[Mo Dao Zu Shi] WinterFest 2019 (ZhuiYi)

Sweet

JingYi estaba molesto, y Yuan no sabía qué hacer. Habían tenido una discusión muy tonta, una tan ridícula que prefería no memorar.

Pero al parecer, JingYi se había tomado en serio la discusión, y ahora yacía a su lado, en el tren camino a casa, en silencio. Pero no esos silencios que adoraba, era incómodo, y por las expresiones y el aura de JingYi, se notaba mucho que había diferencias.

-Bollito. -Llamó, pero JingYi no lo miró-, ¿Vamos a ir a mi casa?

-Le prometí a tío Wuxian quedarme a dormir, así que sí. -Dijo cortante, y luego viró el rostro para no mirarle.

Yuan sabía que era todo lo que obtendría de su mejor amigo. Cuando bajaron en la estación, ya había hablado con su papá, y le dio la brillante idea de declararse ese día.

Oh, sí, seguramente JingYi enfadado amaría rechazar a Wei Yuan. Era fantástico, una idea maravillosa ¡Eso díganselo a Suibian! ¡Él no se declararía en ese estado!

Subiendo a las escaleras, encontró un puesto de helados. JingYi se acercó, y sacó dinero. Parecía que quería comprar uno.

En realidad, el más bajo recibió su compra, y cuando iban a partir, JingYi lo miró con extrañeza.

-¿No pedirás el tuyo? -Y Yuan sonrió, sabiendo que era la tregua pacífica de JingYi el invitarle algo dulce.

Sin embargo, ¿qué podía hacer en ese momento? Ahora sus padres estaban fuera de casa porque su papá había dicho claramente que dejó todo preparado para él.

Oh, fantástico. Ahora quería correr por ahí.

-¿A-Yuan? -Consultó JingYi-, ¿Vamos a entrar?

Y casi olvida que el mismo JingYi tiene una copia de las llaves de su casa. ¿Era esa la forma en que sus padres aprobaban al muchacho? Parecía que lo estaban malacostumbrando, si se permitía ser sincero.

Suspiró mientras entraba. La casa no se veía inusual salvo porque en la mesa había mucha comida, y un par de películas que Yuan jamás había visto.

Diario de una pasión.

Y recuerda haber leído ese título en alguno de los fanfics que JingYi siempre se esmera en mostrarle. Sólo sabe que es ridículamente triste, y cursi, y ya no siente el valor para hacer todo lo que su padre le había sugerido.

Llenó algunos bowles de palomitas de maíz, dulces, y llevó algunos refrescos a su habitación, mientras JingYi exaltado admitía cuánto adoraba a su tío por haber comprado la película para esa noche de chicos.

Claramente el romántico empedernido de JingYi sabía de qué iba. Ambos tomaron asiento en la cama, una vez que el dvd estaba reproduciéndose, y se sirvieron de las galletas que habían allí. Uno de los tantos dulces que habían adquirido gracias a su padre.

Yuan inhaló profundo antes de recostarse en la cama, y a continuación, JingYi gateó hasta su dirección, y se recostó sobre su pecho.

Oh.

-Siempre quise ver esta película con A-Yuan de esta forma. -Susurró JingYi sinceramente, y tranquilo-, ¡Tengo que agradecerle a tío!

Yuan pensó que también debería. En el transcurso de la película, sólo pudo sentir que JingYi comenzaba a hipar, ¿Estaba también llorando?

Sí, era una película triste en su totalidad, pero el mayor no la encontraba tan... ¿Triste? ¡De hecho, era romántico!

-¡A-Yuan es muy frío! —Gritó JingYi, tomando algo de papel higiénico y limpiándose la nariz—, ¡Ellos la pasaron tan, tan mal! —Bramó, mientras seguía llorando a lágrima viva.

-¿Quieres galletas? —Preguntó, mientras acariciaba la espalda de JingYi buscando darle algo de consuelo.

-¿Me las darás tú? —Preguntó JingYi con su voz algo gangosa, debido a que había llorado como nunca.

-¿Claro? —Dijo más como pregunta que como afirmación. Extendió sus manos hacia una de las galletas de chocolate, que sabía que eran las favoritas de JingYi, mientras acariciaba al muchacho con la otra mano disponible.

La película estaba por terminar, y entonces JingYi la pausó.

-¿Sucede algo? —Consultó curioso, mientras JingYi miraba a ambos lados, y se acercaba a Yuan a gatas.

-¿Tiene que pasar algo? No quiero que veas el final. —Dijo, mientras Yuan sentía nervios sin saber por qué precisamente—, de hecho, todo este romance me hizo pensar que estoy bastante solo. —El más bajo suspiró, mientras su rostro se acercaba al de Yuan.

El mayor sólo inhaló profundo.

-¿Quieres que nos recostemos? —Indagó, mientras empujaba suavemente a su mejor amigo en dirección a la cama.

Yuan estaba perplejo. No comprendía nada. No obstante, JingYi parecía tan seguro, sus movimientos eran tan precisos, perfectos, preciosos.

Una vez que estuvieron ambos recostados, en ese cuarto oscuro y silencioso, JingYi comenzó a reír.

-¿Qué pasa? —Preguntaron al mismo tiempo, y Yuan sólo se frustró debido a que no podía elegir un momento más impreciso para abrir la boca.

-A mí nada. Estoy feliz. —Respondió JingYi—, lo siento por haber sido un idiota. —Lamentó, mientras bajaba su mirada. Yuan, sin embargo, no quería romper el contacto visual, por lo que sus dedos se dirigieron a la barbilla de JingYi y la alzaron.

-No hay problemas, A-Yi. No siempre podemos llevarnos bien. —Comentó en una amplia sonrisa que se le contagió a JingYi—, aunque... —Una idea descabellada se pasó por su cabeza—, toma. —Extendió las galletas y los ojos de JingYi brillaron—, todas para ti.

El menor disfrutaba de esas galletas. Parecía que su padre conocía muy bien los gustos de JingYi, y eso le daba alegría. Todo sería tan bello si sólo...

-A-Yuan, di 'ah'. —Mencionó JingYi, extendiendo una de las galletas que tenía. Cuando entró en la boca de Yuan, tuvo la tentación de hacer lo antes pensado.

Vio que quedaba una galleta. JingYi la estaba llevando a sus labios.

Se la arrebató y la puso en los propios.

-¡A-Yuan, esa es mi galleta! —Se quejó, y el mencionado negó con la cabeza y la galleta entre los labios.

-Ahora es mía. —Respondió—, si la quieres----

Pero no siguió hablando. No pudo. No cuando los labios de JingYi estaban sobre los propios con aquel gusto tan dulce.

Amaba los dulces.

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Hoy justo hice 1000 palabras alv ;; cada día menos palabras y más ideas. Mi antigua vida amorosa era genial, ah. Espero les haya gustado. ùwú