Capítulo 26

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Un sentimiento raro y oscuro está recorriendo mi cuerpo en estos momentos. Estoy enojada… celosa… me da vergüenza admitirlo, pero son celos los que siento…
Celos de Brenda ¿Por qué demonios ella tuvo que llegar primero a su vida?
Sé muy bien lo especial que es ella para Jazmín, lo sabía ya de antes. Pero luego de lo que sucedió entre nosotras… no sé… se siente raro ser consciente de esa dependencia que tiene la colorada por aquella chica…
¿Fueron novias?  Jaz me dijo que algo había entre ellas pero no le puso nombre… sin duda se besaron… ¿Brenda habrá sido su primer beso? Dios, ¿Por qué me duele el corazón de solo pensar en eso?
No podía borrar la imagen de aquellos nombres en la ruina… ¿se amaban?
No quiero saber, creo que la respuesta me dolería demasiado…
Sin poder aguantar más salí de la reserva lo más rápido que pude y volví al bosque. Sentí a Jaz detrás de mí, seguramente confundida. Sé que debo decirle algo, pero no puedo… no sin mostrar lo que siento…
Me siento una imbécil… ¿Cómo pude pensar que ella me amaba? No puede amarme si su corazón está siendo ocupado por otra persona ¿No?
Ella ama a Brenda… no quiere admitirlo pero lo hace… hasta un ciego puede darse cuenta de lo que siente por esa chica…
¿Y yo? ¿Qué soy? ¿Su paño de lágrimas? No quiero…
Finalmente la camioneta apareció ante nuestros ojos y entré lo más rápido que pude… Jaz me siguió subiéndose el asiento del piloto… solo me miraba confundida… por favor, no preguntes…
Tal y como si leyera mis pensamientos asintió y se limitó a arrancar el vehículo… necesitaba estar lejos de ella… al menos por esta noche…
El camino se hizo tenso… creo que ella aceleró más de lo normal, pues en menos de quince minutos ya nos encontrábamos en la puerta de mi casa… debe notar mi enfado…
En el momento en el que el motor dejó de sonar indicando que se había detenido, quise salir de ahí, pero su mano me lo impidió…
-Flor…- no, no hables ahora…
Cerré los ojos tratando de mantener las fuerzas… la miré a los ojos y supe que había cometido un error… aquellas esmeraldas estaban húmedas… ¿iba a llorar? No, por favor, no lo hagas…
-Todo está bien, Jaz… solo necesito… necesito un tiempo ¿Sí?- ella solo me miraba –Dame hasta mañana… es lo único que te pido- un suspiro lleno de dolor salió de sus labios, pero finalmente asintió mientras me soltaba la mano…
Una parte de mí quería salir huyendo, mientras que otra solo quería abrazarla y no soltarla jamás… supongo que la parte que quería quedarse fue la que actuó en el momento en el que decidí inclinarme hacia ella para dejar un beso en su mejilla… solo que no me esperaba su siguiente acción…
Jaz no sé si por accidente, aunque lo dudo, rodó su rostro, haciendo que el destino de mis labios cambiara en menos de un segundo, y en vez de chocar contra su mejilla lo hicieran contra sus homólogos…
Fue apenas un roce… pero un roce que me dejó sin voluntad en menos de un segundo…
Solo me miró… sé que espera que no me vaya… pero ahora mismo no puedo quedarme…
-Lo siento- murmuro para luego darme la vuelta e irme de una vez.
Camino por el camino que lleva hasta mi casa y siento su mirada aún en mí… no se va… de hecho, no lo hace hasta que me ve desaparecer tras la puerta de mi casa.
Está de más decir que esa noche lloré como una condenada… sé que Jaz me quiere, pero aún así no puedo evitar sentirme como un segundo plato…
Pero mis lágrimas aumentaron y se llenaron de culpa al recibir aquel mensaje a media noche…

Jaz: Flor, eres especial para mí. No lo dudes…

Jaz: No quiero perderte.

Palabras (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora