capítulo 45

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Cómo había dicho Andy hace un rato, kalvoski había enviado a uno hombre para llevarla a su laboratorio, todo ese tiempo había estado en una habitación normal.

Cuando el hombre entro y encendió las luces consigo Morgan pudo observar bien su entorno, era una habitación muy pequeña, podría decirse que fue arreglada para ser una celda, solo tenía una cama, era lo único que decoraba aquel pequeño lugar, ni siquiera una lámpara, o incluso una silla. Cómo decía, una celda.

Cuando el hombre entro tenía consigo un maletín, lo puso en la cama y saco de el una inyección, la castaña se asustó y se alejó rápidamente, ya no quería que le inyectaran más eso.

- p-porfavor yo estoy muy débil, joder de seguro ahora eso forma parte de mi sangre por todas las veces que me lo han inyectado, mis poderes no funcionan, puede asegurarse....pero no introduzca eso en mi cuerpo- el hombre se detuvo a medio camino con la inyección en la mano, miro la cámara de la habitación al tiempo que llevaba la mano a su oreja, de seguro le estaban diciendo algo.

Después de un momento el hombre asintió y se alejó de Morgan guardando la inyección de nuevo en el maletín, la castaña suspiró aliviada y agradeció internamente, pero por seguridad, la cual a Morgan le parecía una idiotez, le pusieron esposas por si intentaba dar pelea.

Osea, solo una persona ciega no podría notar lo débil y pálida que se veía, su estómago comenzó a rugir, desde que había llegado con kalvoski nadie le había dado nada de comida, así que con mucha fuerza de voluntad dejo su orgullo a un lado.

- disculpa, pero tengo hambre y no he recibido ni un poco de comida, será que le puedes decir al idiota de kalvoski que si voy a morir que sea de otra manera y no por desnutrición.

El hombre siguió escoltando la sin haberle prestado atención a ninguna de las palabras, Morgan frunció el ceño molesta, era una forma muy bestia como la trataban.

Siguieron caminando por un pasillo bastante extenso, parece como si estuvieran bajo tierra por lo aislado que se encontraba de la luz del sol, ¿donde demonios la habían metido?.

Pasaron unos minutos de caminata y Morgan comenzaba a marearse, el hombre se detuvo al frente de una puerta blanca, alivio y nervios llenaron el cuerpo de la castaña. No tenía idea de que había en ese lugar, no podía imaginarse si era algo bueno o malo, solo que con kalvoski se podía esperar lo que fuera.

El hombre tocó la puerta y la abrió una mujer con bata de laboratorio, si había científicos de seguro la tendrían como rata de laboratorio, otro día más en donde sentiría que está muriendo lentamente.

Morgan fue ingresada de manera brusca, cuatro soldados la tomaron de sus brazos y piernas mientras la llevaban a otra habitación de vidrio, solo que en esta había una silla en el centro, era metálica con muchos cables y correas para que de seguro la persona que estuviera ahí no pudiera moverse ni un poco.

Patadas y arañazos fueron a parar en brazos y rostros, los gritos tampoco se hicieron esperar, está vez kalvoski tenía planeado experimentar con ella, y Morgan estaba segura de que no aguantaría, pero los esfuerzos por evitarlo no fueron muchos porque los soldados lograron sentarla en la silla y amarrar sus muñecas, brazos, piernas y tobillos, lo único que podía mover era su cabeza y a Morgan no le apetecía ver todos los cables que tenían planeado poner en su cuerpo.

Lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, la desesperacion era lo único que conocía en ese momento, su garganta ya dolía por tangos gritos y maldiciones que soltaba cada momento. Peter y los demás aparecieron en su mente, más lágrimas caían cuando la primera inyección fue introducida en su cuerpo.

Cuidare de ti Señorita StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora