Infieles [L.S.]

14. Lo olvidó

—Gracias —murmuró Louis antes de colgar su teléfono y devolver toda su atención a la castaña que recién había salido de la cocina con dos tazas de chocolate caliente en la mano.

La chica se sentó a un lado de él en un sofá morado y le ofreció una taza, la cual acepto gustoso.

—¿Ese era tu esposo?

El chico agachó la cabeza con vergüenza, Liam aún no le llamaba o enviaba algún mensaje, —no, era un amigo.

Jade sonrió con calidez que hizo sentir mejor al ojiazul. No tenían mucho de haber llegado al departamento de la chica, era muy grande pero no lo describiría como moderno, más bien parecía anticuado con un toque del cuarto de una adolescente. 

—¿Quieres hablar sobre tu matrimonio? —colocó una mano sobre la rodilla del otro quien se tensó ante el contacto, —sé que nos acabamos de conocer hace unos minutos, pero enserio puedes confiar en mí, incluso podemos hablar de cualquier otra cosa, sólo creí que te serviría hablar con alguien en estos momentos —dijo honestamente, logrando que Louis se relajara un poco.

—Llevamos casados casi cuatro años, —comenzó a explicar la historia— lo amo, y sé que él también me ama, —le costaba mucho decir lo siguiente, desde hace tiempo sabía que algo estaba mal, pero se negaba totalmente a aceptarlo ya que mientras su esposo regresara cada noche con él y le dijera que lo ama, las cosas no podrían estar tan mal— pero no creo que me valore del todo... —sacudió su cabeza— no sé si me explico.

La chica solo asentía y decía algunas palabras para indicarle que siguiera relatando, cosa que no pareció difícil para el chico. Le contó algunas de las situaciones que habían ocurrido los últimos años para finalmente llegar a los problemas principales.

—Sé que me ama, pero muchas veces siento que mi opinión no tiene ningún valor para él —las palabras salían con facilidad, era lo que no le había dicho a nadie hasta ahora—. Él solo toma todas las decisiones importantes que nos corresponden a ambos, aún cuando yo no estoy de acuerdo intenta persuadirme con detalles y palabras cursis, al final siempre acepto, pero es porque sé que lo hará de todos modos y así al menos puedo fingir que ambos estuvimos de acuerdo.

>>Y eso solo es el comienzo; nunca llega a tiempo, ni siquiera en nuestra primera cita pudo llegar temprano, y no me molesta esperar, pero juro que cada vez tarda más —el enojo comenzaba a ser notorio en cada una de las expresiones del ojiazul, en especial en su tono de voz que comenzaba a levantarse—, ni hablar de sus celos absurdos que dejaron de ser tiernos hace demasiado, me gustaría poder hacer nuevos amigos sin que se ponga todo territorial, —dejó la taza de chocolate sobre la mesa y se levantó bruscamente, comenzando a dar vueltas al rededor de la mesa de centro—, nunca le gustó que trabajara, ¡Si me esforcé por tener un título universitario, por supuesto que querré ejercer!, ¡Y quiero tener hijos más que nada en el mundo!

Jade lo observaba desde el sillón sin mostrar ninguna expresión a pesar de estar muy sorprendida. Estaba acostumbrada a escenas similares a estas.

Louis estaba rojo hasta las orejas del enojo, apretaba sus puños con demasiada fuerza y tenía la respiración agitada, pero todo eso fue interrumpido por una notificación en su celular, lo sacó para encontrarse con un mensaje de Liam.

"Olvidé que tenía que ir por ti. Pide un taxi, llegaré tarde a casa. Te amo."

Eso fue todo lo que bastó para que todas sus emociones cambiaran radicalmente, sus ojos comenzaron a ponerse rojos y lagrimas cayeron por sus mejillas. Antes de que la chica pudiera reaccionar ante el súbito cambio, Louis ya se encontraba cayendo de rodillas y llevando sus manos a su rostro para intentar quitar las lagrimas.