CAPÍTULO 4

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Jack:

Hoy se unió una nueva chica al salón. Sabrina Grey, bastó con solo mirarla un momento para darme cuenta de que es diferente.

En el salón noté que me observaba era un poco extraño, pero a la vez me llenaba de curiosidad saber por qué. Quería acercarme para hablarle, preguntar por qué me observaba tanto e iniciar una conversación.

Pero estaba rodeado de las chicas de mi salón que no me dejaban ni dar un paso. Eso sucedía muy seguido, al principio me gustaba, ser el centro de atención, ser el chico popular y que todas las chicas estén conmigo pero con el pasar del tiempo me canso y me canso demasiado.

En algún momento creí que Sabrina se levantaría de su asiento y se acercaría, pero no lo hizo solo continuó observándome hasta que el timbre tocó.

Salí a la cafetería y ahí la ví. Estaba sola.

Ella tenía algo que llamaba mi atención, entonces decidí acercarme y hablar con ella.

–Hola, soy Jack. 

–Hola.

–Noté que me mirabas en el salón.

Fue lo primero que se me ocurrió decir para poder iniciar una conversación.

–Si, yo lo siento, no sé porque lo hice.

Realmente esperaba otra respuesta, una como o Jack me gustaste desde el primer momento que te ví y por eso no paraba de mirarte. Pero ella no era así.

–No te preocupes, no pasa nada. Y que te parecen Los Ángeles ¿Ya conoces la ciudad?

–La verdad es que no, apenas ayer llegué y todo el día estuve desempacando.

Eso era genial, podía invitarla a salir a conocer la ciudad y pasar tiempo con ella para poder conocerla.

–¿Quieres salir a conocerla? Yo te puedo llevar a conocer la ciudad. Hoy en la tarde.

–No veo por qué no.

–¡Genial! Me das tu número, así te llamo para que pueda recogerte.

–¡Sí claro!

Me gustó conocer a Sabrina y ahora saldré con ella, hoy.

Casi todos lo días eran iguales, las mismas chicas siguiéndome, necesitaba algo nuevo algo como un cambio de aire. Conocer a  Sabrina fue como la salvación del resto de mis días.

***

Toqué la puerta de la casa de Sabrina.

–Hola ¿Lista para irnos?

–De hecho sí.

–¿Bueno que esperamos? Se me ocurrió que te gustaría conocer Santa Mónica, tardaremos un poco en llegar pero creo que valdrá la pena.

–Bien tenemos toda la tarde, así que está bien.

Santa Mónica era un buen lugar para empezar, quería que conociera el Pacific Park que es un parque de diversiones junto al muelle.

Fuimos de camino a la parada de autobuses. Traté te hablar con ella pero no tenía idea de que decir, en ese momento mi mente estaba en blanco.

Pero ella rompió el silencio.

–Y... ¿Llevas viviendo mucho tiempo en Los Ángeles? —me preguntó ella mirando por la ventana.

–De hecho sí, por eso yo soy el indicado para mostrarte los mejores lugares.

–No sabía que eras guía turista.—  Dijo ella con una pequeña risa. Y ¿a dónde vamos?

–Bueno se me ocurrió que te gustaría ir a Santa Mónica tienen un parque de diversiones y creí que te podría gustar.

–Un parque de diversiones, no suena mal. 

Al principio era un tanto incómodo porque ninguno de los dos hablaba, pero luego ella rompió el silencio y pasamos todo el camino hablando, sobre muchas cosas. Al parecer le gusta leer, eso no es muy común en algunas personas, pero como dije es diferente y eso la hace especial de una manera única. Me habló de cuando era pequeña y sus padres le habían regalado sus primeros libros. 

Llegamos un poco tarde justo para el atardecer, pero es donde mejor se vé el parque.

–Es lindo ¿Verdad?

–Si es muy bello, esto no se vé en San Francisco— Dijo carismática.

–Claro que no, ahora vives en California, debes acostumbrarte— Dije entre risas y ella también soltó unas risas.

–Sabes empecemos por entrar a la rueda de la fortuna, no es lo mejor para empezar pero a esta hora es donde mejor se ve el atardecer.

–Bien, pero te advierto que tengo un poco te vértigo.

–No pasa nada, no se va a caer— Dije burlándome, hasta que me dio un pequeño golpe en el brazo.

Pagamos los boletos para subir a la rueda de la fortuna. 

–¿Estás bien? —pregunte, porque noté que temblaba un poco.

–Si, estoy bien, estaré bien no te preocupes.

–Okey solo trata de calmarte, respira, y verás que será muy divertido —dije dedicándole una sonrisa.

La tarde pasó más rápido de lo que esperamos, bajando de la rueda de la fortuna fuimos a buscar algo de comer. Subimos a las cosas giratorias y ese tipo de atracciones, lo que fue una mala idea porque ambos terminamos vomitando.

–¿Todo bien? —preguntó ella riéndose.

–Claro que sí, solo casi se me salen los intestinos por la boca.

Ella empezó a reír descontroladamente.

—Si claro solo eso —dijo en tono de burla.

Luego de pasar ese momento tan incómodo y a la vez extremadamente divertido. Fuimos a los autos chocones, y fue tan divertido que no parábamos de reír.

***

Llegamos a su casa, tenía que acompañarla ya que no conocía las calles.

–Gracias por traerme Jack.

–No fue nada, gracias por darme una tarde tan divertida.

–Eso no fue nada, además no todos los créditos son míos.—dijo haciendo gestos de vómito en forma de burla. —No pude evitar reír ante esos gestos.

–Bueno nos vemos mañana en la escuela. Que duermas bien.

–Si la escuela, que aburrido. Pero me alegró conocerte Jack...

–Grazer, Jack Grazer. Lo siento no te lo dije, lo olvidé.

–Bueno, no te preocupes. Nos vemos —dijo seguidamente de abrir la puerta de su casa y entrar.

Hoy me divertí mucho con Sabrina, no pensé que fuera tan divertida, parecía ser un poco más seria pero es un chica genial.

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Hola!! Muchas gracias por
leer mi historia. Si llegaste hasta aquí, te quiero con todo mi corazón.

Si les gusta la historia, no
olviden votar, estaré tratando de  actualizar más seguido.

PD: si no te gusta el nombre del personaje "Sabrina" puedes
cambiarlo al tuyo, solo quería probar
con ese nombre que me gustó.

Las quiero!!

You changed my life [Jack Dylan Grazer] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora