No fue hasta que decidió levantarse para ir por algo de comer en la cocina, que se sintió mareado. Estuvo a punto de perder el equilibrio, pero apoyó su mano en el hombro de YeonJun, quien estaba a su alcance.
El peliazul lo miró divertido, sus ojos apenas se veían cuando sonreía, notó SooBin y le pareció de alguna forma tierno aquel gesto. Cuando logró mantenerse en pies caminó lentamente hacia la cocina, se sentía un poco adormecido, no había tenido planeado beber demasiado, pero los nervios lo habían llevado a aceptar cada vaso que le servía el mayor.
Revisó el refrigerador y no encontró nada que pudiera picar, luego revisó los muebles y dio con una bolsa de patatas fritas. Las abrió mientras volvía a la sala y se sorprendió al ver que en el sofá ya no estaba YeonJun. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando el viento entró entre las cortinas del ventanal que daba hacia la terraza, no recordaba haberla abierto.
Se acercó con curiosidad y se detuvo al ver que el peliazul estaba ahí, apoyando sus manos en la barandilla de la terraza mientras tenía su cabeza hacia atrás, parecía que disfrutaba de la suave brisa que había.
Decidió unirse para disfrutar de la cálida noche y se apoyó con la cadera en la barandilla mientras comía y observaba en silencio al otro chico. Se preguntaba cuándo iban a hablar, él no quería comenzar, pero YeonJun se estaba demorando demasiado.
-¿De qué querías hablar?
-¿Mmh? -Bajó la cabeza y miró a SooBin que le había hablado. Se había concentrado tanto en mirar al cielo y el viento era tan cálido que no se había percatado de la presencia del pelinegro hasta que habló.
-Hay que eliminar algunas reglas del contrato.
-¿Por qué? -Vio como el rostro del azabache se volvía más serio y se movió para copiar la posición en que estaba el otro, quedando de frente.
-Dijiste que si tenía algún problema con alguna regla podíamos hablarlo y eliminar alguna o modificarla. Bueno, quiero quitar una o hacer el intento.
-¿De cuál de todas las reglas estás hablando?
-La regla número dos.
SooBin dejó la patata frita a centímetros de sus labios cuando escuchó la respuesta, recordaba a la perfección esa regla, era una de las más importantes y que cuidaba que más se respetara.
Cuando volvió a la realidad, luego de estar en su mente debatiendo si era posible lo que YeonJun estaba pidiendo, se dio cuenta cómo el otro se acercaba a él, hasta tenerlo acorralado entre su cuerpo y la barandilla. Aunque había espacio entre sus cuerpos, sintió como invadía su espacio personal, ya que estaba completamente consciente luego de haber comido algo. El alcohol parecía haber desaparecido de golpe de su cuerpo.
-¿Q-qué haces?
-Podría quedarme así por mucho tiempo, no estoy rompiendo ninguna regla si no te estoy tocando. -Dijo YeonJun sabiendo lo que hacía mientras daba un pequeño paso hacia delante.
Como única reacción, el pelinegro pegó su espalda a la barandilla y apretó la bolsa de patatas fritas que estaba entre sus cuerpos. Parecía ser la única cosa que impedía que se tocaran. SooBin se preguntaba qué intentaba hacer el peliazul, ¿buscaba intimidarlo? Lo estaba consiguiendo porque estaba jugando sucio.
-Estás invadiendo mi espacio personal..- Se calló de golpe cuando el mayor se acercó todo lo que pudo a su cuerpo, pero sin llegar a tocarse, habían quedado sus rostros a centímetros y rápidamente hizo su cabeza hacia atrás curvando su espalda para tener algo de espacio.
-¿Sabes que es más tentador que te prohíban hacer algo? -Murmuró el peliazul moviendo su mano de la barandilla a la espalda del chico que intentaba alejarse y lo empujó suavemente hacia su cuerpo provocando que sus rostros nuevamente quedarán a solo centímetros.
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Primer Sentido: El Tacto | YeonBin.
FanfictionSooBin es un chico lleno de miedos e inseguridades y todo esto le ha llevado a tener una vida aislada de la gente. A sus diecinueve años nunca imaginó que un desconocido despertara en él el deseo de buscar ayuda y volver a tener una vida normal. →...