Desesperación de dragón

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-Mayordomo: Bienvenidos magos, mi nombre es Gustó y soy el mayordomo de esta mansión, mi señor los espera dentro, por favor síganme.

El lugar al cual entraron era aun más lujoso de lo que pudiese esperarse desde fuera, una enorme mansión con decoraciones exquisitas, cuadros y esculturas por todos lados, grandes ventanales y pasillos llenos de puertas. Pasaron por el salón principal y Lucy sintió demasiada añoranza, ese lugar se parecía demasiado a su antiguo hogar.

Sin querer se quedo parada viendo hacia los extensos jardines.

-Gustó: ¿sucede algo? -Pregunto en tono muy formal.

Lucy negó con la cabeza y siguió avanzando, se abrieron paso por unas cuantas puertas y finalmente llegaron al despacho de quien los había contratado. Un hombre algo bajo, calvo y con una gran panza pero muy bien vestido, se acerco a ellos con gran entusiasmo y le dio la mano a cada uno, agitándola en señal de saludo.

-Lucius: Bienvenidos, bienvenidos, no pueden imaginar lo aliviado que me siento al tenerlos aquí.

Natsu y lucy cruzaron una mirada de extrañeza, solían recibirlos con entusiasmo, pero él exageraba.

El hombre hizo un gesto y el mayordomo se retiro, luego los invito a sentarse frente a él.

-Natsu: Ella es Lucy, y yo soy Natsu, hemos venido por su pedido

-Lucy: Tiene una hermosa mansión señor. -Dijo mientras recorría la habitación con la mirada.

-Lucius: Gracias... eh...

-Natsu: Ella es Lucy, y yo soy Natsu, somos de Fairy Tail y hemos venido por su pedido.

-Lucius: Lucy, Natsu, gracias a ambos por venir.

-Natsu: Viendo esta casa, de seguro la misión tiene que ver con un tesoro. -Dijo distraído.

Lucy asintió, con tanto dinero, de seguro la misión tendría que ver con alguna cosa muy valiosa.

Lucy: Solo espero que paguen lo suficiente como para pagar mi renta.

-Lucius: Si pero no cualquiera, mi más preciado tesoro, mi hija.

Los dos magos lo quedaron viendo algo extraño.

-Lucy: ¿Qué le pasa a su hija?

-Lucius: Nada por suerte, pero este viernes es su onomástica n°18 y se decidirá su futuro esposo, pero por el gran imperio que la acompaña, temo un intento de secuestro o que alguno de los despechados vallan a hacerle algo.

El rostro demostraba real preocupación por parte del hombre, tanto lucy como Natsu sintieron que algo más había en la historia pero ninguno pregunto nada.

-Lucius: Por eso quiero que durante la fiesta de este viernes sean la guardia personal de mi hija, no la dejen sola un solo minuto y no despeguen el ojo de quien la este a menos de dos metros de ella.

-Natsu: eso será pan comido, déjenoslo a nosotros. -Dijo levantándose de la silla y poniendo su puño en el pecho.

Luego de un par de instrucciones más, Lucius les entrego las llaves de sus habitaciones y luego les doy libertad de acción hasta el día viernes, eso si deberían estar disponibles para un par de pruebas de vestuario, el hombre no quería que nada desencajara en la gran fiesta de su hija.

Una vez salieron de la habitación Gustó los guio hasta sus aposentos.

-Gustó: Cualquier cosa que necesiten, solo avísenme a mi o a cualquiera del personal, ahora por favor pónganse cómodos.

Las miradas se cruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora