6. Caer a tus pies

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Louis fue al restaurante a los pocos días de haber tomado la decisión de regresar a trabajar, saludó a Jennifer, la chica que trabajaba en recepción para llevar las reservaciones y asignar mesas a los que llegaban sin una, vió el restaurante con más gente de la que esperaba para ser un lunes.

Ya en la cocina vio al hombre que buscaba, quien destacaba de los demás trabajadores en la cocina puesto que su uniforme era negro mientras que el resto vestía de blanco. Evandro era un hombre turco 30 años, la verdad es que era un hombre muy atractivo, tanto que Liam no estuvo de acuerdo con la idea de que trabajara para su esposo.

—¡Louis! —saludó alegre el hombre al verlo cruzar la puerta y se acercó a él con los brazos extendidos—, ¿a qué debo la visita de mi pequeño amiguito? 

El mencionado aceptó el abrazo gustoso, —me pareció que fue hace mucho que decidí pasearme por el restaurante.

Una vez se separaron, el cocinero regresó a su lugar para continuar con la preparación de la comida, era uno de los platillos turcos que agregaron al menú con la llegada de Evandro.

—Aunque debo decir que sí hay otro motivo por el cual decidí pasarme por aquí, tiene que ver con el chef para el nuevo restaurante...

El más alto lo miró curioso con sus ojos avellana que estaban enmarcados por pestañas muy largas, —espero que vengas a decirme que tu amigo rubio no es apto para decidir quien es bueno para el puesto, toda la comida le parece buena.

El ojiazul rió levemente.

—En realidad esperaba que fueras tú...

Lo miró extraño por unos segundos sin entender del todo lo que quería decir su jefe.

—Pero yo ya trabajo aquí —tenía el ceño fruncido.

Sonrió muy grande antes de seguir con su explicación, —es que quiero regresar a trabajar, y me gustaría hacerlo aquí... —se veía la emoción que salía por cada poro de su cuerpo— y también pensaba que podría empezar la siguiente semana, así tú puedes tomar unas vacaciones antes de que se inaugure el otro restaurante, que igual está más cerca de la escuela de tu hijo.

El turco dejó de lado los vegetales que estaba picando y lo miró con los ojos bien abiertos, era difícil de saber si le agradaba o no la idea, y luego de un par de segundo Louis estaba muy nervioso de que lo tomara a mal por lo que completo, —pero si no te gusta la idea puedo empezar en el nuevo restaurante, no tengo ningún inconveniente.

Finalmente rió el otro hombre y le colocó una mano en el hombro.

—¡Claro que quiero! —lo abrazó de nuevo—, ¡Adalet estará tan contenta cuando le cuente!

Soltó un suspiro de alivio, —me alegra mucho que estés de acuerdo.

—Hoy mismo compraré boletos para mi madre patría, —dio un beso en la frente del castaño quién rió por la emoción de su amigo— pero no sin antes asegurarme de que los platos turcos te quedan bien.

—Pero yo... —comenzó Louis apenado, siendo interrumpido rápidamente.

—¡Era broma, pequeño amigo! —regresó su atención a los vegetales—, yo sé que eres el mejor cocinero de Lóndres.

Louis sonrió, esto había salido mejor de lo que esperaba y eso era un completo alivio, no podía esperar a ver a Liam para contarle.

Se quedó hablando con Evandro por unos momentos más, pero no quería seguir estorbando en la cocina.

Comenzó a salir del restaurante, pero al estar en la puerta se giró para despedirse de Jennifer al mismo tiempo que empujaba la puerta para salir. Tal vez no debió empujar con tanta fuerza, o quizás debió observar en frente, porque pudo sentir perfectamente como golpeaba algo con la puerta.

Infieles [L.S.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora