1O.

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YeonJun se levantó temprano aunque no tenía mucho que hacer. Las clases ya habían acabado para él y tenía vacaciones del trabajo, así que aún algo adormilado se fue a la cocina para prepararse algo de café. Sintió el frío colándose de algún lugar y se preguntó si la calefacción estaría funcionando, pero al revisar todo estaba bien.

Caminó con la taza de café hacia la sala y se dio cuenta de que de allí se colaba el viento frío. El ventanal de la terraza estaba abierto y detrás de la cortina que se mecía suavemente, se podía ver a un joven pelinegro acurrucado en una esquina de la terraza con el cesto de basura junto a él.

Preocupado, salió sin importarle ir con tan solo un pantalón y sin camisa. Dejó la taza de café sobre una pequeña mesa que había en la terraza y se puso de cuclillas para despertar a SooBin, dando pequeños toques a su brazo mientras susurraba su nombre.

El pelinegro se quejó dormido y se movió solo para continuar durmiendo, cubriendo su rostro de la luz del día.

-SooBin, tienes que despertar.-Murmuró el peliazul volviendo a mover el cuerpo del chico y ésta vez, obtuvo mejores resultados. SooBin se despertó y lo miró algo confundido, lo ayudó a sentarse poco a poco y esperó un momento antes tomar su taza de café de la mesa para ofrecérsela al azabache.

-¿Qué hora es?

-Son las 8 de la mañana, ¿desde qué hora estás aquí? - Preguntó YeonJun sentándose en el suelo junto a SooBin. Lo observó mientras este bebía de su taza de café. Notaba cómo temblaba y era obvio que había estado un par de horas allí.

-No recuerdo la hora. - Susurró sin quitar la vista del cesto de basura en donde había quemado las hojas.

Se terminó por levantar ya que su cuerpo se estaba congelando, y se detuvo frente a YeonJun que lo seguía con la mirada aún sentado en el suelo.

-Voy a entrar, gracias por el café.

El peliazul asintió como respuesta y lo vio entrar al departamento.

Su cuerpo se sentía dolorido luego de haberse quedado durmiendo en la terraza, no se había dado cuenta cuándo había cerrado los ojos, pero recordaba lo que había estado haciendo antes de caer rendido al sueño.

Se metió a su habitación y comenzó a revisar su agenda en donde había anotado el contacto de la psicóloga. Hoy mismo si era posible la contactaría para comenzar con el tratamiento.

YeonJun esperó toda la mañana para ver al pelinegro, quería hablar con él porque tenía un presentimiento. Sentía que algo le estaba pasando y si podía ayudarlo, lo intentaría.

Había revisado el cesto de basura en donde se podían ver restos de cenizas y algunas hojas que no habían sido consumidas por completo. Cuando leyó en una que aparecía una de las reglas se extrañó, ¿por qué SooBin quemaría sus propias reglas? se preguntó y estuvo pensando en ello en la terraza hasta que sintió que la puerta principal se cerraba y de un salto se levantó.

Fue a ver en la cocina si estaba el pelinegro, pero ni allí ni en su habitación que estaba cerrada con llave se escuchaba algún ruido.

Poco después se acomodó en el sofá de la sala para ver algo de televisión y distraerse.

Pero estando solo y sin nada que hacer a su mente venían esos pensamientos de incertidumbre en cuando a su relación con el pelinegro. No estaba la suerte de su parte, no estaba consiguiendo avanzar con SooBin. Es más, sentía que retrocedía.

Había estado leyendo algunos libros de psicología en donde encontró varios trastornos mentales que coincidían con el comportamiento de su compañero, pero no podía definir cuál era en concreto. Por una parte, él no era un especialista aún, a pesar de tener una idea de lo que podría tener SooBin. Y por otro lado, sentía que en el fondo, SooBin tenía algo oculto.

Primer Sentido: El Tacto | YeonBin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora