22.

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-¿Cuál crees que es el mejor signo de que estás mejorando? -Preguntó SeulMin desde su escritorio, mirando con atención al pelinegro que estaba recostado en el sofá, mirando hacia el techo como si realmente estuviera pensándolo.

-Puedo estar en lugares con mucha gente, he notado que ya no me hace sentir claustrofóbico o como si estuviera a punto de desmayarme, aunque claro, tampoco es que me agrade que extraños me toquen...

-Por supuesto, eso no es algo extraño. Todos necesitamos nuestro espacio y que desconocidos invadan ese espacio personal sin tu consentimiento es incómodo, para todos. Pero... ¿Hay algo más?

-¿Algo más? -Murmuró SooBin mirando a SeulMin por unos segundos, intentando pensar en algo, algo diferente quizás. La mirada de la psicóloga sobre él le hacía pensar que se estaba olvidando de algo, realmente muchas cosas habían pasado desde que comenzó con la terapia, ya habían pasado casi cuatro meses e increíblemente habían avanzado demasiado rápido.

Sus ojos se abrieron al darse cuenta de qué era lo que SeulMin esperaba como respuesta y es que ese hecho era lo que más le sorprendía, lo que lo había llevado a estar tomando esa terapia, que si no fuera por ese chico hubiera sido horrible por todo lo que pasó.

Sus mejillas se calentaron con solo pensar en YeonJun y sonrió ampliamente volviendo a mirar al techo.

-YeonJun... ¿Te refieres a él?

-Por supuesto que me refiero a YeonJun. - Dijo con un leve tono de gracia SeulMin, encantada de ver ese lado de SooBin. Su paciente había tenido una evolución increíble, el chico solo había necesitado un empujón, alguien en quien apoyarse, alguien que lo ayudara a tomar riesgos y SeulMin lo supo apenas lo conoció.

-Él... con él realmente hemos estado más cerca. Me ha ayudado bastante, creo que ni siquiera me había dado cuenta, hasta ahora, que he hecho un montón de cosas que jamás había pensado hacer desde que estoy con YeonJun. -Dijo el pelinegro soltando una suave risa. SeulMin notó la diferencia del chico que había llegado por primera vez a la clínica con el chico de ahora. Aún habían cosas con las que trabajar, pero todo iría bien mientras siguieran así, mientras SooBin siguiera con la persona que lo hace sentir seguro, que lo llevaba a experimentar cosas que jamás llegaría a hacer sólo.

Todo dependía de SooBin.

...

SooBin volvió al departamento después de la sesión con SeulMin, había sido agradable contarle sobre su relación con YeonJun. Mientras lo hacía se había dado cuenta de lo importante que había sido el peliazul en su terapia. A veces seguía sorprendiéndose por lo rápido que había pasado todo, pero es que YeonJun lo había hecho todo mucho más fácil.

Con esa idea en la cabeza se dirigió hasta la sala y se dejó caer sobre el sofá, estaría todo el día sólo ya que no tenía clases y a YeonJun le había tocado trabajar. No había tenido tiempo a solas ni tiempo libre desde hace unas semanas y ahora realmente no sabía qué hacer.

Miró a su alrededor, la sala estaba limpia y es que con la ayuda de YeonJun ya ni siquiera tenía la necesidad de estar limpiando constantemente. Miró el reloj y gimió al notar que aún faltaban 9 horas para que YeonJun saliera de su turno.

Desde que habían comenzado a salir SooBin se había hecho la costumbre de invadir la habitación del menor y rebuscar entre sus libros algo para leer, aunque jamás había entrado cuando no estaba YeonJun y en ese momento estaba siendo una gran tentación.

Se dirigió en silencio, aunque nadie pudiera verlo ni oírlo y cuando estuvo dentro se sentó en la cama y observó alrededor.

Había ese particular aroma de YeonJun por toda la habitación, su perfume era fresco y a SooBin le traía una sensación agradable cada vez que podía sentir ese aroma en el cuello del mayor.

Primer Sentido: El Tacto | YeonBin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora