O8.

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Los tres días que la mamá de SooBin pasó en casa pasaron demasiado rápidos para él, casi no había pasado tiempo con ella ya que había estado haciendo sus trámites y él en la universidad y estudiando para los exámenes finales que se venían antes de las vacaciones lo estaban consumiendo.

Fue a dejar a su madre al terminal de buses en la mañana del día martes, había amanecido con un terrible dolor de cabeza por el frío, pero intentó disimularlo para no preocupar a su madre. Después de convencerla de que no podría ver a YeonJun para despedirse porque estaba trabajando, por fin había tomado el bus. Le había caído tan bien el chico que incluso lo había tratado como su otro hijo, ni siquiera con BeomGyu fue así cuando lo conoció pensó SooBin cuando el día domingo, mientras cenaban, su madre atendía a YeonJun con tanto cariño que incluso por un momento sintió celos.

Cuando volvió a casa recibió un mensaje de su profesor avisando que no tendría clases y que sólo tendrían que ir a dar el examen para cerrar el semestre la semana siguiente, así que sin nada que hacer comenzó a limpiar la casa ya que se había contenido de limpiar mucho los días que estuvo su madre para que no se preocupara por él.

YeonJun estaba volviendo a casa luego del trabajo, era su último día y por fin le habían dado vacaciones, así que tenía pensado celebrarlo de alguna forma. Llegó a casa con unas cervezas y se encontró con el pelinegro en la sala mientras veía televisión, sin mas el peliazul tomó asiento junto a él y sacó una cerveza para ofrecérsela.

-No, gracias. Beber contigo es más peligroso que beber con un desconocido.

El peliazul se llevó una mano al pecho simulando que le había dolido lo que le había dicho, mientras el menor solo rodaba los ojos y volvía a concentrarse en la televisión. En ese momento YeonJun sintió que debían hablar, era ahora o nunca. El pelinegro no tenía excusas para escapar.

-¿Por qué dejaste que te besara?

Por qué la gente tiene que ser tan directa, pensó SooBin tomando una respiración antes de responder rápidamente para terminar con el tema de una vez.

-Porque quería hacerlo. -Cuando SooBin se dio cuenta de lo que había dicho se arrepintió. ¿Su cabeza estaba bien? se preguntó mientras disimuladamente se tocaba la frente, sentía que tenía un poco de fiebre, quizás era eso.

-¿Querías hacerlo? ¿Por qué? -Preguntó YeonJun mientras ocultaba la sonrisa detrás de la lata de cerveza luego de haber bebido un trago. Vio como las mejillas del pelinegro se volvían poco a poco color rojizo y quiso besarlo, realmente en ese momento quería besarlo y probarle al pelirrojo que si alguien más lo tocaba no iba a ser el fin del mundo.

-YeonJun. ¿De verdad tenemos que hablar de esto? Solo fue algo que pasó y fue un error. No va a volver a pasar porque... -Decía el menor mientras se ponía de pies para irse de la sala, pero al pasar junto a YeonJun este lo agarró del brazo, y se puso de pies para tomarlo de la nuca y estampar sus labios contra los del pelinegro. Fue un beso algo torpe ya que era forzado. Las manos del peliazul sostuvieron su rostro para que no escapara y aunque intentó quitárselo de encima por unos segundos poco después se fue dejando llevar por los cálidos labios del mayor.

Era tan calmada y suave la forma en como YeonJun estaba besándolo que inevitablemente le correspondió, abriendo un poco más sus labios para capturar los del otro. Cuando el pelinegro estaba deseando intensificar un poco más las cosas el peliazul se detuvo y se separó por apenas unos centímetros de sus labios mientras los observaba, deseando continuar.

-¿Es tan malo?

-¿Por qué me haces esto? -Susurró en respuesta SooBin, sintiendo que su cuerpo temblaba cuando sintió el roce de los húmedos labios de YeonJun sobre los suyos, cerrando los ojos porque estaba odiando la forma en que el peliazul lo estaba mirando, le hacía sentir cosas que para él eran prohibidas, su cuerpo no debería estar aceptando todo lo que estaba sucediendo y aunque no sentía ningún síntoma aún, sabía que si lo dejaba continuar se iba a sentir mal después.

-Porque quiero que te des cuenta que esto no es malo para ti, que puedes ser tocado y tú puedes tocar a quien quieras sin sentirte mal. -Susurró YeonJun mientras bajaba hacia el cuello del pelinegro, dejando pequeños besos en un costado, logrando sentir con sus labios el acelerado pulso del mayor. Se estaba volviendo loco por tocar a SooBin como realmente quería, pero se contuvo, tenía miedo de que en algún momento sufriera alguna crisis y reaccionara mal. Por eso se tomaba su tiempo y respondía a las pequeñas señales de él, como cuando SooBin ladeó su cabeza dejando su cuello más expuesto.

-¿De verdad puedo? -Susurró SooBin sintiéndose confundido porque era primera vez después de hace mucho tiempo que deseaba tocar a alguien.

-¿Qué cosa? -Dijo YeonJun levantando su cabeza.

-Tocarte.

YeonJun en respuesta tomó una de las manos del pelinegro y la llevó hasta su mejilla, sintiendo por segunda vez lo helada que era su piel. Dejó que él continuará tocándolo por sí mismo, mientras lo observaba en silencio, viendo como bajaba la mirada junto con su mano por sobre su piel. La mano de SooBin bajó hacia su cuello y luego por su pecho por sobre la camisa, haciéndole tragar saliva cuando su mano terminó por llegar al borde de su pantalón donde se detuvo.

-Esto.. Es demasiado para mi. -Dijo de pronto SooBin, asustado por como las cosas se estaban saliendo de control, hace muchísimo que no tenía este tipo de contacto con alguien y lo estaba asustando. Se alejó del peliazul y salió de la sala para dirigirse a su habitación y encerrarse. No pensaba salir hasta aclarar su mente de todo lo que estaba experimentando.

Mientras, YeonJun se dejaba caer al sofá y buscaba calmar todos sus sentidos. Sentía en su piel como si hubiera dejado marcado un camino desde su mejilla hasta su abdomen en donde se detuvo con sus delgados y fríos dedos. Cuando cerró los ojos, su mente comenzó a ser bombardeada con todo lo que había pasado hace un momento, por la suave piel de SooBin, el aroma del jabón y el perfume que ocupaba éste y además de su sabor, pero lo que más recordaba y parecía que aún podía sentir eran los labios del pelinegro sobre los suyos.

Parecía ser que el que estaba experimentando más cosas nuevas era YeonJun y no SooBin.





















Primer Sentido: El Tacto | YeonBin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora