Capítulo 36

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Salí del instituto llena de confusión. Mi mente parecía una lavadora dando vueltas en medio del ciclo de lavado… trataba de averiguar y asimilar toda la información que había recibido como si fuera un problema matemático… todo era demasiado para mí.
Gracias a todos los dioses por no poner en mi camino al salir a Daniel ni a ninguno de sus imbéciles. No sé ni siquiera donde estaban. La escuela parecía desierta.
Sin embargo, en la entrada principal, recostada a una de las grandes columnas se encontraba la persona a la que más necesitaba en estos momentos.
Jaz irguió su cuerpo al verme aparecer por los pasillos, y me miró con una sonrisa llena de preocupación, sé que sabe que estoy débil en estos momentos… y me quiere cuidar…
Dio unos pasos hacia mí, hasta envolverme en sus brazos… Dios, como necesitaba de ese abrazo.
Me aferré más a ella tratando de olvidar todo lo que me habían dicho en esa habitación. Jazmín no era culpable, ella era totalmente inocente, mi corazón me lo decía…
-¿Estás bien?- preguntó sujetando mis mejillas y mirándome a los ojos
Asentí lentamente no muy segura de mi respuesta. No estaba bien… para nada… me encontraba fatal
-¿Qué pasó ahí?-
-Nada. Solo dije que eran mentiras mías… pero que Daniel sí que molestaba a Carla- mentí y me sentí fatal por ello. Pero había hecho una promesa. Si abría la boca podía joder lo que sea que tenía armado Manuel para atrapar a Cacavela.
Ella asintió entendiendo mis palabras y tras esa acción acarició mi mejilla
-Damián mandó un mensaje- me informó –Dice que Carla ya salió de peligro-
No puedo describirles el alivio que sentí al oír esas palabras… no podía perder a mi amiga… no así..
-Gracias a Dios- suspiré apartando mi flequillo
-Si quieres te llevo al… hospital- asentí sin dudarlo al oír su propuesta. Necesitaba ver a Carla con urgencia…

La nube oscura que hacia unas horas rodeaba la universidad, ahora estaba tragándose aquel hospital… tristeza… dolor… desesperación… culpa… eso era lo que reinaba en los pasillos de aquel lugar.
Los pasillos delante de la habitación de Carla estaba repleto de estudiante, gente que ni siquiera me sonaban conocidas estaban presentes con flores y obsequios para ella… supongo que la culpa mueve montañas ¿No?
Lucía también estaba ahí… y por muy extraño que me pareciese su mirada me indicaba que le dolía lo sucedido…
Jaz sujetó mi mano para caminar hacia la puerta de la habitación, donde se encontraban los padres de Carla y mis amigos.
Elisa lloraba sin parar, mientras el padre de Carla la consolaba. Supongo que ya sabían todo.
Damián era otro que realmente se veía afectado. Tenía su cabeza recostada a la pared y por su mirada se notaba que estaba en otro mundo.
Lolita fue la primera en divisarme, y caminó hacia nosotras aliviada
-Dios, Flor. Qué triste- abrazándome. Correspondí al abrazo con fuerza –Sus padres están destrozados-
-¿Ya saben…?- y ella asintió
-Flor, hija- la voz de Elisa sonó entre nosotras
-Elisa- me acerqué a ella a punto de llorar. No quería ni imaginar el dolor que estaba sintiendo
-Ah, hija- me abrazó con fuerza –Casi la pierdo. Casi pierdo a mi niña-
-No la vas a perder- aseguré
-¿Eres la hija de Mario? ¿Verdad?- quiso saber el pastor y asentí –¿Y vos la de Andrea?- esta vez fue con Jaz quien estaba a mi lado. Jaz asintió nerviosa –Ustedes eran sus amigas… ¿Saben quien fue… quien fue el maldito que grabó ese…?- no podía ni decirlo
-No lo sabemos aún, señor- dije seria –Pero puedo asegurarles que Carla fue utilizada. Ella en su sano juicio no haría eso-
-Lo sé… confío en mi hija- dijo el hombre dándome un poco de alivio. Al menos Carla no tenía que lidiar con el rechazo de sus padres como ella pensaba.
-Pueden… pueden pasar a verla si quieren- dijo Elisa mirando al grupo de amigos que nos encontrábamos alrededor.
Me sorprendí al ver a Vir al otro lado de la puerta ¿ella era amiga de Carla? ¿O también estaba acá por la culpa?
Tan pronto como la propuesta de Elisa llegó a nuestros oídos entramos a aquella habitación…
Dios, se me desgarró el alma al ver a mi amiga así. Su piel que de por sí ya era blanca ahora lo estaba aún más, sus labios estaba resecos y bajo sus ojos unas bolsas moradas reinaban como símbolo de su dolor.
Lolita y Damián se acercaron y con cuidado dejaron un beso en su mejilla… ambos estaban destrozados…
-Los que te hicieron esto van a pagar- aseguró Dami
-Lo prometo- dijo Lolita
Yo solo la observaba desde la punta de la cama, no quería creer que fuera real… me dolía verla así…
La mano de Jaz sobre mi hombro era lo único que impedía que me quebrara. La miré y pude ver que a pesar de no tratar directamente con Carla, estaba al igual de afectada que yo.
Miré tras mi hombro, entonces vi a Vir… sus ojos estaban llenos de lágrimas y su piel cada vez se hacía más pálida… pareciera como si en cualquier momento se fuera a desmayar… ¿Qué le pasaba?
-Esto no puede continuar…- murmuró secando sus lágrimas –Voy a terminar todo antes de que sea demasiado tarde- dijo y sin más salió de ahí
La vi confundida ¿A qué se refería? ¿A dónde iba? ¿Acaso sabía algo?
Quise seguirla pero no pude, un pedazo de mi corazón me obligaba a continuar en esa habitación, a estar cerca de ella… de mi amiga…

Palabras (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora