Extra #1: Cosas de Omegas

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Fue más o menos a los 16 años cuando JungKook tuvo su primera cita. Han pasado muchos años desde ese día por lo que sus recuerdos eran difusos, más su corazón le confirmaba que fue exactamente como en la actualidad.

Verán, JungKook tenía una pequeña manía y era que, en los días que consideraba importantes, planeaba todo desde un inicio hasta un fin. Era meticuloso y se ponía ansioso con facilidad cuando sentía que algo no cuadraba. Le ocurrió cuando le pidió a HyeWoo una cita cuando se percató que le gustaba mucho, la ventaja era que la conocía desde la infancia, sabía que le gustaba y que no, por lo que fue muy sencillo para él organizar todo su plan y cumplir con su mayor objetivo de la noche: decirle a la hermosa chica cuanto le gustaba, sin embargo, ahora estaba muy grande, quizá demasiado como para considerar algunas cosas como una salida al cine o ir a un parque de diversiones... eso eran cosas de jóvenes. Él hasta tenía un hijo pre-adolescente, un nuevo negocio que marchaba bien y un matrimonio terminado. ¿Qué podía ofrecer?

—¿Alguna duda, señores Jeon?

—No, su señoría —HyeWoo dijo cuando su ahora, oficialmente ex esposo, no respondió— Muchas gracias.

El juez miró con detenimiento al Alfa quien jugaba con sus dedos, suspiró y golpeó el atril.

—Se levanta la sesión.

¿Dónde llevaré a JiMin? ¿Qué le puede gustar?

—¿JungKook? —la Omega se acercó y le acarició suavemente el hombro— Ya podemos irnos.

—¿Eh? ¡Ah! Sí, sí. —parpadeó varias veces y se levantó de la silla— Lo siento, estaba... pensando.

Ella sonrió más no dijo nada más. En realidad, no había mucho que decir, la cita con el juez fue simplemente para detallar ante la ley la custodia de Hyungshik que sería compartida, sin embargo, aún no se decidía la petición de la nana en su testamento.

—Tengo mucha hambre —el jovencito rezongó estirando sus brazos hacia arriba— prometiste que no sería largo, mami.

—Eso creí, cielo, pero ya terminamos y podemos ir a comer ¿qué quieres?

—¡Jajangmyeon!

—Lo supuse —suspiró— ¿vamos? —ambos Omegas giraron hacia JungKook quien los observaba con una dulce sonrisa. Este asintió y aquella pequeña familia marchó fuera de los juzgados.

La tarde fue amena, ya habían transcurrido nueve meses desde la operación de HyungShik y ahora él había regresado a Busan para retomar su vida con tranquilidad. Era viernes y el día siguiente sería la dichosa fiesta de bienvenida al niño orquestada por sus abuelos, una que fue planeada por casi tres meses y tendría de todo.

Bueno, era algo que el dinero podía dar.

HyungShik había mejorado con rapidez, su piel volvía a ser ese ligero canela que caracterizaba a su padre y su sonrisa renacía, sin embargo, aun tenía problemas en aceptar su "yo" verdadero. Era complicado, él era el único Omega varón de la familia y al criarse como un Alfa le trajo algunos problemas de comportamiento tan pronto volvió al colegio, además del hecho que tuvo que repetir un año. Seguía con terapias, seguía siendo expuesto a los cambios, pero hasta el momento, todo marcha a viento en popa.

—¡Mañana llega KwangHo! —anunció con alegría— ¿Cómo hiciste para convencer a su papá YoonGi, mami?

—Se lo pregunté —dijo— con respeto —esta vez miró a JungKook con una ceja elevada.

—No tengo la culpa que me odie.

—Sí, claro. —sonrió— Pareces un niño.

—Es un niño, mami —HyungShik habló luego de dar un trago a su agua— Hace muchos berrinches cuando le gano en el Mario Kart.

Toi + Moi ✾ KOOKMIN [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora