Las miradas se cruzan

Inesperado

El caos comenzó de inmediato, la mayoría corría en todas direcciones sin propósito alguno pero también algunos lograron hacer lo que se debía, ayudando a llevar a la chica a la enfermería y llamando a la mujer que atendería el parto.

Laxus estaba histérico, cada uno de los gritos de Mira le ponían los nervios un asco, aunque logró mantenerse a su lado, sosteniendo su mano y acompañándola.

En el salón principal la fiesta había pasado a la historia para dar paso a un ambiente de tensión máxima, los rostros de todos se estremecía a cada contracción que sufría la amada camarera del gremio y el tiempo pasaba demasiado lento para aguantarlos todos, los minutos se transformaron en horas... una, dos, tres y nada.

-Partera: Vamos, solo un pujo más.

Mira soltó un enorme y largo grito que en cosa de segundos se mezcló al primer aliento de un bebé.

-Partera: Es un niño, un hermoso niño.

La vieja mujer le entrego el bebe a la cansada madre y Laxus le veía como si fuera un tesoro, luego de que Mira le diera un ligero beso en la frente el padre lo tomó por primera vez.

Media hora después de cesaron los gritos, la puerta de la enfermería se abrió y todos los miembros de Fairy Tail se levantaron, por el umbral de la puerta apareció Laxus cargando a un pequeño niño en sus brazos y con una expresión que ni los del equipo Raijinshuu habían visto nunca. Alzó la vista hacia sus compañeros y sonrió de oreja a oreja.

-Laxus: Él es Elair, mi hijo.

Todo el mundo estuvo a punto de gritar pero Laxus se encargó de callarlos con una sola mirada pues el pequeño dormía plácidamente en sus brazos.

Natsu y Lucy llegaron cerca de las tres de la madrugada a su casa, Natsu se arrojó de inmediato a la cama mientras que Lucy se dirigió al baño.

La blonda maga sacó una bolsa de entre sus cosas y la abrió aún algo dudosa. Saco de su interior un conjunto de ropa interior de encaje rojo, con medias de ligas de igual rojo intenso.

Respiro hondo y comenzó a quitarse la ropa para cambiar sus delicadas prendas de algodón por esas sexis piezas de ropa. Se miró al espejo y se ruborizo por su propio reflejo, realmente se veía bien y a Natsu le encantaría.

Salió del baño y se encontró con casi todas las luces apagadas, solo la de la mesa de noche se mantenía encendida tal cual lo hacia Natsu cada vez que tomaba un baño tarde, perfecto.

-Lucy: Natsu.

La chica estaba con los nervios de punta.

El chico que se mantenía boca abajo en la cama emitió un débil sonido que pareció ser un "¿Qué?" y lentamente se volteó. Sus ojos reaccionaron mucho más veloces.

-Natsu: Lu... Lucy.

La chica se encontraba ahí, iluminada con una tenue luz las piernas un poco separadas y las manos juntas en su espalda dejaba un completo espectáculo de su cuerpo en un conjunto de lencería como nunca había visto... y justo ahora.

Lentamente Lucy se acerco al chico boquiabierto y comenzó a trepar por la cama.

-Natsu: Te vez hermosa. –Dijo atrapando el rostro de la chica entre sus manos.

La beso profundamente, al tiempo que tomaba el control que aquellas prendas le habían quitado. Volteo a la chica y la dejó sobre la cama pudiéndola apreciar completamente, ahí tan sexi y provocadora bajo su cuerpo y a la vez con esa cara de inocencia, de no haber matado una mosca cuando sabía que lo que ahora atrapaba los pantalones era culpa de ella.