CAPÍTULO 17

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Cuando llegué al laboratorio de Química ya era tarde, tuve que ir atrás donde por suerte encontré un asiento vacío junto a la ventana. 

Giré la cabeza para ver por la ventana, estaba nublado, no quise tomar atención a la clase. Las palabras de Glenn me tenían inquieta. Obvio no quería besarlo pero creo que era la única opción que me quedaba, si no lo hacía y él se quedaba con la carta existían las posibilidades de que: La publicara o la leyera enfrente de todos, e incluso revelará que fui yo quien la que la escribió.

Era demasiado arriesgado.

Por otro lado, si le daba lo que quería tendría mi carta a salvo. Era eso o que todos se enteren, o mejor dicho que todos sepan con las palabras correctas lo que siento por Jack.

Miré hacia el reloj del salón, faltaban como diez minutos para el receso. Veía a todo el salón y noté que Colin estaba sentado a unos asientos de dónde yo estaba. No sabía que pasábamos la misma clase.

El timbre sonó, caminé hacia Colin que estaba hablando con unos chicos.

–Hola —sonreí.

Colin giró y me vió sorprendido, sonrió para luego hablar.

–Sabrina, hola —miró en ambas direcciones. El salón ya se encontraba vacío—. ¿Te parece si vamos a la cafetería?

–Sí. No me quiero quedar aquí —solté una risa absurda.

Tomó su mochila y luego caminamos por el pasillo.

–No sabía que pasábamos química juntos —dije un poco apenada.

–¿En serio no me notaste? —giró a verme

–No —reí—. Supongo que debería estar más atenta a la clase.

Bajamos las escaleras para llegar a la cafetería.

–¿Y tú por qué no me hablaste? —pregunté y fijé toda mi atención en él.

–Porque cuando tenía pensado hablarte,  tú siempre salías rápido de clase. Es por eso que me sorprendió el que me hayas hablado hoy.

–Siento no haberte hablado antes.

–No hay problema —hizo un ademán con las manos—. De hecho deberíamos salir para ponernos al corriente.

Dudé un poco pero al ver su carita esperando una respuesta, asentí.

–Sí, claro. Bueno ya me voy —dije para no darle más vueltas al asunto.

Colin asintió y se fue. Caminé un poco por la cafetería y ví a Sophia con Jack. Me acerqué para sentarme con ellos.

–Hola —Me senté al lado de Jack—. ¿De qué hablaban?

–De nad... —dijo Sophia pero Jack la interrumpió.

–¿Ahora hablas más con Colin?

Fruncí el ceño y solté una risa tonta, miré a Sophia como si quiera encontrar una respuesta en su rostro pero solo se encogió de hombros.

–De que hablas... Espera. ¿Me estuviste espiando? —pregunté.

Me incliné hacia adelante para verlo mejor, quería escuchar lo que tenía por decir. Jack no dijo nada y giró a ver a Sophia, pero ella estaba más concentrada en comer que en tomarnos atención.

–Tranquilo... Es normal que sientas celos, todos lo hacen —reí y entrelace nuestros dedos.

Jack apretó más nuestro agarre y soltó una pequeña risita dejando ver sus perfectos dientes.

–No son celos —recalcó volviendo su mirada hacia mí— Solo no quiero que le hables tanto a ese tal Colin.

–Si tú no le hablas tanto a esa tal Verónica —enfatice su nombre—. No hay problema.

Sonó el timbre y Sophia se levantó primero.

–Nos vemos al rato par de tortolos.

Ambos soltamos una risa.

–Supongo que nos veremos después. Adiós —dijo Jack sonriente y se fue alejando.

Caminé hacia mi salón. Aún seguía nerviosa por lo que ocurriría después de clase pero traté de no pensar en eso. Me tocaba álgebra, esa clase no coincidía con nadie que conociera.

Estaba inquieta en mi asiento viendo el reloj del salón a cada rato, fue la primera vez en toda mi vida que no quise que la clase terminara, pero no podía detener el tiempo ni nada de eso. Y cuando el timbre de salida sonó los pelos se me pusieron de punta.

Mientras caminaba para salir de la escuela, en mi cabeza una vocecita me decía: 

Será rápido, no pasarán más de seis minutos ya lo verás.

Además esto es tu culpa en primer lugar, así que no te quejes de las consecuencias.

Si no hubieses perdido la carta esto no estaría pasando.

Lo ví un poco alejado de la escuela, me puse nerviosa pero traté de ocultarlo.

–¡Viniste! —dijo sarcástico.

–Quieres apresurarte —reclamé.

–Bueno, pero no te alteres  —alzó sus manos y amplio su sonrisa—. Pero la cosa es que tú tienes que dar el primer paso.

Le dediqué una fulminante mirada.

–En serio te odio —balbuceé.

Tomé un poco de aire y sin pensarlo más lo hice. Describir ese momento me es muy difícil, en realidad no era algo tan malo pero en definitiva no me sentía cómoda, el beso no duró más de seis segundos ya que lo corté.

–Okey ahora la carta —resoplé.

Glenn hizo un gesto como si quisiera decir "okey, espérate tantito". Buscó en el bolsillo de su jean y me lo entregó. Claro que antes de irme revisé si era la carta y no una hoja cualquiera, tenía las mismas manchas y esa era mi letra, así que sin ningún reclamo caminé.

–Ni siquiera un "gracias" —soltó Glenn antes de que me vaya.

Dí vuelta y le mostré el dedo de en medio para salir con un poco de dignidad o estilo de ahí.

Estaba caminado a casa, al menos ya tenía la carta y un mal sabor de boca porsupuesto. Ya no quise esperar más y me decidí por enviar un mensaje a Jack.

Quiero hablar contigo, ¿nos podemos ver en el parque en quince minutos?

Listo, solo faltaba que conteste. También le mandé uno a mamá diciendo que llegaría un poco tarde y que no me esperara para comer. Al poco rato me llegó una notificación, era un mensaje de Jack.

Ya voy saliendo de casa, estaré ahí en diez minutos.

Ya estaba cerca del parque así que no me apresuré. Estaba rodeando los columpios y ví a Jack sentado cerca de una árbol, estaba distraído con su móvil y no me vió, seguí caminado y me senté a su lado.

–Hola —le dediqué una sonrisa.

Jack giró a verme, tenía una expresión genuina de tristeza y confusión en el rostro. Mi sonrisa desapareció al instante por verlo así.

–¿Qué pasa? —pregunté confundida.

–Yo no tengo idea pero tal vez tú si  —me mostró la pantalla de su móvil. Era un video sin audio en el que se veía a mí besando a ¡Glenn!

Oh...Mierda.

 

You changed my life [Jack Dylan Grazer] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora