❤--♥️

885 42 2
                                    

Los tres niños revoltosos y Agasa se encontraban jugando quién sabe dónde en la casa de Agasa, dejando a los no tan niños en la sala solos, el silencio los rodeaba y no sabían exactamente que decir... hasta que a Conan se le ocurrió algo.

—¿Te gusto? —preguntó con una gran sonrisa.

—¿Eh? —respondió la chica al procesar lo que escucho, volteó su mirada a él para darse cuenta de su estúpida sonrisa, rodó los ojos y se concentro en la TV. —Solo quiere molestarme, no le prestes atención —pensó la niña.

Él detective al no tener respuesta volvió a preguntar, con la misma sonrisa en su rostro

—¿Te gusto?

—¡No! —respondió rápido de forma seca, sabia que la seguiría molestando así que era mejor responder antes que la sacara de quicio.

—¡Si! —contradijo a la chica, rápidamente al oír su respuesta, Ai frunció el ceño ante la contradicción del chico pero aun así se negaba rotundamente a verlo.

—No. —volvió a contestar esta vez molesta.

—¡Si! —habló alegre el oji-azul.

—No. —volvió a contestar molesta la rubia-fresa, empezaba a sacarse de quicio.

—Si.

—No. —se estaba molestando mucho, a un nivel peligroso pero Conan no pensaba dejarlo de esa forma.

—No. —dijo el niño divertido.

—Si. —dijo en automático ya no queriendo pelear, sin darse cuenta lo dijo.

—Lo sabia. —dijo con una gran sonrisa victoriosa, mientras que un color rojo carmesí aparecía en las mejillas de la chica, al darse cuenta de lo que dijo.

—¿Q-q-que? ¡¡¡E-eso no cuenta!!! —habló nerviosa al haber caído en la trampa del detective.

-

-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CORTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora