Las personas comenzaron a llegar, reuniéndose todos en el jardín no podían ser más de 20 personas y un par de niños que se veían de la misma edad de Murat los cuales se encontraban todos jugando con Harry. Una niña se colgaba de uno de los brazos del rizado mientras que un niño pelirrojo se colgaba de una de sus piernas, era claro que intentaban escalar al alto hombre y este, para sorpresa de Louis, estaba encantado con los pequeños.
La mujer turca se acercó al ojiazul quien sentado en una escaleras que conectan al jardín con el resto de la casa observaba la escena con el ceño fruncido, le ofrecio un plato con pequeñas rodajas de carne que había aprendido hace algunos meses se llaman köfte, las tomó gustoso desviando su mirada hacia ella.
—¿Puedo preguntar por qué no dejas de ver al señor Styles? —preguntó con una ceja alzada.
—Cuando conocí al señor Styles —hizo énfasis en las ultimas palabras porque le parecía gracioso—, tuve una mala impresión de él, la cual resultó ser algo cierta —se llevó un pedazo de carne a la boca y luego de haberlo tragado continuo—, pero cada vez que nos encontramos termino pensando mejor de él y ahora lo estoy viendo justo ahí jugando con esos niños como si nada lo hiciera más feliz. Cómo adoraría tener hijos.
Aunque lo último lo dijo casi en un susurro, fue escuchado de igual forma por la mujer. Ella devolvió la vista al hombre que ahora tenía a su hijo en los hombros y eran perseguidos por los demás niños que buscaban ser cargados también.
—Pues yo te puedo decir que es una buena persona, gracias a él Murat fue aceptado en la escuela, —confeso con una sonrisa, el castaño la miró sorprendido— cada escuela a la que ibamos nos daban largas para no aceptar nuestra solicitud de inscripción, pero el motivo real era simple... nos veía como inmigrantes musulmanes.
—No pueden hacer eso, la ley lo prohíbe —respondió molesto, se preguntaba por qué Evandro nunca le contó eso.
—Te sorprendería cuan fácil se dobla la ley cuando hay racismo de por medio, nosotros temíamos que si presentábamos una denuncia nos deportaran, acabábamos de llegar, —miró en dirección a Harry con una expresión de completo agradecimiento—. De no ser por él, jamás nos hubiéramos animado a exigir justicia.
>>Nos acercamos a él por recomendación de unos amigos a quienes había ayudado en el pasado, si preguntas entre las minorías vas a escuchar buenas referencias del señor Styles, —luego de decir eso se disculpó para levantarse y dirigirse a hablar con otros invitados que estaban conversando jovialmente con su esposo.
Louis lo vio asombrado, no podía imaginar que el hombre de quien había llegado a pensar tan mal pudiera ser tan bueno. Aunque claro, no querer una relación seria no era motivo para ser considerado despreciable a sus ojos, era el hecho de saber que no tenía problema con intimar con personas casadas, eso era algo con lo que de más seguro no podría estar de acuerdo jamás.
—¿Ocurre algo? —preguntó el de ojos verdes sacándolo de sus pensamientos—, llevas un largo rato viéndome, aunque no te culpo.
Volteó a su izquierda para ver a los niños correr por el jardín en una zona donde no había adultos para evitar choques y por consiguiente regaños.
—No te veía a ti, —le sonrió ladino— era a los niños.
—¿Tienes hijos? —preguntó más para seguir con la conversación que por genuino interés.
Negó con la cabeza, —Liam no quiere hijos—, respondió y Harry frunció el ceño por lo cúal agrego, —quiero decir que aún no nos decidimos en tener hijos.
—¿Pero tú quieres hijos? —preguntó esta vez por completo interesado.
—Más que nada en el mundo —lo dijo casi sin pensar.
Harry se le acercó más y con una voz que sonaba demasiado sensual para el gusto del más pequeño, ofreció —con gusto te hago los hijos que quieras.
—Harry...
Se separó del ojiazul quien tenía un leve sonrojo. Debía controlar su galantería que el otro insistía en llamar coqueteo barato, eso si quería seguir siendo bien visto por el castaño. Hizo una mueca de fastidio que hizo reír a Louis y eso pareció motivarlo a controlarse para tener una buena conversación.
Siguieron conversando un largo rato hasta que varios invitados ya se habían ido y Evandro se acercó a ellos y colocó cada uno de sus brazos en los hombros de los hombres, su aliento olía a alcohol pero no se veía borracho en absoluto.
—¡Mi pequeño y mi gran amigo! —se dirigió a ellos respectivamente, ganándose un ceño fruncido del lacio y una risa del alto—, me alegra tanto que se lleven bien ya que a ambos les debo que mi familia sea feliz.
—Estoy seguro que no es para tanto... —comentó Louis, siendo ignorado por el turco. Comenzaba a darse cuenta que quizás sí estuviera algo pasado de copas.
—Tonterías, tú fuiste el único que me quiso contratar con un titulo emitido en Turquía —le dió un beso en la mejilla al ojiazul quién rió dulcemente según los pensamientos del rizados—, y tú ayudaste a mi pequeño a recibir su educación.
Apretó más su agarré sobre el hombro del ojiverde y lo sarandeó ligeramente, el más alto sólo se dejó hacer.
—Cómo decir que no luego de probar tu comida —dijo Louis pero antes de poder recibir una respuesta su teléfono comenzó a sonar—, disculpen un momento.
Cuando sacó su celular vio lo tarde que era, Liam ya debía de estar en casa.
Contestó la llama y escuchó del otro lado de la línea a un Liam claramente molesto, —¿dónde estás?
—Sigo en la fiesta, enserio lo siento perdí la noción del tiempo —se apresuró a disculparse.
—Cuando un hombre llega de trabajar espera que su esposa lo esté esperando en casa, —Louis se molestó al escuchar eso, pero no lo comentó, ni siquiera el hecho de que haya dicho esposa.
—Pudiste haber venido conmigo...
Una vez las palabras salieron de su boca supo que no debió decir eso.
—Entonces es eso, te estás vengando por no haberte acompañado, —estaba molesto— pero no puedo faltar al trabajo cada vez que tú lo pidas.
—Tienes razón, perdón, —se mordió el labio arrepentido, pero su esposo no podía ver el gesto sólo Harry, quién veía la escena con interés—, iré a casa de inmediato.
—Tengo hambre, no tardes —su voz sonaba tan fuerte en el teléfono que hasta los dos hombres que se encontraban a unos pasos de distancia pudieron escucharlo—. Ven con cuidado, te amo.
—Te amo, —respondió feliz, pero en cuanto colgó se volvió a sentir culpable por culpar a su esposo de no haberlo acompañado cuando bien sabe que tiene un trabajo.
Luego de colgar se acercó de nuevo a los hombres, ambos lo miraban, habían alcanzado a escuchar un poco de la conversación y ambos querían decir algo, pero la cara del castaño los detuvo, parecía niño pequeño que acaba de recibir un regaño, y de cierta forma así fue.
—Ya es algo tarde, lo mejor será que me vaya.
Le dió un abrazo a Evandro y luego se despidió del rizado con un movimiento de su mano, —¿quieres que te lleve a tu casa?— se ofreció este ultimo.
—Vine en mi propio auto, pero gracias —rechazó con una sonrisa.
Le deseó un buen viaje al turco y después de buscar a la esposa de este para decirle lo mismo, se fue del lugar.
—Es un idiota —dijo Harry sin pensar, siendo escuchado por el hombre de medio oriente.
—Si te refieres a Liam, no eres el único que lo cree.
El hombre puso su mano en el hombro del de ojos verdes en señal de estar de acuerdo y ambos se levantaron para ayudar a la mujer a limpiar el jardín.
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Infieles [L.S.]
FanfictionLouis está felizmente casado. Harry está felizmente soltero. Harry cree que todos serían infieles en las condiciones correctas. Louis cree que nadie verdaderamente enamorado sería infiel. "-Cariño, nadie es realmente fiel, -dice Harry lamiéndose los...