La luna estaba alegremente bailando con las estrellas del cielo. Yo, en cambio, estaba casi deprimida en mi cama. Me sentía pequeñita por el hecho de no ser lo suficientemente valiente como para revelar mis sentimientos a la persona que adoro con todo mi ser. Él, Michael.
Se puede amar en silencio. Aunque sea destructivo se puede.
-Maddie...-escucho al otro lado de la puerta.
-Si?-pregunto poniéndome de pie.
-Puedo pasar?-cuestiona bajito.
-Claro, AppleHead.-abro la puerta.
-Segura?-se quedó afuera.
-Si, por supuesto.-tiro de su brazo y cierro la puerta.
Me mira, lo miro...
-Que?-pregunto curiosa pues no paraba de recorrer cada centímetro de mi rostro con su mirada.
-Has estado llorando?-me siento a los pies de la cama.
-Cómo crees? Que razón hay para llorar?-encojo mis hombros tratando de convencerlo de que no me había pasado horas llorando por él.
-Madeleine-alargó mi nombre en forma de advertencia.
Echo mi cabeza para atrás suspirando y él se sienta conmigo en el piso. Aprovecha y hace que mi cabeza termine recostada en su hombro.
-De acuerdo, de acuerdo...-levanto mis manos en forma de rendición-Me siento pequeñita y estúpida, vale? Eso es.
-Pero que tan mal te puedes sentir contigo misma como para llorar hasta tener los ojos rojos e hinchados? Maddie, estás segura de que solo es eso?
-Esencialmente si.-estúpida.
Para qué dije eso?
-No te preocupes por mi, Michael. Ahora dime, que haces aquí tan temprano en la mañana? Nadie ha despertado. Todo bien?
-No podía dormir. Y veo que tu tampoco.-sonríe.
-Oh-asiento una vez.
Silencio.
-Crees que podamos hablar?
-Sobre qué?
-No lo sé. Dime tú.-sabía que me pasaba algo, como me conocía...
-Sabes?, creo que es mejor que intentes dormir algo. En tu dormitorio.-me atreví a mirar sus ojos.
Se acercó a mi. Despacio, sin ninguna prisa.
Me alejé. Temerosa.
-Que ocurre, Maddie?-me miró preocupado.
-Na-me interrumpió.
-No digas que nada. Porque llorabas? Porque te alejas de mi?
-Ya te dije, no es nada.-se acercó más. Yo me alejé.
-Maddie-alargó mi nombre mientras se acercaba y yo retrocedía.
-Michael-sonó más como una súplica-no me hagas esto, por favor.
-...-siguió acercándose, esta vez más rápido, yo me alejé como pude, pero la pared fue lo que topé. Me acorraló allí, poniendo sus manos a ambos lados de mi cabeza, en la pared.
-Michael, no. -susurré cerrando mis ojos para no caer y giré mi cara a otro lado, haciendo que mi mejilla izquierda choque con la pared.
-Madeleine, por qué?
Por qué? Por qué yo?
-No lo sé, Michael.-suelto un sollozo y cubro mi boca con mis manos, esta vez mirándole a los ojos.
-Linda, no, no llores. Por favor.-retira mis manos de mi boca y las rodea con las suyas. Luego retira mis lágrimas, pero no vale de nada ya que siguen y siguen cayendo más allá de mis ojos.-Sabes que te adoro, verdad? Te quiero, te venero, te admiro, te...te quiero con toda mi alma y ser. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, me importas más que nadie.
Eso que me dice es causante de que llore más fuerte y me rinda. Caí. Me refugié en sus brazos e inmediatamente me rodeó con fuerza.
Dios, cuanto le quiero.
-No sé qué haría sin ti. -continúa.
Separa su cuerpo del mío un poco para mirar mi rostro y me quita el aliento.
-Te quiero tanto, Michael.-digo y beso su mejilla, él en cambio besa mis sienes, mis mejillas, mi nariz, mis párpados y mi frente mientras acuna mi rostro en sus manos.
-Cada noche le agradezco por ti. Porque naciste, porque llegaste a mi. No sabes cuanto significas para mi, ni cuanto te quiero. -hace que se me erice la piel por la cercanía de su boca en mi oído.
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Alcanzando Lo Inalcanzable
FanfictionMadeleine sufrió mucho en su último matrimonio, pero lo que ella no sabe es que su trabajo la llevaría a conocer al amor de su vida, al principio fue dificil, pues ella se había convertido en una persona fría, pero el verano llegó a su corazón, y le...