Esta vez, los Valar sí intervinieron. Fëanáro fue convocado a su presencia, así como numerosos testigos que contaron los rumores que corrían entre una y otra facción. Las indagaciones arrojaron que las palabras que muchos repetían como propias provenían de Melkor. Manwë y Aulë decretaron que Melkor fuera encontrado y llevado al Anillo del Juicio para ser juzgado por este nuevo delito; pero por más que Tulkas buscó, no pudo encontrar al Vala y algunos afirmaron que una sombra había pasado sobre la ciudad de los Teleri, alejándose de Aman. Fue entonces cuando Mandos intervino, declarando que así como los rumores fueran expandidos por Melkor, con toda certeza Fëanáro había sido quien desenvainara un arma y amenazara la vida de su propio hermano, y tal crimen no podía quedar sin castigo. Por supuesto que mi abuelo intentó que la justicia fuera dejada en sus manos; pero una vez más el señor de Mandos alegó que el Noldóran podría no ser considerado imparcial en esta ocasión.
— Tú hablas de esclavitud. Si esclavitud es en verdad, no puedes escaparte; porque Manwë es Rey de Arda y no sólo de Aman. Y esa acción fue contra la ley, fuera en Aman o no. Por tanto, este juicio se dicta ahora: por doce años abandonarás Tirion, donde se habló de esta amenaza. En ese tiempo reflexiona y recuerda quién y qué eres. Pero al cabo de ese tiempo, este asunto quedará saldado y enderezado, si hay gente que esté dispuesta a liberarte.*
Esas fueron las palabras que Námo dirigió a mi tío. Y por supuesto que mi padre anunció que él liberaría a su hermano. Durante muchos años me pregunté si lo hizo porque esperaba rescatar algo del precario entendimiento que una vez tuvieran... o si solo fue una jugada astuta, una de las tantas que sabía hacer en el campo político. Sin duda, la actitud le valió la aceptación de los Valar; pero de su medio hermano no obtuvo más que una fría mirada – lo cual era interesante tratándose de mi tío, el que llamaban "Espíritu de Fuego"...
De inmediato, mi abuelo anunció que se marchaba con su hijo mayor, a sufrir el exilio en su compañía. A mi abuela eso no le hizo ninguna gracia.
Llegué al palacio con mi padre, quien acudiera en cuanto la decisión del rey fue anunciada. Desde fuera del estudio, escuchamos claramente la voz de Finwë.
- No puedes entender, Indis; es mi hijo quien ha sido injustamente desterrado.
- Es tu hijo cuya vida fue amenazada, Finwë -, replicó ella, con dureza -. Pero tienes razón: no puedo entender... No puedo entender cómo fui tan ciega como para amarte una vez.
Enseguida, percibí sus pasos acercándose y retrocedí, chocando con el pecho de mi padre. Alcé la cabeza para ver su expresión dolida; pero al instante, sus austeras facciones no expresaban nada.
La puerta del estudio se abrió e Indis llenó el umbral con su maravillosa presencia. Sin hablar, se dirigió a nosotros y abrazó a su hijo como hubiera abrazado a su amante después de una larga separación.
- Toma esa corona -, musitó en el oído de mi padre -, y enséñales qué es ser un rey, Arakáno. Enséñale que tú eres la única joya por la que vale la pena luchar. – Lo besó en la frente, tomándolo por las mejillas para obligarlo a bajar la cabeza y se volvió en mi dirección, con una sonrisa maliciosa -. Acompáñame, Findekáno: debemos preparar los aposentos de tu padre y tus hermanos. El Rey Supremo debe vivir en el palacio.
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Hermosos Pecadores V. Atado
FanfictionDesde Valinor hasta la Nirnaeth Arnoediad. Hoy cuentan que allá en Valinor los había unido una profunda amistad; pero, de hecho, Findekáno quería estar lo más lejos posible de su primo. Si tan solo hubiese conseguido alejarse lo suficiente... Los...