Parte 52

15 1 0
                                    

Volvi a empezar mi camino, en esta ocasion decidi seguir un camino mucho menos luminoso, porque bueno, los dos que quedaban eran bastante oscuros, no es como que tuviera muchas opciones.

Tenia la opcion uno, que parecia un callejon a media noche de esos que tienen las lamparas descompuestas y que al parecer la luna decide visitar solamente una vez al año.

La opcion dos por su lado,parecia que la oscuridad y la noche habian tenido un par de chamacos muy negros, no habia nada de luz en ese lugar.

Yo, siendo un sujeto lleno de valentia y sin lamparitas en mi pantalon, obviamente decidi seguir el camino del callejon, porque pues uno puede exponer su vida pero con cuidado.

Todo estaba lleno de piedras, las paredes, el suelo, bueno, de hecho no habia nada mas asi que tenia razon.

Camine camine camine, camine lo suficiente como para que me saliera una ampolla, debilucho soy.

Me encontre bajo un arco de piedra, la estructura, no el arma, aunque pensandolo bien, si dije de piedra es como bastante obvio que hablo de la estructura, nadie haria un arco de piedra para lanzar flechas, a menos que se tratara de un monumento a algun gran cazador, espera estoy divagando.

Me encontre bajo un arco de piedra, uno enorme, que parecia pertenecer a una catedral, esa parte la deduje obviamente porque aun habia pedazos de pared con vitrales en ella y los vitrales me recordaban mucho a las iglesias que mis padres me hacian visitar.

Sin embargo a diferencia de una iglesia normal, esta tenia un altar, espera eso no era lo diferente, lo realmente diferente es el hecho de que habia en ella una espada, lo cual no debia de sorprenderme porque bueno, se supone que me encontraba en lo que parecia ser el jardin de las espadas o al menos asi se llamaba.

Lo que me sorprendia era el hecho de que la espada realmente estaba enterrada sobre la piedra del altar, uno pensaria que alguien construyo el altar alrededor de la espada o quizas la espada era realmente filosa como para haber cortado la piedra.

Tenia una empuñadura dorada, en ella se podia leer, con pequeñas letras, Excalibur.

Yo habia escuchado hablar de esa espada, quizas era la espada mas famosa de la historia.

Bueno, si jamas habias escuchado de ella, se supone que es una espada tan filosa, que en realidad no fue hecha con metal, que fue hecha con viento, yo no lo seeeeeee, eso dice la razaaaa y ya ves que la gente inventa cada cosaaaaaaa.

Como niño pequeño me acerque al altar sin pensarlo mucho, puse mis manos alrededor de la empuñadora y empeze a tratar de sacar la espada de la piedra.

Parecia imposible, utilizaba toda mi fuerza y no se movia, en ninguna direccion, ni para arriba, ni para abajo, ni para los lados, la espada no reaccionaba conmigo.

Empezaba a creer que en realidad la espada estaba pegada con un muy potente pegamento, usando las palabras de los pequeños, alguien la habia apartado con chicle y candado.

No deje de intentarlo, lo hice hasta que mis fuerzas se agotaron, hasta que el sudor corria inmensamente por mi frente.

¿Porque intentaba tanto?

Buenoooooo pues miraaaa, primero que nada no tenia ganas de caminar por el camino sin luz, segundo no me sentia bien cargando una espada que estaba destinado al portador del mal, entonces de verdad lo intente pero la espada parecia rechazarme.

Finalmente y ante la inminente realidad de mi nuevo camino, decidi tirarme en el suelo, solo un rato, solo lo suficiente para que mi nueva ampolla pudiera relajarse un rato y para que mi cuerpo recuperara todas las energias perdidas.

Pero mucho mas importante aun era el hecho de prepararme mentalmente para lo que estaba por enfrentar.

Cassy & YinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora