Ornament

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JingYi estaba prácticamente seguro que había puesto la estrella del árbol de navidad en esa caja. ¿¡Por qué no estaba!?

-¡Papá! –Gritó desde el ático, tomando la caja entre sus manos–, ¿Dónde está la estrella de navidad?

Escuchó un bufido antes de que la respuesta llegara.

-¡No lo sé! –Devolvió Jiang Cheng–, seguramente se la llevó Wei Ying. –JingYi sintió el enfado recorrer su cuerpo.

-¡Esa estrella navideña era mía! –Se quejó, mientras dejaba la caja en el suelo y comenzaba a bajar las escaleras, llegando a la sala de estar.

-A-Yi. –Su padre, en el sofá, leía el periódico con calma–, sabes que no debes molestar a tu papá, ¿No? –Y la sonrisa de su padre le causó algo de temor.

Totalmente fundado, por cierto.

-¡Se llevaron mi estrella! –Se quejó–, quería usarla para adornar el árbol de navidad... –Sus palabras fueron disminuyendo en el timbre de voz hasta prácticamente desaparecer.

-¿Por qué no le pides a Yuan que te haga otra estrella? –Eso sonrojó a JingYi.

Claro, ¿por qué no lo había pensado? ¡Por supuesto que sus padres sabrían que le gustaba Yuan! ¡Por supuesto que su padre XiChen se habría dado cuenta de que ponía esa estrella cada año desde que tenía diez, en la punta del árbol!

-Porque no es sólo el hecho de que Yuan la hiciera, padre. –Dijo, con los dientes algo apretados, como si estuviera avergonzado de decir todo aquello en voz alta–, es algo que hizo cuando era pequeño, ¡Por supuesto que es valiosa!

-Y por supuesto que el papá de Yuan querría la estrella, ¿No? –Su papá salió de la cocina, con cucharón en mano, y JingYi escondió por reflejo sus manos en su espalda.

Llevaba años recibiendo golpes en sus manos por inquieto, a pesar de que su papá ni siquiera golpeaba realmente fuerte.

Vio a su papá cruzar sus brazos y fruncir el ceño. Genial, ahora estaba más enfadado que el malhumor por defecto.

-¡Aún así! Yuan nos hizo una a cada uno. Y esa era especial... –JingYi se sentía sin apoyo en ese momento. A pesar de que sus padres sabían sus sentimientos, a pesar de que sabían que era importante, ¿por qué...?

El teléfono celular sonó al ritmo de una canción de música clásica. La favorita de Yuan, para precisar. JingYi sonrió mientras sentía cómo la tristeza y la frustración se alejaban de su pecho.

-¡A-Yuan! –Contestó alegremente el teléfono celular, escuchando los lloriqueos del Papá de su mejor amigo al otro lado.

-A-Yi. –Mencionó, mientras varias cosas sucedían al interior del estómago de JingYi, como las mariposas que danzaban en medio de una fiesta–, mi papá y tu papá se pusieron de acuerdo para tener la estrella año por medio. Te llamo para devolverla. –Escuchó desde el tono de voz cansino de Yuan.

-¡Esa estrella es mía por derecho! –Gritó el papá de Yuan tras el teléfono, sacando otro suspiro del muchacho más alto.

-¡Papá, ya hablamos de esto! –Dijo de vuelta, alzando su voz–, que olvidaras dónde dejaste tu estrella no obliga a A-Yi a renunciar a la suya. –Y estaba seguro de que su tío Ying estaba haciendo un mohín de disgusto ante el regaño de su hijo.

El hijo era más maduro que el papá, muy por el contrario de la familia de JingYi.

-A-Yi, ¿quieres venir a cenar como compensación? –Preguntó Yuan algo dubitativo, mientras JingYi sólo pensaba una cosa:

"JingYi.exe ha dejado de funcionar".

-¿A-Yi? –La voz de Yuan se escuchaba preocupada.

-¿¡Quieres venir a quedarte para siempre, A-Yi!? –Gritó con sorna su tío, tiñiendo el rostro del muchacho de un rosa pálido, sacando sonrisas en su padre.

-¿El tío Zhan estará en casa hoy? –Cuestionó con algo de nervios.

Escuchó una leve interferencia telefónica, y la voz de Yuan quejándose notoriamente a lo lejos.

-¿¡Al fin hablarás con nosotros y le pedirás noviazgo a mi hijo!? ¡Lan Zhan está de acuerdo! –Bramó Wei Ying, alterando los nervios de JingYi y sonrojándolo más, como si eso fuera posible.

-¡Papá! –Gritó Yuan, notoriamente nervioso–, ¡No des esas ideas, dame el teléfono! –Y se escuchó el breve forcejeo antes de que la llamada se cortara.

JingYi no lo pensó demasiado. Guardó su teléfono, y fue en dirección al baño. Abrió la llave del lavamanos, dejando correr el agua, empapándose el rostro y de paso, acomodando su cabello.

Salió rápidamente, viendo a su padre sonreír.

-Te ves genial, A-Yi. Ahora, ve por A-Yuan. –Le dijo, mientras volvía su vista al periódico.

-¡No vuelvo luego! –Agregó, mientras velozmente salía por la puerta.

Sí, iba por la estrella navideña. Definitivamente por nada más.

O eso se decía a sí mismo mientras sus manos no dejaban de temblar.

[Mo Dao Zu Shi] WinterFest 2019 (ZhuiYi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora