En tus brazos

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De algún modo en que no muchos en el gremio comprendían Sting y Cana pasaban mucho tiempo juntos, peleaban, bebían, volvían a pelear, pero aún así parecían disfrutar de su mutua compañía se molestaban mutuamente mientras ninguno de los dos decía nada, competían en beber y aunque el rubio insistía no lograba ganar a la castaña.

Eucliffe entro decidido al gremio, anoche había tenido que ser arrastrado hasta su apartamento por su hermano de lo borracho que había llegado y no tenia paciencia, quería una revancha y la quería ya.

-Sting: ¡Hey borracha! ¡Quiero la revancha de anoche!

La maga de las cartas se levanto de la mesa en la que se encontraba y se paro imponente, con la mano en las caderas y una sonrisa confiada.

-Cana: No seas idiota, algo peor que un coma etílico por la noche, es que suceda de día, asúmelo no puedes ganarme.

La chica rio con ganas y luego volvió a subirse a la mesa para sentarse ahí con su barril. El rubio apretaba las manos con rabia, esa idiota lo fastidiaba, parecía un barril sin fondo y además nunca había logrado verla fuera del gremio, pero disfrutaba estar con ella.

Se acerco a la barra y se sentó viendo a la chica, la miraba descaradamente, se había acostumbrado a hacerlo cuando ella no estaba lo suficientemente cerca como para asentarle un golpe.

-Macao: Algún día no vivirás por verla de ese modo, te cortaran en mil pedazos.

El rubio solo lo vio extrañado.

-Wakaba: De todas tenias que echarle el ojo a ella, él te va a sacar los ojos, te lo aseguro.

-Sting: ¡¿Qué les pasa a ustedes?! –Dijo realmente molesto, no estaba acostumbrado a que le hablaran tan cercanamente.

-Macao: No somos idiotas, la ves distinto a ella y te aseguro que cuando él vuelva no volverás a hablarle siquiera.

-Sting: No los entiendo, ¿De qué hablan?

-Macao: De su padre, Cana no es cualquier chica y si haces algo indebido su padre acabara contigo.

-Wakaba: Y por cómo es él, con solo la forma en que la miras y le hablas ya estas frito.

Ambos compañeros se mataron de la risa y Sting no lo soportaba, estaba a punto de darle un golpe a ese par cuando vio frente a sus ojos a Cana.

-Cana: No sé qué les pasa, pero yo puedo cuidarme solita.

-Macao: Díselo a tu padre cuando vuelva.

Wakaba y Macao se levantaron y se alejaron del par, no se sentían nada cómodos en medio de esos dos.

La chica se sentó a un lado del rubio y le acerco una jarra.

-Sting: ¿Quién es tu padre?

Cana estuvo a punto de escupir la cerveza en su boca, ella estaba consciente de las constantes insinuaciones del mago de la luz y la verdad es que eso le agradaba mucho, sentía constantemente su mirada sobre ella y la hacía sentir deseada, desde que todo el mundo se había enterado de que Gildarts era su padre eso no sucedía a menudo y no quería que él cambiara, le gustaba su compañía y no la perdería por eso.

-Cana: Bueno digamos que un mago que pasa poco tiempo en el gremio, ¿Realmente te intimida mi padre?

El chico soltó una carcajada.

-Sting: Ni de broma. –Se acerco a la chica. –Además tu ya lo dijiste, puedes cuidarte sola.

-Cana: Claro que puedo, la pregunta es. –Beso fugazmente al chico en los labios. -¿Puedes tú cuidarte solo?

Las miradas se cruzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora