CAP 4: Buena suerte

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Las personas antisociales tenemos tendencia a estar solos todo el tiempo, pero cuando nos enamoramos, cuando nos sentimos amados, llevamos a nuetro mundo a girar sobre eso que nos hace sentir bien.

Nos fijamos en un solo ser, creemos que será eterno, y realmente debería ser así.

No estamos solos porque no querramos estar con las demás personas, nos gusta la soledad, respirar el aire de nuestra solitaria atmósfera, y eso se siente bien.

Suena bien ¿cierto?.

Pero, el problema recide cuando estamos en apuros, cuando nos vemos rodeados de peligro, no tenemos a nadie que nos ayude, y es porque nunca estamos dispuestos a dejar que los demás sepan de nosotros, y eso nos hace vulnerables.

***

Me sentí amarrada, atada en una trampa de la que no era capaz de salir, necesitaba ayuda, pero quién podría ayudarme, no tenía amigos en esta ciudad, estaba sola, sólo me quedaba el hermano de mi jefe bipolar.

No quería tener ninguna relación más que laboral con alguien de allí, pero, qué podría perder, estaba sola y él era la única persona en la que parecía que podía confiar.

Si Khalid me encontraba nuevamente estaría en graves problemas, quería desaparecer, o que al menos uno de los dos perdiera la memoria y fuera deportado a la Capital del Sur para siempre, pero no era un momento para fantasear.

Debía pensar en algo que me ayudara a salir de esa situación tan horrorosa, y aunque no estaba segura algo me decía que encontraría respuestas en GSI.

Conduci hacia la empresa despacio cuidando de que Khalid no estuviese cerca, pero mi suerte jamás fue peor.

Su auto estaba estacionado en la esquina, acechando para obligarme a volver a casa con él.

Rápidamente giré y me aseguré de que no me siguiera aparqué en la calle junto a la vereda y respiré profundo.

Entonces se me ocurrió algo que tal vez me ayudaría, busqué el contacto de Gohan y marqué, mordí mi labio inferior con la esperanza de que conteste y finalmente lo hizo.

-Rías lo lamento mucho pero ahora estoy en una reunión con unos clientes y no tengo mucho tiempo -respondió rápido.

Lo escuché ocupado, su negocio parecía importante, y no era un buen momento para hablar.

-Lo lamento en serio, sólo quería saber si almorzariamos juntos -mentí.

-Por supuesto será un placer -respondió alegre- te buscaré más tarde adiós.

Colgué la llamada y puse mi cabeza contra el volante, qué podía hacer, no quedaba nada, si no llegaba en dos minutos estaría despedida, y ese empleo era lo único que tenía.

Mi celular comenzó a sonar nuevamente, era el mismo número de antes, solo podía significar una cosa, mi jefe estaba histérico, abrí la llamada nerviosa y crucé los dedos para que no me grite.

-Srta. Gremory no sé porqué aún no se reporta pero tengo una reunión con unos clientes importantes en el restaurante Glax, así que la espero allí en diez minutos llegue tarde y estará despedida -colgó.

Me había quedado boquiabierta, Glax, no sabía dónde era el lugar, pero de algo estaba segura, ya amaba ese lugar.

Mi sonrisa había vuelto a aparecer, dejé el auto en un parqueadero privado que estaba unas calles más adelante y tomé un taxi, le pedí que me llevara al lugar lo más rápido posible y sentí como mi respiración volvía a la normalidad.

MAGNATE   Trabajando para el Sr. GokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora