin razón alguna, se había vuelto loco y empezó a soltar una cantidad extrema de rayos, por suerte los intentos de pararrayos que había colocado los habían atraído todos hacia los peluches, de esa forma muy pocas personas habían resultado heridas, tuvimos mucha suerte, fue lo que dijo.

Amigo, ¿Suerte? Casi me matan por salvar el día, vaya, está gente mal agradecida, jamás vuelvo a dejar que me coma un Nubesaurio para salvar el día.

Sé que se supone que uno no debe esperar que le agradezcan las cosas que hace pero esto es el colmo, casi muero como seis veces y lo llaman suerte, que injusticia.

Estaba molesto.

No fue hasta un par de horas más tarde cuando Huracán vino un par de horas más tarde y me contó que después de la batalla, Ernesto y Olivia habían hecho todo en su poder por buscarme, incluso con las enormes heridas que tenían encima no dejaban de buscarme.

Que no fue hasta que Misty llegó y los arrastró a esta aldea, famosa por su medicina que no dejaron de buscarme y eso, solamente porque Misty los obligó a dormir.

No puedo negar que eso movió mi corazón.

Cassy & YinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora